A principio de los sesenta apareció en México una novela Considerada por el Jorge Luis Borges como una de las grandes de la literatura fantástica. Los recuerdos del porvenir, de la narradora poblana, Elena Garro. La historia se teje en torno a un episodio de la guerra cristera en Ixtepec, un pueblo escondido en el territorio mexicano, él, el pueblo, es quien nos cuenta la amarga historia de los hermanos Moncada.
"Aquí estoy, sentado sobre esta piedra aparente. Sólo mi memoria sabe lo que encierra. La veo y me recuerdo, y como el agua va al agua, así yo, melancólico, vengo a encontrarme en su imagen cubierta por el polvo, rodeada por las hierbas, encerrada en sí misma y condenada a la memoria y a su variado espejo. La veo, me veo y me transfiguro en multitud de colores y de tiempos. Estoy y estuve en muchos ojos. Yo sólo soy memoria y la memoria que de mí se tenga".
Los personajes son enigmáticos y sorprendentes, mujeres que mantienen una constante en la narrativa de Elena Garro: la persecución, el hostigamiento físico y emocional. Ellas y ellos que a fuerza de olvido y tedio se han quedado inmóviles en la bruma de la desesperanza, como en el juego infantil de los Moncada, que transforma en piedra a quien toca
Pero antes de esta novela, ganadora del Premio Xavier Villaurrutia 1963, Elena Garro ya era una reconocida dramaturga con Un hogar sólido, ya había llevado al teatro también el realismo mágico pues recrea la historia de una familia que, desde ultra-tumba, espera impacientemente la llegada de Lidia, último miembro que falta por morir.
Una narradora magistral que no acaba de recibir el reconocimiento que merece y que se convirtió en autoexiliada después de los acontecimientos del 2 de octubre de 1968 año recordado por muchos mexicanos y mexicanas como el año del genocidio estudiantil. Señaló a intelectuales como Luis Villoro, Emmanuel Carballo, Leopoldo Zea, Rosario Castellanos, José Luis Cuevas, Carlos Monsiváis, Eduardo Lizalde, Víctor Flores Olea, Leonora Carrington, y el poeta Octavio Paz, su ex esposo y padre de su hija, como los organizadores del movimiento estudiantil:
Yo culpo a los intelectuales de ser cuanto ha ocurrido. Esos intelectuales de extrema izquierda que lanzaron a los jóvenes estudiantes a una loca aventura… que ha costado vidas y provocado dolor en muchos hogares mexicanos. Ahora como cobardes, esos intelectuales se esconden…
Luego de estas las incendiarias declaraciones una de las mejores escritoras del siglo XX. Elena Garro, se fue de México y continuo su carrera en Europa.
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