La década de los sesenta es muy rica en la producción literaria en México. En 1962 aparecen dos novelas del joven escritor Carlos Fuentes: Aura y La Muerte de Artemio Cruz. Hoy nos ocuparemos de la primera, Aura, para la que su autor escogió como epígrafe una cita del libro “La Bruja” de Jules Michelet, publicado en 1862:
“El hombre caza y lucha. La mujer intriga y sueña; es la madre de la fantasía, de los dioses. Posee la segunda visión, las- alas que le permiten volar hacia el infinito del deseo y de la imaginación... Los dioses son como los hombres: nacen y mueren sobre el pecho de una mujer... “
Es la entrada a una novela mágica ubicada en un ambiente completamente misterioso, siniestro. La casa de la señora Consuelo, que parece una casa de brujas en un cuento de hadas. Una novela corta o cuento largo, que se presenta con una propuesta innovadora de narrativa contada en segunda persona del singular, del presente y futuro, por un narrador omnisciente, un narrador que lo sabe todo, tan es así que nos cuenta gran parte de la historia en futuro con un estilo innovador. Narrado así hace que el lector se sienta el protagonista del relato
En Aura nos cuenta como Felipe Montero, joven historiador que a través de un anuncio en el periódico, es atraído por un muy buen sueldo, llega a una antigua casa en el viejo centro de la ciudad. Es requerido para organizar y reescribir las memorias de un coronel francés que peleó y luchó en México. Consuelo, la anciana la viuda del coronel, y Aura, su joven sobrina, viven en esa casa. A él le impresiona la belleza de la sobrina que decide quedarse en la casa, pese al desagrado que le causa vivir en la vieja y oscura casa, donde muy pronto empiezan a suceder cosas extrañas. Entre la realidad y la fantasía, Felipe vive un romance con Aura y está convencido de querer llevársela de allí. La anciana perece dominar a la sobrina y, ambas, actúan de forma similar, como coordinando gestos y movimientos. Felipe pierde el sentido de la realidad, entre los sueños y la vida diurna.
La historia se ubica en 1961, en el México que vivió su autor, Carlos Fuentes, ejemplo de ello es el párrafo que se refiere al centro de la Ciudad de México cuando el protagonista busca la calle de Donceles 815 y dice "este conglomerado de viejos palacios coloniales convertidos en talleres de reparación, relojerías, tiendas de zapatos y expendios de aguas frescas…
Aura es una de las mejores narraciones de Carlos Fuentes. Una historia magistralmente escrita. En Aura se pierde la línea divisoria entre la realidad y la ficción. Una novela que va más allá de ser una historia de apariciones, más allá de fantasmas, es una historia de amores encontrados en un tiempo suspendido, sin límites entre el presente y el futuro, que explora en las obsesiones más profundas de los seres humanos y el amor.
Este relato y Carlos Fuentes, son parte de las lecturas de esos días.
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