La Historia de esos días

La Historia de esos días

La historia de esos días

23 de julio de 2010

En Puebla, restauran el primer foro escénico de México Tecalli, Puebla/Leticia Sánchez

Milenio

De generación en generación se han contado los relatos que en ese espacio se escenificaban.
2008-11-16•Cultura
La fachada del recinto es modesta, por lo que no se percibe que sea un espacio con tanta hist Foto: Miriam Sánchez De generación en generación se han contado los relatos que en ese espacio se escenificaban, pero aún hace falta que aparezca el archivo donde se documenta su historia: se trata del primer corral de comedias del siglo XVI, hoy conocido como teatro Gregorio de Gante.
Este escenario, envuelto en polvo y metros de telarañas, con fallas eléctricas, escasa sillería y en el olvido de las autoridades, forma parte de los esfuerzos que emprenderá el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes en el rescate de espacios de teatros con gran tradición en el país.
Dicho corral de comedias es uno de los 42 recintos teatrales que el gobierno federal pretende reactivar, al cual se suma el teatro Principal de Guanajuato, que data de 1788; el Ocampo de Michoacán (1828-1830); el Xicoténcatl de Tlaxcala, edificado en 1873, y el de la Ciudad de Campeche, construido entre 1832 a 1834.



En el caso del corral de comedias de Tecalli —casa del juez—, no se cuenta con documentación que sustente su historia; no obstante, el cronista del lugar, Jairo Roque Centeno, procederá a rescatar su fisonomía y parte de su historia que se encuentra perdida en un enorme archivo de papeles sin pies ni cabeza.



“La asociación civil de Rescate de Archivos y Bibliotecas de México, Municipales y Eclesiásticos con Valor Histórico (Adabi) está apoyando el rescate de los archivos históricos del Tecalli”, dijo.



Considerado el primer foro escénico en México, el corral se localiza a 47 kilómetros de la ciudad de Puebla y se llega hasta ahí por la carretera estatal 708.



Pese a que el Conaculta asegura que las acciones para mejorar la infraestructura del país se dieron de forma consensuada con los estados, la realidad es que es una decisión del centro, debido a que los involucrados en Tecalli, por ejemplo, no están enterados de que este foro será rescatado, como lo certificó MILENIO al acudir al sitio donde se registraron los primeros montajes escénicos en suelo mexicano.



En la presidencia municipal se desconoce que el teatro, construido con piedra de montaña, tepetate y piedra de río, será recuperado del deterioro y del olvido. El Centro INAH Puebla, por su parte, desconoce las intenciones del gobierno federal de recuperar y dar vida a este foro, sostiene el arquitecto Ignacio Ibarra, perito de la sección de Monumentos Históricos del Centro INAH Puebla.



“No tenemos recursos para restaurar nuestros inmuebles en Puebla, mucho menos cuando todo el presupuesto federal se invirtió en la Biblioteca Vasconcelos de la Ciudad de México”, indica el experto, quien aclara que el recinto es muy modesto en su fachada, por lo que no se percibe que sea un teatro con tanta historia. Hace aproximadamente ochos años que se restauró para que se pudieran realizar ahí algunas presentaciones.



Guadalupe Silvestre, encargada del cuidado del foro centenario, confirma que éste no tiene un uso cultural, no hay montajes de obras de teatro o espectáculos escénicos, sólo se organizan ahí los actos del programa Oportunidades y uno que otro concurso de las escuelas.



El teatro tiene un diseño semicircular, parecido a los foros griegos, aunque cubierto en la techumbre. Aun cuando ya no ofrece funciones, siempre se le encuentra un uso; en días pasados se utilizó como depósito de cohetes de la feria del pueblo.



“El uso reciente que se acaba de dar al corral de comedias fue el de bodega para armar los castillos con juegos pirotécnicos, con el riesgo de que se quemara y se perdiera un importante vestigios histórico y cultural de los poblanos y de todos los mexicanos”, resaltó el cronista Jairo Roque Centeno.



Todavía el pasado martes, día en que concluyó la fiesta patronal, había algunas varillas en un rincón del foro centenario.



“Ver esta escena me deprimió. Con eso puedo decir que a los gobiernos no les interesa la cultura”.



El rescate se hará del archivo histórico de Tecalli, incluido el escenario teatral, será posible por el apoyo de 60 mil pesos que otorgó Adabi, pues con esos recursos se ordenaron los documentos fechados a partir de 1670, que permanecían abandonados en un cuarto de la presidencia municipal.



Mientras el cronista muestra a detalle el recinto, que fue reconstruido en 1975 por Alfredo Toxqui —momento en que se empieza a llamar teatro Gregorio de Gante en honor a un maestro y poeta originario de Tecalli de Herrera—, reconoce que ha visto un espectáculo en tan legendario lugar, construido de manera circular con dos plantas, una luneta y dos plantas, cuyo techo es de dos aguas sostenido por polines de madera.



Los ecos escénicos de Tecalli



El corral de comedias de Tecalli de Herrero se erigió en los tiempos de la evangelización, según cuenta el profesor Ciro Martínez González. Los frailes se preocuparon por aplicar el teatro como un medio eficaz de penetración catequística



“Desde cualquier tiempo conocemos innumerables compañías de ´cómicos de la lengua´, llamados así por ser actores de comedia y recorrer legua tras legua con sus obras. Incansables recorrieron todos los rincones de nuestro país”.



Martínez González se dio a la tarea de reconstruir la historia de este recinto centenario, pero por desgracia aún se desconoce la fecha en que fue construido.



“En Tecalli se construyó un pequeño teatro con todos los servicios, es una construcción de planta circular con dos niveles y una luneta. La separación entre los palcos y la galería es a base de tapancos de madera no muy bien terminados. El foro es amplio y con la profundidad que se requiere. Originalmente tuvo foso para la orquesta y la concha para el apuntador”.



Relata que debido al gusto de los tecalenses por las buenas obras los llevaron a invitar a su teatro nada menos que a la diva Ángela Peralta, “la más grande cantante de ópera de todos los tiempos en nuestro país, triunfadora en varios países de Europa y de América, llamada por su extraordinaria voz: El ruiseñor mexicano”.



En Tecalli se recuerda que La Peralta se trasladó, con no pocos trabajos, hasta este lugar, para cantar arias operísticas el 26 de junio de 1881, fecha memorable para la cultura de esa entidad.



Muchas obras fueron presentadas a los tecalenses en su concurrido teatrito, el cual fue muy famoso, aunque después de la Revolución el Corral de Comedias quedó abandonado y se fue arruinando poco a poco, a pesar de los varios intentos que hubo para ponerlo nuevamente en servicio.



El más antiguo corral de comedias



Mientras se encuentran los documentos que demuestren que el Corral de Comedias de Tecalli, Puebla es el más antiguo del país, el atrio de la Catedral Metropolitana continuará siendo el primer corral de comedias que se estableció en la Nueva España en 1563.



El segundo se levantó en los portales de la Casa de Cabildo en 1565. Estos escenarios se se crearon tres años antes que el Corral de la Pacheca (1668) y del Corral de la Cruz (1569) en España, dice a MILENIO el historiador e investigador teatral Édgar Ceballos.



Aunque la historia del teatro en México inicia con el teatro evangelizador y en el atrio de la iglesia de San Francisco en el Centro Histórico. El dramaturgo, teórico y editor de escenología, precisa que aparece después el teatro humanista realizado por los jesuitas al interior de sus colegios, ellos montaban en teatro clásico.Mientras que el teatro profano, el de carácter comercial se establece con el primer corral de comedias en 1563.



El primer teatro como tal nace en 1671, en el Hospital Real de los naturales, que se ubicaba en lo que hoy son la calle Victoria y el Eje Central. Aunque se ha escrito mucho sobre la historia del teatro en la Ciudad de México, no hay una historia completa sobre este tema como tal; son pocos los estados que han realizado esta tarea, como Yucatán, Aguascalientes, Campeche y Jalisco.



Aunque la última palabra no está dicha, ya que el especialista reconoce que no hay una historia nacional del teatro, todo lo que hay, hasta ahora, son historias del teatro en el Distrito Federal.

Golpe a la memoria histórica. Adriana Malvido

Milenio
Cambio y fuera
2008-01-23•Política
Recomendarvotar ahoraEra la Casa de Calderas y se ubicaba en Regina 97. Formó parte del antiguo convento de los Camilos en el siglo XVIII, fue escondite de jesuitas expulsados, cerería, primera sede del teatro Ángela Peralta y, más tarde, de la primera secundaria del país. Su dueño, Emiliano Reyes Martínez, tenía ya un proyecto de restauración. El Gobierno del Distrito Federal lo expropió de pronto, el dueño se amparó y a medio litigio y en plena luz del día, el monumento fue demolido abruptamente. Es sólo un ejemplo.
Testimonios de nuestra memoria histórica, páginas de un relato que aún no terminaba de descifrarse y piezas de una identidad que ha tomado siglos en cobrar forma se hicieron polvo en un dos por tres con la demolición de 14 edificios del XVII, XVIII y XIX, catalogados como monumentos e integrantes de todo un contexto, el Centro Histórico, que la UNESCO declaró Patrimonio Cultural de la Humanidad hace 20 años.
Además de la violación a varias leyes federales y convenios internacionales firmados por México, los argumentos del gobierno de la ciudad para demoler los monumentos y destinar sus espacios al comercio ambulante revelan un desprecio por la memoria: “eran cascarones”, “ruinas”, “piedras antiguas e inmuebles deteriorados”.
Lo anterior y la tardía reacción del Instituto Nacional de Antropología e Historia, que prefirió denunciar penalmente a detener la destrucción del patrimonio, han generado indignación entre historiadores e investigadores.
¿Dónde quedó el INAH que defendió con firmeza los 60 monumentos del Centro Histórico en riesgo por la Línea 8 del Metro en 1983 hasta lograr la suspensión de las obras? Parece que se extravió junto con el espíritu que hizo posible transformar “piedras y cascarones” del siglo XVIII, como el antiguo Hospital de la Mujer en el Museo Franz Mayer o el ex Convento de Betlemitas en Museo de Economía y “las ruinas” del Antiguo Colegio de Niñas del XVI en el actual Club de Banqueros. Antes: Palenque, Bonampak, Chichen Itzá… también fueron piedras devoradas por la selva y hoy son, gracias a la conservación, ciudades monumentales y espejos de identidad que conforman nuestro mejor rostro ante el mundo.
Entonces se pensaba que la conservación del patrimonio cultural era un acto de soberanía. ¿También ese espíritu se extravió? Si así es, podemos preguntarle a nuestra ciudad como lo haría el poeta Eliseo Diego: “¿Y qué va a ser de tus recuerdos cuando no tengan ya donde encontrar abrigo?”
adriana.neneka@gmail.com

El teatro Ángela Peralta festeja 135 años. México/Leticia Sánchez

MIlenio
Hoy se conmemora el aniversario de este histórico recinto de la ciudad de Mazatlán; para celebrar, se ha organizado una noche de gala con la soprano Olivia Gorra y el tenor David Lomelí.
2009-02-15
•Cultura
El lugar fue estrenado el 15 de febrero de 1874 Foto: Nelly Salas Para conmemorar el 135 aniversario del teatro Ángela Peralta, uno de los primeros foros escénicos en Sinaloa, el cual ha funcionado como cine, arena de box, y que además logró sobrevivir a su decadencia como circo, cantina, salón de baile y burlesque, se ha organizado una gran celebración.
A más de un siglo de ese acontecimiento, los mazatlecos festejarán hoy el aniversario del recinto, para la cual se programó una recreación de la llegada de la diva del bel canto al puerto de Mazatlán.
La soprano Olivia Gorra, en el papel de Ángela Peralta, ruiseñor mexicano, recorrerá las calles Belisario Domínguez, Mariano Escobedo y Carnaval hasta llegar al Centro Municipal de las Artes, antes Hotel Iturbide, donde se hospedó la famosa cantante.
Para representar aquel histórico momento, artistas del Centro Municipal de las Artes se caracterizarán con trajes de la época, convivirán en las calles como los catrines y la gente del pueblo, mientras que vitorearán el camino de la diva, como parte de las actividades del Carnaval Internacional de Mazatlán 2009. Fantasía Universal… Un viaje por los carnavales del mundo.
Y como lo hiciera Ángela Peralta, aquel 22 de agosto de 1883, Olivia Gorra también saldrá al balcón para saludar a su público y cantar La paloma, de Sebastián Iradier, adelantó a MILENIO José Luis Franco, director del Instituto Municipal de Cultura Turismo y Arte de Mazatlán.
El funcionario recuerda que la polémica artista nacida en la Ciudad de México el 6 de julio de 1845 fue recibida por los mazatlecos con enorme algarabía.
“Cuando Ángela Peralta arribó a Mazatlán en 1883, el público se volcó al muelle para recibirla, la emoción los llevó a quitar las mulas de la carreta, para trasladarla ellos mismos.”
Para conmemorar esa escena, también habrá una velada de las artes, donde Olivia Gorra interpretará algunas arias de las obras que la dieron a conocer al mundo como Aída y Lucía de Lammermoor.
“La Peralta era una diva mexicana achaparrada, gorda, de un moreno indígena, con ojos saltones de mirar estrábico, pero con una voz extraordinaria (…) con una prodigiosa voz de cristal que emanaba de su boca de labios abultados”, ése fue el retrato que hizo Artemio de Valle Arizpe en 1865, cuando debutó en el Teatro Nacional.
Esplendor recobrado
El teatro Rubio, que con el paso del tiempo se llamaría Ángela Peralta, con sus mitos, aventuras y relatos, se ha convertido en un monumento, testigo de la historia de Mazatlán.
El libro El teatro Ángela Peralta: del desahucio a la resurrección, de Sergio López Sánchez, indica que este recinto centenario, construido —después de muchos contratiempos— por Miguel Rubio, se inauguró con una inversión de 70 mil pesos el 15 de febrero de 1874, con la presentación de La campana de la almudaina.
A través de los años, los habitantes de Mazatlán han sido testigos de su transformación, pues de ser un espacio destinado a la ópera, la zarzuela y el teatro, se convirtió en un espacio dispuesto para el circo, las festividades cívicas y los discursos oficiales.
“Fue una de las primeras salas del cinematógrafo en Sinaloa y arena de box y lucha libre, además de cantina y salón de baile durante los carnavales. Cuando llegó la decadencia y el edificio estaba a punto de desplomarse, su foro apolillado acogió los desnudos femeninos del burlesque.”
López Sánchez sostiene que el Coliseo tropical cambió de nombre en varias ocasiones. En una primera etapa se le reconoció como Teatro del Pueblo y después como teatro Rubio; en su segunda fase, una vez que se transformó en sala cinematográfica, se le identificó como cine Ángela Peralta, en memoria de la cantante que murió en Mazatlán contagiada por la fiebre amarilla.
El local cerró sus puertas varias veces y otras tantas fue remodelado. A cada periodo de esplendor sobrevino otro de abandono, cuando se volvía guarida de pichones y zopilotes, cueva de murciélagos y ratones.
Fiebre amarilla
Considerada divina, excelsa, famosa, ilustre, María de los Ángeles Manuela Tranquilina Cirila Efrena Peralta y Castera, mejor conocida como Ángela Peralta, llegó a Mazatlán con su compañía de 80 cantantes, músicos, tramoyistas, utileros, además de baúles con vestuario, pelucas, sombreros, maquillaje, y cajones con libretos y partituras, telones, atriles, instrumentos y toda la parafernalia teatral. Días antes de su arribo, habían caído las primeras víctimas de una extraña enfermedad. José Luis Franco dice que a pesar de que ensayó en el teatro, la muerte no le permitió cantar. La fiebre amarilla se expandió, Ángela Peralta, debilitada por el vómito negro, en su lecho de muerte se casó con Julián Montiel y Duarte y murió el 30 de agosto.