La Historia de esos días

La Historia de esos días

La historia de esos días

19 de diciembre de 2010

Rescatada de un secuestro. Lydia Cacho

La joven de quince años conoció por Facebook a un  supuesto joven que deseaba hacerse su amigo.  Luego de un par de meses de ciber amistad él le  propuso que se encontraran en la estación de  autobuses. Ella no le dijo a nadie lo que haría,  al llegar a la cita tres sujetos en una camioneta la levantaron y ella logró enviar al hermano un  mensaje de su celular. Este, a su vez, pidió  ayuda a una organización civil que defiende a las mujeres.
La búsqueda desesperada comenzó, un nuevo mensaje  del celular advirtiendo que había tomado  carretera hacia Tulum inspiró al hermano a leer  el correo y las cuentas de redes sociales de su  hermana; localizaron la identidad de uno de los secuestradores.

Las abogadas de la asociación acudieron con el hermano a la Fiscalía para delitos sexuales y  Trata de personas de Cancún, a la cuál solo han  sido asignados y capacitados dos policías judiciales en el tema de trata para fines de explotación sexual comercial.
Unas horas después, la adolescente fue rescatada  por la Procuraduría y está de vuelta con su familia.
El Ministerio Público, el policía, la Fiscal, la familia de la víctima y las abogadas tienen algo en común: la preocupación de que a pesar de  existir una ley contra la Trata de personas, de  tener detenidos a los hombres que se llevaron a  la joven, de contar con un móvil delictivo, no  logren detener y desactivar de manera efectiva a  esta red de tratantes de adolescentes.
Tienen mucho en su contra: un Sistema penal obsoleto, la corrupción de otros miembros de la Procuraduría y el poder de las mafias, la falta de capacitación de Ministerios Públicos para documentar adecuadamente los delitos, y la falta de conocimiento de la nueva ley por parte de los jueces locales.
Sin embargo esos policías, esa Fiscal, ese MP, y esas abogadas seguirán insistiendo en que éste y otros casos similares se persigan.
Lo harán, en sus propias palabras, porque “así se construye el Estado de Derecho”, porque “salvar  la vida e integridad de una persona concreta es lo más importante”; porque “vamos creando cultura de legalidad y capacitándonos para cuando ya esté en efecto la Reforma de Justicia Penal y tengamos un Sistema penal acusatorio en lugar de este que 
es inquisitivo y de probada inoperancia”, “porque debemos demostrar que hay policías no corruptos que van contra la impunidad, sin abuso de poder”.
Después de tantos años como reportera debo confesar que hace tiempo no me sentía tan 
inspirada por un grupos tan llenos de convicciones.
Sin gran presupuesto, con exceso de trabajo y en apariencia con todo en contra, dos policías, una Fiscal, una abogada que trabaja sin fines de  lucro y un hermano valiente que no se resignó ante el destino trágico, no solamente salvaron una vida, lo hicieron con legalidad y practicando para un futuro posible donde imperen la ley, la seguridad y la justicia.
Cada una de las personas involucradas en esta historia afortunada está cambiando al país. Nos recuerdan que nada evoluciona por si solo, que las transformaciones son procesos a veces lentos y accidentados, pero siempre posibles cuando hay congruencia y honestidad.
 Plan b es una columna publicada lunes y jueves en CIMAC, El Universal y varios diarios de México. Su nombre se inspira en la creencia de que siempre hay otra manera de ver las cosas y  otros temas que muy probablemente el discurso tradicional, o el Plan A, no cubrirá.


1 de diciembre de 2010

Golpea a reportera escolta de gobernador entrante en Puebla

Golpea a reportera escolta de gobernador entrante en Puebla


Luego de las amenazas de Marcelo García Almaguer


                                    Por Alma Leticia León, corresponsal


Puebla, Pue, 30 nov 10 (CIMAC).- La periodista Selene Ríos Andraca, del diario Cambio, fue golpeada por escoltas de gobernador electo de

Puebla, Rafael Moreno Valle, cuando trataba de entrevistarlo, al término de la celebración del 65 aniversario del Partido Acción Nacional (PAN), en la entidad.

Previamente, el 24 de noviembre pasado, fue amenazada por Marcelo García Almaguer, coordinador de Comunicación del equipo de transición.

En el municipio de Izúcar de Matamoros durante el foro "Gobierno, Seguridad y Justicia" en la Universidad Tecnológica, cuando García Almaguer le dijo a la comunicadora: "No me obligues a echarte el aparato encima", luego de que traspasó el cordón de seguridad establecido en el lugar por parte del equipo de Moreno Valle.



García Almaguer informó a la prensa que no habría entrevistas sino hasta más tarde, por lo que ella y otros representantes de los medios desistieron de su intención. No obstante, al salir del lugar se percataron de que el gobernador electo sí estaba haciendo declaraciones para las televisoras, por lo que supuso que ya podía acercarse al político y al intentarlo fue amenazada por el funcionario.



Por la tarde de ese mismo día cumplió la amenaza. En el hotel Marriot de esta ciudad, cuando finalizó la celebración partidista, uno de los escoltas del gobernador entrante trató de impedir que Ríos Andraca se acercara, pese a que un grupo de periodistas ya lo esperaba en la puerta de salida para hacerle preguntas.



Tras un par de intentos por meter su grabadora y eludir al escolta que le impedía llegar, éste la tomó del brazo, propinándole dos codazos en el pecho y estómago que la dejaron sin aire.



Testigos de la agresión aseguran que por el intercomunicador del escolta le ordenaban que bajo ninguna circunstancia se le permitiera a Selene Ríos acercarse a Moreno Valle.



La comunicadora, que durante la campaña electoral se le consideró una periodista cercana al entonces candidato, considera que hay un desgaste

entre su periódico y el equipo de comunicación de Moreno Valle que se inició cuando ganó la gubernatura.



Recordó que en varias ocasiones el responsable de comunicación le ha recomendado que se sujete a los boletines informativos que el equipo genera. Citó el caso concreto de cuando el mandatario

electo visitó a Felipe Calderón presentándole cinco proyectos ejecutivos de los cuales Selene Rios obtuvo copias que fueron publicadas por

Cambio. Lo que provocó que Marcelo García Almaguer, calificara de periodismo de infiltración el realizado por Selene.



Resulta preocupante, afirmó la periodista, "que como respuesta a la agresión, el equipo de Moreno Valle instale un corral en el que ha metido a la prensa local, demostrando con ello su desprecio por los medios estatales".



10/ALL/LR/LGL

24 de noviembre de 2010

Desaparición de mujeres, archivo muerto en la PGJ

El 10 de noviembre del 2009, en Puntual diario se publicó un reportaje de nuestra compañera Kara Castillo que cimbró a la opinión pública de Puebla: “en esta entidad hay más mujeres desaparecidas que en estado de Chihuahua”. Los datos sólidamente fundamentados, fueron replicados en casi todos los medios. El tema llegó al Congreso estatal y retomó los datos en su campaña el actual gobernador electo, Rafael Moreno Valle. En casi todos los casos, no se le dio crédito a la autora.


A un año de su publicación, el tema sigue vigente y las autoridades siguen sin dar una respuesta. Por ello, Sicla Púrpura lo publica íntegramente hoy con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer



Desaparición de mujeres, archivo muerto en la PGJ

En el primer semestre de 2009 hay 569 casos denunciados


 Kara Castillo

Según los registros de la Procuraduría General de Justicia que la Comisión de Acceso a la Información obligó a transparentar, del 2005 al 2009, 3 mil 323 mujeres están a la fecha reportadas como “perdidas”. Se trata de jóvenes menores de 30 años que destacan estadísticamente en el informe, seguidas de niñas. América Soto, directora del Instituto Poblano de la Mujer, omitió cualquier declaración respecto a este hecho.

Las cifras poblanas en cuanto a desapariciones femeninas superan a las de Chihuahua. La organización “Nuestras Hijas de Regreso a Casa”, principal organización no gubernamental que ha dado constante seguimiento a los casos, denunció en los primeros 3 meses del 2008, 40 desapariciones. Puebla registró en el mismo periodo 256. En el 2009 la tendencia es la misma, hasta mayo en Ciudad Juárez la fatídica lista de desapariciones ocupaba 14 lugares. Puebla tiene reportadas hasta el 21 de julio de este año 569 mujeres con paradero desconocido.

En febrero de este año, este medio presentó una solicitud de acceso a la información pública con el número PUE-2009-000119 para conocer el número de desapariciones y asesinatos dolosos de mujeres sin resolver en el estado a la Procuraduría General de Justicia. El último día que se cumplía el plazo, la PGJ informó la ampliación del plazo para atender los resultados. 15 días después argumentó: “le comunicamos que no es posible dar cumplimiento a su petición pues ésta tiene carácter de reservada”. Se argumentaban los artículos 12 y 14 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información, es decir, la negativa tenía que ver con “la difusión de datos personales, prejuicio en las investigaciones y averiguaciones previas y un potencial peligro en la prevención del delito”.

Fue necesario el recurso de revisión interpuesto ante la Comisión de Acceso a la Información y la intervención del comisionado Antonio Juárez Acevedo para revertir los argumentos, así, se trasparentaron los registros que revelan el nombre de la desaparecida, la edad, la fecha del reporte, “el folio” (que guarda el expediente aún sin resolver) e incluso se ofrece el número progresivo que llega a los 3 mil 323 pero se omite el lugar de residencia y de la desaparición.

En 2005 se registraron 61 desapariciones que en 2006 se duplicaron, 137 expedientes fueron abiertos.

Pero las cifras se dispararon en el año 2007 que despuntó con mil 402 casos, destacan las edades de jóvenes de entre 13 y 29 años. Para el 2008 el reporte continuaba con más de mil casos, 1 mil 154.

En el primer semestre 2009 fue el más siniestro, 102 casos se reportaron sólo 4 mujeres mayores y 98 jóvenes desaparecieron.

En enero se abrieron 84 expedientes, febrero contó con 69, marzo 88, abril 76, mayo 89 y julio 61.

Para Lourdes Pérez Oseguera, directora del Observatorio social de Violencia de Género e investigadora en la Universidad Iberoamericana, esta situación se viven en el país entero, donde las pautas sistemáticas de violencia brutal e indiferencia afectan a las mujeres en sus diversos ámbitos de acción, ya sean privados o públicos.

Los constantes asesinatos y desapariciones de niñas y mujeres hablan de lo que se ha denominado feminicidio, asesinatos de mujeres agravados por la actitud omisa e ineficiente de parte de las autoridades encargadas de investigar y castigar, entre otras características.

A nivel nacional, la Fiscalía de Feminicidios reconoce que las delaciones por mujeres desaparecidas se incrementan silenciosamente en Chihuahua, Estado de México y Distrito Federal. La fiscalía de esta última entidad reporta cuatro mil 188 casos en el periodo 2000-2007, mientras que en el Estado de México se documentan 877.

Un destino posible

La zona metropolitana de Puebla y la región de Atlixco son consideradas como puntos rojos a nivel Latinoamérica, por la trata y explotación sexual de mujeres menores de edad por especialistas.

En la capital del estado, la región aledaña a Tlaxcala se convirtió en un refugio para muchos explotadores, debido a que encuentran el anonimato ante la falta de operativos por parte de las autoridades han declarado a este diario miembros de la organización como Centro de Derechos Humanos, Fray Julián Garcés.

El responsable del programa de Derechos Humanos de la Universidad Iberoamericana Puebla, Óscar Castro Soto, estimó que al menos cada medio año se registran 10 nuevos testimonios de explotación sexual de menores en la región de Puebla que no son seguidos por las autoridades.

Comentó que en Puebla se tienen registradas tres formas en los que los tratantes enganchan a las menores de edad que provienen de la propia región o llegan de otras entidades del sur del país y de naciones centroamericanas: la primera es a partir del enamoramiento, la segunda está relacionada con el rapto y la tercera es la compra-venta de personas.

“Son tres modos fundamentales en que operan, hay un grupo de personas que aprenden a enamorar a las niñas, a las adolescentes y las van engañando para que sean después prostituidas en la ciudad de Puebla o en otras ciudades como Guadalajara, Tijuana o San Francisco, en los Estados Unidos; otra modalidad es el rapto, y eso está vinculado con secuestro de migrantes y la otra es la compra-venta de personas a partir de acuerdos con redes de Centroamérica,” apuntó Castro Soto.

En el marco de la firma del acuerdo de cooperación para la realización del Segundo Congreso Latinoamericano sobre Trata y Tráfico de Personas entre la Ibero Puebla, la Universidad de Buenos Aires, Argentina y organizaciones civiles, la integrante del Centro de Estudios Sociales y Culturales “Antonio de Montesinos”, Raquel Pastor Escobar, explicó que la trata y el tráfico de personas es un fenómeno que va en aumento, derivado principalmente de la situación económica.

Teresa Ulloa, directora de la Coalición Contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y El Caribe (Catwlac) ha recibido en México este 2009, 15 mil denuncias de mujeres y niñas desaparecidas. “La sociedad ha perdido confianza en las autoridades y cada vez acuden más a nosotros”, y pidi ó que la ley mexicana sobre robo de mujeres y desapariciones se modifique para abarcar también la trata interna.

De acuerdo con la dirigente, los principales destinos de las mujeres y niñas con las que se trafica para explotarlas sexualmente son Estados Unidos, Canadá, España, Holanda, Japón y Alemania. Los estados con mayor incidencia son aquellos que hacen frontera y los puntos turísticos en la costa, refiere.

Para Ulloa, hay una ignorancia sobre cómo opera el delito y las redes internacionales, se carece de un mapa del fenómeno y no se tienen claras las rutas ni la magnitud”

Según sus datos, en todo el país hay cerca de cinco millones de personas dedicadas a la prostitución, una cifra que va en aumento por las condiciones de pobreza en las que se interna cada vez más México.

“El crimen organizado está operando impunemente la trata, sobre todo con lo referente a explotación sexual, porque lo ven como más redituable y seguro que el tráfico de drogas”.

La coalición, que opera en quince países del continente americano, tiene un sistema de “alerta roja” para denunciar ante las autoridades los casos que se les reportan, una vez se confirman estos. El sistema contempla la insistencia reiterada a las autoridades si no se reciben noticias de una desaparecida.

Ulloa apuntó que la legislación es deficiente sobre la trata porque sólo se contemplan sanciones penales y no la prevención ni la atención a las víctimas.

Ambos especialistas se pronunciaron porque se realicen verdaderos operativos por parte de las autoridades y el delito sea perseguido de oficio, y no sea necesaria una denuncia formal para que comiencen las investigaciones.

ESTADOS Y FEDERACIÓN

EN LA INCAPACIDAD

Las políticas públicas de la Federación, estados y municipios son “insuficientes para controlar la violencia contra las mujeres, los asesinatos y las desapariciones”, afirma el Observatorio Ciudadano del Feminicidio (integrado por 42 asociaciones civiles), que entre enero de 2006 y agosto de 2007 registró mil 931 homicidios dolosos contra mujeres en México.

El Estado de México se mantiene a la cabeza en la lista de mujeres asesinadas en el país, en el periodo 2005-2008, con 573 casos. Le siguen Distrito Federal, con 427; Chihuahua: 360; Veracruz: 282; Chiapas: 275; Jalisco: 214 y Quintana Roo: 141. Autoridades de Guerrero, Oaxaca, Puebla, Michoacán, Baja California, Zacatecas, Tamaulipas, Querétaro, Yucatán, Durango, Colima, Quintana Roo y Baja California Sur mostraron opacidad para entregar estadísticas.

El estado de Quintana Roo también muestra un incremento considerable en los últimos dos años: en 2007, 36 mujeres fueron asesinadas, pero en 2008 la cifra se duplicó (64). En Coahuila, el aumento fue de 14 a 26 homicidios dolosos en las mismas anualidades. En Veracruz, de 62 a 96 casos.

En 2008, Chihuahua reportó 187 crímenes de este tipo, colocándose por encima del Estado de México (176) —a pesar de que éste duplica la tasa poblacional—. Veracruz registró 96 casos; el Distrito Federal: 92; Jalisco: 57, y Chiapas: 45, con base en información de las procuradurías estatales de Justicia.

La violencia contra las mujeres continúa imparable en el país. Más de seis mil mujeres cayeron a manos de asesinos entre 1999 y 2005; cuatro víctimas por día en promedio, revela la investigación diagnóstica sobre la violencia feminicida en la República Mexicana, elaborada para sustentar la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. De acuerdo con el estudio, a cargo de la Comisión Especial de Feminicidios de la pasada LIX Legislatura federal, más de mil 200 mujeres fueron asesinadas tan sólo en 2004.

Los problemas pasionales lideran la estadística, pues los agresores suelen terminar con la vida de sus parejas sentimentales y sus hijos o hijastros. Y es que en promedio, en el ámbito nivel nacional, “cada día durante los últimos 30 años son asesinados dos menores de 14 años”, revela la Organización de las Naciones Unidas (ONU): “El 70% de la violencia contra niños y adolescentes tiene lugar en el entorno familiar”. 186 menores de edad fueron asesinados en Chihuahua en 2007 y 2008: de 56 homicidios en 2007, la cifra se disparó a 130 el año pasado. En el mismo periodo, en el Estado de México se registraron 173 casos; en Chiapas, 150; Distrito Federal, 88; Guanajuato, 56, y Jalisco, 54. La estadística incluye recién nacidos.

UNA LEY INOPERANTE

Funcionarios de las procuradurías estatales de Justicia negaron las estadísticas de homicidios dolosos contra mujeres en Guerrero, Oaxaca, Puebla, Michoacán, Baja California, Zacatecas, Tamaulipas, Querétaro, Yucatán, Durango, Colima, Quintana Roo y Baja California Sur.

La Cámara de Diputados aprobó en 2007 la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, que establece la coordinación entre Federación, estados y municipios para prevenir, sancionar y erradicar la violencia. Los principios rectores son igualdad jurídica entre la mujer y el hombre, respeto a la dignidad humana, no discriminación y libertad. No obstante, legisladores se negaron a tipificar el delito de feminicidio, que va en aumento.

Al respecto, las 32 legislaturas estatales ya aprobaron las leyes, pero solamente seis han publicado los respectivos reglamentos para la entrada en vigor. El estado de Querétaro, por ejemplo, aprobó la ley en 2008, pero el gobernador Francisco Garrido Patrón aún no ordena la publicación del reglamento.

En la misma situación se encuentran 25 estados, mientras la violencia contra las mujeres recrudece. “Es necesario acelerar el paso porque sólo seis entidades federativas como Aguascalientes, Jalisco, Nuevo León, San Luis Potosí, Yucatán y Distrito Federal cuentan con el reglamento de dichas legislaciones

El Banco Nacional de Datos —para conocer la realidad de la violencia hacia la mujer— también continúa pendiente, cuando debía estar listo desde marzo de 2008. Al respecto, Rocío García Gaytán, titular del INMujeres, asegura que este año estará terminado, aunque no hay fecha para conocer las primeras estadísticas.

HOMICIDIOS, SIN RESOLVER

El fenómeno de violencia en contra de la mujer no es exclusivo del estado de Chihuahua. Creemos que la impunidad con la que se han caracterizado los asesinatos en dicho estado, ha fomentado que este problema se presente de igual o incluso mayor magnitud en otros estados de la República. Según los datos recopilados por la Comisión Especial para conocer y dar seguimiento a las investigaciones relacionadas con los feminicidios en la República Mexicana, perteneciente a la Cámara de Diputados, compuestos a partir de la información proporcionada por algunas procuradurías estatales, los asesinatos de mujeres a nivel nacional se totalizan en aproximadamente 900 en el año 2004. El Instituto Nacional de la Mujer estima que al menos 126 ciudades del país registran una serie de asesinatos violentos en contra de mujeres. En Puebla las cifras continúan en las sombras.

En el mes de julio, con la Averiguación Previa 728/2009/Tecamachalco, en un rutinario acto de Levantamiento de Cadáver se daba cuenta que a las 04:00 horas, en la barranca “El Viboreado”, perteneciente a la Purísima de Bravo, en Tecamachalco, Puebla, se encontró el cuerpo de Guadalupe López Rosas, de 73 años de edad. El dictamen aduce que falleció por shock hipovolémico secundario a heridas por instrumento punzo cortante. “Presenta 7 lesiones, 4 en la espalda y 3 en el torax”, explicaba el documento.

Su hijo y su hermano la identificaron, lo único que sabían es que el día 16 de julio del presente año alrededor de las 15:00 horas, fue a llevar de comer a su esposo “al rancho”, quien dice, nunca llegó.

En lenguaje de la PGJ se concluyó: “Al querer dar aviso a las autoridades por desaparición de persona les informan que las características proporcionadas coinciden con la persona encontrada en el lugar antes mencionado”.

No habían pasado una semana cuando la Averiguación Previa 108/2009/TEHUITZINGO, redacta que a las “12:00 horas, en el Km. 130 de la carretera Internacional México- Suchiate a la altura del tramo Palomas Acatlán, Pue., del sexo femenino, de aproximadamente 50 años de edad, quien se encuentra en calidad de desconocida número 3, falleciendo por asfixia por estrangulamiento. La occisa es de complexión robusta, tez morena, cabello corto, lacio, vestía blusa color verde, falda negra, ropa interior rosa”

Dos párrafos fueron usados para explicar que a las 10:30 horas del 17 de julio del año en curso, el cadáver de una mujer fue encontrada por el inspector de la población Nuevos Horizontes, quien al circular por dicha carretera se percata de la occisa, por lo que da aviso a la policía municipal de ese lugar. Desconociéndose la mecánica del hecho.

NO ESTÁN TODAS LAS QUE SON…

La Procuraduría General de Justicia afirma que la lista de asesinatos de mujeres no resueltos en el estado desde el año 2000 son 15 casos señalados como Homicidios, Homicidios calificados y Homicidios dolosos.

En 2002 existe un Homicidio “en integración” con el expediente 141/2002/AEHOM.

En 2003, los Homicidios Dolosos que corrieron la misma suerte fueron 2, 107/2003/AEHOM Y 113/2003/AEHOM

El 2004, según la PGJ, la averiguación previa 26/2004/ AEHOM del homicidio calificado aún está integrándose. En 2005, 4 expedientes, 1 homicidio calificado y los demás dolosos, tampoco se han esclarecido, así como el del 2007, único caso de Homicidio Calificado en ese año.

Los 3 Homicidios Dolosos en 2006 ni los 3 homicidios Calificados del 2009 han tenido más avance que los de la escena criminal.

Llama la atención un caso de 2006 con el expediente V. 127/2006/EH/2, DICTAMEN 611, y del que se ha tenido algún seguimiento de parte de este medio, que no aparece en la lista de “pendientes de la PGJ”

El cuerpo desnudo de una mujer fue encontrado sin vida en el baño del Hotel Reforma, 4 poniente 916, colonia Centro.

Vecinos refirieron a reporteros de la fuente, que podría tratarse de una prostituta, pues se sabía que en el lugar eran violentadas. La explicación de la dependencia presentaba, por lo menos en los pocos datos que ofrecían, algunas inconsistencias pues según la explicación, ella se habría suicidado con una agujeta de color negro.

La integración previa decía que la agujeta había causado “ASFIXIA MECANICA POR AHORCAMIENTO”

Los medios en ese año tuvieron acceso al dictamen que informaba “SURCO DE ESTRANGULAMIENTO DE 25CM DE LONGITUD DE 1MM DE PROFUNDIDAD Y 1MM DE ANCHO INCOMPLETO, DIRECCION HORIZONTAL UBICADA A LA ALTURA DEL CARTILAGO TIROIDES MANZANA DE ADAN, DECOLORACION NEGRUSCA DE ADELANTE HACIA ATRÁS Y DE ABAJO HACIA ARRIBA. SURCO ESCORIATIVO DE 32CM DE LONGITUD, 1MM DE ANCHO, 1MM DE PROFUNDIDAD DE ADELANTE HACIA ATRAS Y DE ARRIBA HACIA ABAJO, EXISTE UNA SEPARACION ENTRE AMBOS SURCOS DE 1CM”

Sobre la vestimenta —por eso se dedujo que se encontraba desnuda— sólo se refirió:

“CUERPO SOLO CON PULSERAS DE 3 HILOS COLOR AZUL, UNA PULSERA METALICA. EN LA ARTICULACION DE LA MANO DERECHA Y ARTICULACION DE LA MANO IZQ. UNA PULSERA DE HILO COLOR NEGRO, UNA PULSERA DE COLOR AZUL Y UNA PULSERA DE COLOR BLANCO”

Medía 1.50, era de complexión regular, de raza mestiza, tez morena clara, el cabello era largo, lacio y abundante, dentadura completa y mentón oval. Y es todo lo que se sabe.

16 de noviembre de 2010

El precioso, el narco y sus aviones

El Universal


Plan B | Lydia Cacho


El precioso, el narco y sus aviones

Mi nombre es Lydia Cacho Ribeiro, nací en 1963 en el Distrito Federal. Soy periodista y escritora. Desde hace 21 años vivo en Cancún

Lunes 15 de noviembre de 2010

91 comentarios | 22,865 lecturas


A las tres niñas americanas de Florida las trajeron en un avión privado;decían que era de un gobernador, declaró una de las niñas mexicanas víctima de la red de trata sexual de Cancún en 2004. Nadie inició esa línea de investigación; pero ahora la DEA descubre la existencia de la empresa Servicios Aéreos Milenio, S.A de C.V, cuyo principal cliente es el gobierno de Puebla y las administraciones priístas de nueve estados. Se sabe que Mario Marín Torres destinó de manera irregular 66.4 millones de dólares para adquirir una flota de helicópteros y aviones a través de su hijo Mario Marín García y prestanombres que ya han declarado ante las autoridades.
El diario Acento Veintiuno publicó en octubre información sobre la existencia de la empresa; fuentes oficiales de la agencia norteamericana DEA me han confirmado que esta investigación en efecto es producto de un trabajo de colaboración con la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO). Ese mismo diario revela la conversación en que el Diputado poblano Ricardo Urzúa (PRI) explica cómo el entonces gobernador de Quintana Roo, Joaquin Hendriks, entregó 300 mil dólares al Gober precioso para la empresa aérea. Esta fue creada con recursos públicos y está a nombre del hijo de Marín, quien ahora es investigado porque en una de sus aeronaves viajaba, según DEA y SIEDO, el capo Arturo Beltrán Leyva. Todo fue descubierto porque se detuvo al empresario mexicano Darío López Fernández, por contrabando de dinero en efectivo, en el aeropuerto de Miami, Florida en julio pasado.
Acento Veintiuno reveló en su momento lo que ahora ha sido ratificado: que López Fernández adquirió un Helicóptero Bell matrícula XA-IMS de Maclovio Hernández, ligado a operaciones del narcotráfico. López Fernández y Hernández tenían una sociedad empresarial que usaba las aeronaves KING AIR- matrícula XB-DLS y un Cessna 182 matrícula XB-KWE y la PGR identificó que la aeronave era utilizada por el narcotraficante Beltrán Leyva para escapar de un cerco policíaco en Puebla. Es la misma nave que transportó, en su campaña 2010, al delfín de Marín a la gubernatura, Javier López Zavala (PRI-PVEM).
Mario Marín, que en 2005 protegió a la red de pederastas y tratantes de niñas de Quintana Roo, es propietario de 7 helicópteros Bell 407, con valor de 21 millones de dólares; 2 Bell 206, 2 Augusta de 16 millones de dólares. Además pagó 600 mil dólares por dos aeronaves Cessna 2008 XA-TWT. Un Sabre Cinergo, matrícula XA-GUR en 300 mil dólares, un Falcon 20 en 350 mil dólares y 4 Lear Jet 45. Un agente de Interpol me asegura que la evidencia es absoluta.
El Presidente Calderón ha solicitado a la sociedad, con razón, que diga lo que sabe sobre la colusión de servidores públicos, el lavado de dinero y la delincuencia organizada. La denuncia y la investigación ya están aquí. Ocho gobernadores priístas han despilfarrado millones de dólares (del erario público) para favorecer la empresa aeronáutica de Mario Marín que, según la propia autoridad ha sido utilizada, entre otras cosas, para transportar importantes cantidades de dólares en efectivo desde México hasta Texas y Florida. En estas aeronaves cuya empresa ha operado bajo la opacidad de prestanombres ahora revelados, se transportaron menores, dinero sucio, delincuentes y políticos. La pregunta es: ¿habrá castigos ejemplares? O seguirán jugando a la gallina ciega.

5 de noviembre de 2010

En Puebla se plica todo el rigor de la ley…en contra de las mujeres. Kara Castillo

Mientras la Procuraduría General de Justicia del Estado de Puebla,  de marzo de 2009 a abril pasado, inició 30 averiguaciones previas por aborto, incluyendo a una menor de 12 años,  “no hay ninguna investigación en contra de violadores sexuales”, según la respuesta que la dependencia emitió el 11 de febrero de 2010 a la petición PUE-2010-000119 hecha por la ciudadana Natali Hernández Arias, en la que afirma que de enero a diciembre de 2009 había 30 Averiguaciones Previas iniciadas y 9 Consignadas.
Ahora según la PGJ en respuesta a la solicitud de información 30/PGJ-02/2010, se han abierto 17 Averiguaciones Previas, 4 de ellas han sido consignadas de marzo de 2009 a marzo de 2010.Entre las que destaca una niña de 12 años en Izúcar de Matamoros, acusada de abortar
Cabe destaca que dependencia estatal fue obligada por la Comisión de Acceso a Información, CAIP, a revelar la información que tardó más de 9 meses en acopiar, finalmente, informó que en el municipio de Puebla hay dos mujeres con Averiguación Previa por abortar de 18 y 20 años.
En Tehuacán, municipio más numeroso en denuncias, se reportan 5 mujeres de 27, 20, 31,21 y 37 años. En Tecamachalco dos jóvenes, una de 23 y 16 años.
Izúcar de Matamoros también fueron acusadas dos mujeres, una de 21 años y una niña de 12. En Tehuitzingo una menor de 16 años. La lista pública también incluye a 2 jóvenes en Tepeaca de 17 y 19 años, en Huauchinango una mujer de 25 años, en Teziutlan una de 23 y en San Martín Texmelucan una mujer de 31 años, tienen una Averiguación Previa en Curso.
Sin embargo y pese a la petición y mandato de la CAIP, la dependencia no informa cuáles mujeres son las que están consignadas y cuáles solo están con el proceso iniciado.
Ahora, en su recuento que incluye al año 2010, sólo reporta 4 Averiguaciones Previas Consignadas, como se aprecia en la tabla expuesta.
Pese a las contradicciones, es un hecho que desde que se modificó la Constitución para defender la vida desde la concepción, la creencia generalizada en el estado es que el aborto está prohibido. Autoridades judiciales han iniciado averiguaciones contra mujeres sospechosas de haber interrumpido sus embarazos intencionalmente, mientras el personal de salud evita realizar abortos aún en los casos previstos por la ley.
Hay que recordar que en Puebla existen cuatro causales de aborto legal, puesto que el texto constitucional protege la vida desde la concepción “salvo los casos previstos en las leyes”.
El aborto no está penado cuando sea causado por imprudencia de la mujer, cuando el embarazo sea producto de una violación, cuando la mujer corra peligro de muerte y cuando el producto tenga malformaciones genéticas graves. En estos dos últimos casos se requiere que dos médicos autoricen el procedimiento, siempre que la demora no sea peligrosa para la mujer.
El aborto en Puebla se sanciona con uno a cinco años de prisión para la mujer que lo provoque o para un tercero que contribuya. No obstante, hay atenuantes que, si están todas presentes, harán que la mujer sólo purgue de seis meses a un año de prisión, a saber: “que no tenga mala fama”, “que haya logrado ocultar su embarazo” y “que éste no sea fruto de matrimonio”.
Entrevistada previa a la Manifestación del Pacto por la Vida, la Libertad y los Derechos de las Mujeres que se realizará hoy en el Distrito Federal, Natalia Hernández, representante de Ddseser en Puebla acusó el indicio de una niña de 12 años en Izúcar de Matamoros “acaso ni siquiera sospecharon que si una niña de esta edad esta abortando pudo haber sido violada? o quizá tuvo un aborto espontaneo porque su cuerpo no estaba en condiciones físicas optimas para llevar a término un embarazo y quizá incluso si lo llevaba a termino su vida pudo correr riesgos?.
“Me queda clara la intención de criminalizar a las mujeres, es evidente la desinformación y la falta de sensibilización al respecto de las violaciones a los derechos de las mujeres.  ¿Por qué no entienden que el aborto es un tema que cruza la condición de ser mujer y que tiene que ver con las "opciones reales" que las mujeres tienen para afrontarlo?”
Finalmente apuntó mirar  no sólo el "aborto" sino las condicionantes en las que esta puede darse “No se trata solo de mujeres interrumpiendo embarazos deliberadamente, se trata de mujeres decidiendo bajo sus condiciones de vida” adujo.


¡Cesen procesos penales contra 30 mujeres en Puebla por aborto!

CIMAC

Manifestación a las puertas de la representación de la entidad

¡Cesen procesos penales contra 30 mujeres en Puebla por aborto!  


Por Guadalupe Cruz Jaimes

México, DF. 4 nov. 10 (CIMAC).- Integrantes del Pacto por la Vida la Libertad y los Derechos de las Mujeres exigieron, hoy a la Representación del Gobierno de Puebla, en el Distrito Federal, que cesen los procesos penales en contra de 30 mujeres indiciadas por el “delito de aborto”, entre quienes está una niña de 12 años de edad.

Durante el mitin, Nataly Hernández, de la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos en México (Ddeser), en Puebla, lamentó que mientras la Procuraduría General de Justicia del Estado de Puebla (PGJEP) inició, de marzo de 2009 a abril pasado, 30 averiguaciones previas por aborto, “no hay ninguna investigación en contra de violadores sexuales”, en la entidad.

Ello, evidencia la violencia en contra de las mujeres y niñas poblanas por parte de las autoridades, misma que se agravó tras la reforma a la constitución local que criminaliza la interrupción del embarazo, al proteger “la vida desde el momento de la concepción y hasta la muerte natural”, realizada en marzo de 2009.

Según datos de la PGJEP, obtenidos por las organizaciones poblanas mediante el Sistema de Solicitudes de Información, de los 30 casos de mujeres indiciadas en 8 municipios de la entidad, 9 ya fueron consignadas, es decir, está por definirse la sentencia que recibirán, mientras que las 21 restantes son investigadas todavía.

Luego, de que en enero pasado, Rodolfo Archundia, titular de la PGJEP, indicó que hasta esa fecha había 30 mujeres perseguidas por interrumpir embarazos, las integrantes del Pacto por la Vida la Libertad y los Derechos de las Mujeres, comenzaron la petición de información acerca de las condiciones en las que las poblanas enfrentan los procesos penales.

Sin embargo, señalaron que la Procuraduría les ha restringido información como las condiciones en que ocurrió el aborto, por lo que ignoran si la averiguación previa en contra de las poblanas se abrió por causales no punibles, como ya ocurrió antes en el estado.

Tal es el caso de Alejandra Gómez Sánchez, de 21 años de edad, quien en abril de 2009, antes de que la reforma constitucional se publicara en el Diario Oficial local, fue detenida, luego de que iniciaron una averiguación previa en su contra por el “delito de aborto”, cuando el éste fue espontáneo, ejemplificó la activista de Ddeser.

Las edades de las poblanas que han sido indiciadas van de los 12 a los 37 años de edad, ellas habitan en municipios poblanos de alta marginación, donde se combina la pobreza, falta de educación y de acceso a servicios de salud y de justicia, algunos de ellos son Tehuacán, Tecamachalco, Huahuchinango y Tepeca.

Una comisión de manifestantes, entre ellas Nataly Hernández, entraron a la Representación del Gobierno de Puebla a donde entregaron a Gerardo Cruz, encargado de Asuntos Jurídicos, un documento en el que expresan “total rechazo” a las acciones del Ejecutivo, Legislativo y Judicial, basadas en “las morales de unos cuantos, carentes de sentido ético y legal”, que van en contra de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.

En el escrito, dirigido a Mario Marín Torres, gobernador de la entidad, exigieron el cese de procedimientos penales en contra de las mujeres de la entidad por interrumpir un embarazo de forma espontánea o inducida.

Señalaron la necesidad de acciones inmediatas y efectivas de educación sexual con bases científicas, para evitar embarazos no deseados y por ende la necesidad de abortos.

Así como, la obligación de las autoridades de garantizar el acceso a métodos anticonceptivos para la totalidad de mujeres en Puebla, principalmente para quienes están en mayor marginación social. 

10/GCJ/LR/LGL

EN LA CAPITAL SE EMBARAZAN AL MES TREINTA MENORES DE EDAD

Medio: PUNTUAL
Autor: Liliana Gómez
Protagonis: Josefina Cruz Cabrera
Cargo: Elemento del área de salud de la Secretaría de Salud de Puebla
Municipio: Puebla
Tipo: Ocho columnas
Título: EN LA CAPITAL SE EMBARAZAN AL MES TREINTA MENORES DE EDAD
Síntesis: Del total, el 10% de los embarazos es por abuso sexual, mientras que el 80% de los adolescentes que tuvieron contacto sexual fue por gusto y lo efectuaron con sus compañeros de la escuela.

7 mujeres fueron denunciadas por abortar; cuatro ya fueron consignadas: ONG

7 mujeres fueron denunciadas por abortar; cuatro ya fueron consignadas: ONG

 La Jornada de Oriente
AMÉRICA FARÍAS OCAMPO 
De marzo de 2009 a abril de 2010 la Procuraduría General de Justicia del estado (PGJ) inició 17 averiguaciones previas en contra de mujeres que interrumpieron su embarazo, una de ellas, de tan sólo 12 años de edad. Del total, cuatro fueron consignadas ante juzgados de Defensa Social del estado de Puebla, denunciaron miembros de la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos (Ddser).
La representante de esta organización no gubernamental, Natalí Hernández Arias, explicó que dichos datos se obtuvieron por una solicitud de acceso a la información que se hizo a la dependencia.
Ayer, las activistas realizaron una protesta contra las reformas antiaborto que se han aprobado en 16 estados del país afuera de las instalaciones de la representación del gobierno poblano en el Distrito Federal.
Allí, denunciaron que “en Puebla se vive un lamentable y evidente clima de persecución contra las mujeres”.
Asimismo, manifestaron su repudio y desaprobación hacía el gobierno encabezado por Mario Marín Torres, debido a que ha “violentado los derechos y libertades de las mujeres poblanas”.
Hernández Arias explicó que esta protesta forma parte de las actividades acordadas en el Pacto por la vida, la libertad y los derechos de las mujeres –diciembre de 2009– que firmaron 90 organizaciones feministas de los 16 estados que han modificado sus constituciones para penalizar el aborto.
Durante la protesta, las activistas denunciaron que desde que el Congreso local aprobó la reforma constitucional para proteger la vida desde la concepción hasta la muerte –marzo de 2009– las autoridades que dicen “impartir justicia en Puebla”, lejos de cumplir con su obligación, han acentuado la persecución y criminalización de las mujeres que deciden sobre su cuerpo.
Un ejemplo de esto –abundaron– es el caso de Alejandra Gómez Sánchez,  de 21 años de edad, a quien la Procuraduría General de Justicia del estado le inició un proceso penal por el delito de aborto, siendo detenida y hostigada por el Ministerio Publico.
De acuerdo con la información sobre las denuncias por aborto proporcionada por la PGJ, de las 17 averiguaciones previas que se iniciaron de marzo de 2009 a abril de 2010, cinco se ejecutaron en Tehuacán; dos en los municipios de Puebla, Tecamachalco, Izúcar de Matamoros y Tepeaca, y una en Tehuitzingo, Huauchinango, Teziutlán y San Martín Texmelucan, respectivamente.
El rango de edad de las mujeres que fueron denunciadas ante la PGJ por interrumpir su embarazo en el estado oscila entre los 12 y 37 años de edad.
Las activistas señalaron que son preocupantes las decisiones del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial en Puebla, pues denotan una franca obediencia a los designios de las cúpulas eclesiásticas, en abierta violación al carácter laico del Estado mexicano.
Por ello, expresaron su rechazo a “las acciones que, fundadas en las morales de unos cuantos y que carecen de sentido ético y legal, se justifique la persecución y encarcelamiento de las mujeres en la entidad”.
Los miembros de Ddser exigieron libertad inmediata a todas las mujeres encarceladas de manera injusta por interrumpir su embarazo; acciones efectivas de educación sexual con bases científicas, sobre todo en los sectores poblacionales de mayor vulnerabilidad y marginación, a fin de evitar embarazos no deseados y por ende la necesidad de abortos.
Asimismo, demandaron facilitar el acceso a métodos anticonceptivos a las mujeres poblanas y respecto al derecho que tienen las féminas a decidir de manera libre y voluntaria sobre su vida reproductiva y su maternidad.

3 de noviembre de 2010

Las mujeres en México. María del Rocío García Olmedo

17 de octubre de 1953


Escrito por María del Rocío García Olmedo

Domingo, 18 de Octubre de 2009 12:00

2009-10-19

Desde mediados del siglo XIX la voz de las mujeres en México se empezó a escuchar en demanda de sus derechos; salud, educación, trabajo y participación política eran las reivindicaciones fundamentales. Para 1915 se convoca el primer Congreso Feminista en Yucatán, el movimiento de las sufragistas empezaba a tomar forma, el reconocimiento de los derechos políticos de las mujeres se va a haciendo causa fundamental.
Si bien la Constitución promulgada en 1917, no negaba la ciudadanía a las mujeres tampoco la otorgaba solo cabe recordar el texto original del artículo “Son ciudadanos de la República los mexicanos que….” Esta indefinición se repite en las discusiones del Congreso Constituyente. En ningún momento se hace alguna referencia acerca del voto femenino. Se interpreta como un hecho la negativa.
Diversas Ligas Feministas empiezan a organizarse, en Yucatán a instancias de Felipe Carrillo Puerto fueron las primeras, se suman San Luis Potosí; Chiapas, Puebla, Guerrero y todos estos movimientos empezaron a dar algunos avances.
En 1917 se expide la Ley de Relaciones Familiares, según la cual las mujeres y los hombres tienen derecho a considerarse iguales en el seno del hogar; en 1923 San Luis Potosí logra que el gobernador expidiera un decreto mediante el cual se concedía a las mujeres votar en elecciones municipales; en Chiapas se da dos años después; Puebla concedió este derecho en 1936; en 1928 en la redacción del Código Civil se dispuso “…la mujer no queda sometida, por razón de su sexo, a restricción alguna en la adquisición y el ejercicio de sus derechos; y al llegar a la mayoría de edad tiene la libre disposición de su persona y sus bienes, estando capacitada para celebrar toda clase de contratos”. Guerrero logra en 1938 las primeras presidentas municipales; surge en 1941 siendo Presidente Manuel Ávila Camacho el primer cargo público para una mujer la Jefatura de Previsión Social con Matilde Rodriguez Cabo, cuya gestión permitió integrar a las mujeres como beneficiarias del servicio del IMSS. Sin embargo, estos mandatos no eran suficientes.
Registran las historiadoras que las sufragistas en México no se rindieron, hicieron visible su intención de ejercer su derecho pleno al voto y se formaban en las filas de las casillas aun cuando sabían que no era permitido.
Cuando se funda el PNR (hoy PRI) en 1929, se incorpora a su Declaración de Principios el pronunciamiento de “ayudar y estimular el acceso de la mujer mexicana en la vida cívica” con ello, se impulsa la creación de la Dirección Femenil presidida por Margarita García Flores -recientemente fallecida- que va agrupando a las mujeres en el país, con esta organización, en 1935, socialistas y militantes del Partido Nacional Revolucionario fundaron el Frente Único Pro Derechos de la Mujer. Esta unión de mujeres de diversas posturas ideológicas en la que participaban 800 agrupaciones femeninas que integraba para esa fecha a 50 mil mujeres, lograron dar batallas históricas.
Dos años después, Lázaro Cárdenas presentó una iniciativa para otorgarles el voto sin que prosperara en el Senado. Mientras esto sucedía, mujeres campesinas se organizaron en ligas femeninas dirigidas por Refugio Rangel Olmedo, Lucina Villareal y Aurora Fernández, quienes presionaron a la Cámara de Diputados solicitando la modificación del artículo 37 de la Ley Electoral de Poderes Federales que señalaba como ciudadanos sólo a los varones.
En la década del 40 la lucha se acrecentó. Desde intelectuales como Rosario Castellanos hasta luchadoras sociales como Benita Galeana, salieron a las calles tomándolas como tribunas.
Para 1940 existían al menos dos organizaciones femeninas con suficiente fuerza para ejercer presión política: Comité Nacional Femenil y Alianza Nacional Femenina, integrada por las mujeres de las secretarías femeniles de las grandes organizaciones corporativas forjadas por Cárdenas, como la Confederación de Trabajadores de México (CTM), Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) y Confederación Nacional Campesina (CNC), que demandaban además del goce a plenitud de sus derechos políticos, mayores oportunidades de trabajo y educación, entre otros puntos.
En el PNR, después PRM las mujeres fueron incorporadas en la designación de candidatos y por primera vez a las Convenciones del Partido.
Dieciséis años después, el 24 de diciembre de 1946, la Cámara de Diputados aprueba la iniciativa del entonces presidente Miguel Alemán para que las mujeres pudieran participar en las contiendas municipales en todo el país.
Para este momento al celebrarse la Segunda Convención Nacional Ordinaria que crea al hoy PRI, la Dirección Femenil se convierte en Secretaría de Acción Femenil y las mujeres empiezan a ocupar posiciones en los órganos de dirección de este partido político.
Seis años más tarde Adolfo Ruiz Cortines se comprometió -el 6 de abril de 1952-- ante 20 mil mujeres reunidas en un mitin de campaña, a otorgar la ciudadanía sin restricciones, misma que se hizo efectiva el 17 de octubre de 1953 mediante la reforma al artículo 34 constitucional. A este encuentro acudieron mujeres de todo el país en Puebla participó con un grupo de mujeres poblanas organizadas y convocadas por Carmen Caballero de Cortes.
Después de dos siglos de lucha, las mujeres consiguieron al fin el derecho a votar y ser elegidas en todos los ámbitos de poder político.
Con ello se impulsó la participación de mujeres en el Poder Legislativo de este país. Aurora Jiménez fue la primera diputada federal, le siguieron Remedios Albertina Ezeta del estado de México, Margarita García Flores de Nuevo León, Guadalupe Ursúa Flores de Jalisco, Marcelina Galindo Arce de Chiapas.
Puebla también empieza a incorporar a mujeres postuladas por el PRI en cargos de elección popular, la primera mujer diputada federal a Esperanza Téllez por la región de Zacatlán, la primera mujer Presidenta Municipal Luz Maria Martinez en 1957 en San Martín Texmelucan, la primera Diputada Local en 1963 con Esperanza Ramos de Naranjo por el Distrito de San Martín Texmelucan, la primera Senadora de la Republica Guadalupe López Bretón en 1970 y la primera Regidora de Puebla la Señora Antonia González en 1936.
Por ello al recordar esta fecha, necesariamente tenemos que reconocer el esfuerzo de muchas mujeres, muchas de ellas anónimas, otras por fortuna muy reconocidas. Ellas pudieron rescatar y abanderar una causa común: el reconocimiento de nuestros derechos políticos que sirvieron de bandera a su lucha y un largo camino tuvieron que recorrer. Hoy todas las mujeres somos beneficiarias de este derecho.
El PRI en 1979 postula a la primera gobernadora en el país Griselda Álvarez y la organización de mujeres al interior del PRI fue impulsando algunas modificaciones estructurales con el fin de generar la incorporación creciente de las mujeres en todas las instancias partidistas, de elección popular y de gobierno.
Al interior del PRI la Secretaría de Acción Femenil es modificada por el Consejo Nacional para la Participación de la Mujer (1984), teniendo como característica ser un organismo mixto; después se convierte en Consejo para la Integración de la Mujer (1990) como organización adherente al PRI con el propósito de lograr independencia y decisiones propias; posteriormente en 1993 se transforma en Congreso de Mujeres por el Cambio como organismo político nacional incluyente, abierto a todas las organizaciones femeniles y mixtas y a mujeres en lo individual, militantes o simpatizantes y hoy la organización de mujeres es el Organismo Nacional de Mujeres Priístas.
A finales de 1994 por primera vez en su historia una mujer encabezó su Comité Ejecutivo Nacional la Sra. Maria de los Ángeles Moreno Uriegas, hoy a la presidenta es otra mujer Beatriz Paredes Rangel.
Dice Patricia Galeana “A partir de los movimientos feministas, la historia de la mujer ya no es una historia olvidada en México” sin embargo se requiere reformular la tarea colectiva de las mujeres y de los hombres, para trabajar por el desarrollo de la población femenina.
Largo es aún el camino, dice Bobbio “el desarrollo de la mujer es determinante para el progreso y bienestar de un pueblo”. Por ello la necesidad de rescatar un capitulo que forma parte de la historia de México, el movimiento de la sufragistas, como una lucha nacional dada por mujeres y hombres afines a esta causa que inició nuevos movimientos en el terreno de los derechos humanos femeninos.
Y en este momento es básico recordarlo debido a que nuevamente se pone en juicio los derechos de las mujeres y se retrocede en las conquistas alcanzadas. Asomarnos a esta parte de la historia de las mujeres de una época muy importante de México, es necesario para entender el periodo en el que se da la formación de nuevas pautas de conducta y valores de género, que de ahí en adelante perduran por muchas décadas, ya que se trata de un momento histórico en el cual se definen y re-definen algunos roles específicos de la mujer dentro de la pareja, en la familia, en su comportamiento público y social, en sus aspiraciones personales. Es esa etapa como la que hoy vivimos, un momento de recomposición social y reacomodo del tejido sociopolítico mexicano, en donde la participación de las mujeres, a veces con plena conciencia y a veces de manera espontánea e intuitiva, le dan un giro a los acontecimientos.
Por eso se requiere de un nuevo esfuerzo de organización, sigue habiendo pendientes y hay nuevos retos en los que debemos profundizar. Una nueva alianza que corresponda a la nueva realidad nacional, al Estado mexicano contemporáneo, a la nueva composición amplia y plural de las mujeres y la sociedad.
Dice la presidenta Beatriz Paredes “No queremos creer que no estamos incluidas en la imagen del porvenir. No es aceptable. Tampoco será posible. El desarrollo; para verdaderamente serlo, tiene que contener a todos: sólo así es viable”.
Hoy al conmemorar esta fecha estamos nuevamente logrando en todo el país que se escuche la voz de las mujeres.
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28 de octubre de 2010

CRÍTICA: HISTORIA Y SITUACIÓN ACTUAL Héctor M.

1. CRÍTICA: HISTORIA Y SITUACIÓN ACTUAL

1.1. Crítica y las publicaciones periódicas literarias y culturales en México
Buena parte de la vida cultural de un país o región vive y se nutre de sus publicaciones periódicas de carácter cultural y literario: en ellas figuran los autores temas y asuntos más importantes de un momento determinado; se abren las puertas los nuevos talentos; se dan a conocer, mediante traducciones, textos en lenguas extranjeras; se rescata a los escritores poco conocidos u olvidados; se continúan las tradiciones literarias; se configuran y desarrollan corrientes estéticas; se forja el gusto de los lectores, etc.

El caso de México no ha sido la excepción. Si se le echa un vistazo a los nombres de los directores y/o colaboradores más representativos de algunos de los periódicos y revistas que han aparecido y circulado en el país en los últimos doscientos años , podrá constatarse que cada uno de ellos tiene un papel destacado en la historia de la literatura en México: El Iris, 1826: José María Heredia; El recreo de las familias (1838): Ignacio Rodríguez Galván; El Renacimiento (1869): Ignacio Manuel Altamirano; Revista Nacional de Ciencias y Letras (1889-1890): Justo Sierra; Revista Azul (1894-1896): Manuel Gutiérrez Nájera; Revista Moderna (1898-1903): José Juan Tablada, Salvador Díaz Mirón, Manuel José Othón; Revista Moderna de México (1903-1911): Amado Nervo, Luis G. Urbina; Revista Pegaso (1917): Ramón López Velarde, Efrén Rebolledo, Enrique González Martínez; Contemporáneos (1928-1931): Xavier Villaurrutia, Salvador Novo, Carlos Pellicer, Jorge Cuesta, José Gorostiza, Gilberto Owen; Letras de México (1937-1947): Octavio G. Barreda; Taller poético (1933): Efraín Huerta; Taller (1938-1941) y El hijo pródigo (1943-1946): Octavio Paz; Eos (1943) y Pan (1945-1946): Juan José Arreola y Juan Rulfo; Estaciones (1956-1961): Elías Nandino; La palabra y el hombre (1957-): Sergio Galindo y Sergio Pitol; Plural (1971-1975) y Vuelta (1976-1996): Octavio Paz, José de la Colina, Juan García Ponce; Letras libres (1999-): Gabriel Zaid, Voz Otra (2005-2006): Javier de la Mora.

Sin embargo, aquí hay que hacer una distinción: entre los títulos recién mencionados, algunos corresponden a publicaciones periódicas culturales (v.g.: El Iris, El Renacimiento, Revista Nacional de Ciencias y Letras, Revista Moderna de México, La palabra y el hombre, Plural, Vuelta, Letras libres), esto es, a aquéllas que, además de ser literarias, abarcan igualmente áreas tan diversas como política, antropología, historia, arte, etc. , mientras que otros hacen referencia a publicaciones periódicas exclusivamente literarias (v.g.: El recreo de las familias, Revista Azul, Revista Moderna, Revista Pegaso, Contemporáneos, Taller poético, Taller, Letras de México, El hijo pródigo, Eos, Pan, Estaciones, Voz otra), es decir, aquéllas de carácter no especializado donde se presentan textos de creación, críticas, reseñas y reflexiones sobre la literatura.

Esta diferenciación es significativa, puesto que la predominancia de uno u otro tipo de publicación en una época determinada puede hablarnos, hasta cierto punto, de los intereses y condiciones culturales de una sociedad. Actualmente, en México, ambas clases de publicaciones coexisten; no obstante, como en muchos otros momentos históricos —por no decir la mayoría o la totalidad—, las publicaciones periódicas culturales, por su propia naturaleza ecléctica, parecen ser —si nos guiamos por su tiraje y por la facilidad con que se las encuentra en los canales de distribución—ampliamente preferidas por sobre las literarias y, en consecuencia, tienen un impacto más decisivo que éstas en la vida cultural del país. Las segundas, en cambio, apenas si inciden en una elite cada vez más selecta —su tiraje promedio es de mil ejemplares— .

Crítica, la revista que aquí estudio, ha sido, a lo largo de su historia, así de carácter cultural como literario, transformación que puede explicarse en buena medida por los vaivenes del contexto político, económico y social en el que se ha desenvuelto. Su primer número salió a la venta en octubre de 1978, cuando la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), institución de la cual forma parte, se encontraba en un proceso de reconstrucción: desde 1961, la Universidad había iniciado, sobre todo gracias a la iniciativa estudiantil, un movimiento de reforma por una universidad democrática, crítica y popular (Vélez Pliego, “La sucesión…” 60ss; González; Ocampo 24; Correas; “Presentación…” 4); en 1973, dicho movimiento, —que estaba unido con otros de índole social— había obtenido ya ciertos resultados, el más significativo de los cuales fue el triunfo electoral de un rector procedente de la izquierda (Vélez Pliego, “La sucesión…” 76; Ortega Morales, “El movimiento… I y II”; Sotelo Mendoza, “El movimiento…”; Vélez Pliego y Sotelo Mendoza, “Hacia un nuevo enfoque… I y II” y “Universidad critica…”); para 1978, aún con cierta inestabilidad y a la expectativa de los embates del Estado y de las fuerzas reaccionarias (Vélez Pliego, “La sucesión…” 77ss), la Universidad apenas comenzaba a concretar o a avanzar en la realización de los objetivos planteados en su proyecto de reforma.

Al aparecer en el seno de esta serie de eventos —o mejor: al hacerlo a causa de ellos—, resultaba imposible que Crítica se sustrajera de asumir una posición política al respecto y, por ende, durante su primera época (1978-1987), bajo la dirección de Humberto Sotelo Mendoza, fungió como un órgano político-cultural en el que, además de irle dando seguimiento y analizar el proceso de reforma universitaria, se discutieron, desde una perspectiva predominantemente marxista, temas y asuntos económicos y políticos de los niveles local, nacional e incluso internacional; asimismo, se les dio espacio, aunque relativamente pequeño, a ámbitos menos “históricos” y más “atemporales”, se puede decir, como filosofía, sociología, literatura, etc., así como a las discusiones políticas y económicas desde perspectivas netamente teoréticas, lo cual permite hablar de la primera época de Crítica como de una revista político-cultural, no exclusivamente política.

A su vez, los acontecimientos en la Universidad y en la ciudad de Puebla se hallaban en total coincidencia con lo que ocurría en el país y en el mundo, circunstancia que contribuye a justificar el enfoque cultural, ecléctico, mas preferentemente político, tanto de Crítica como de otras publicaciones periódicas de la época, por ejemplo: Plural (1971-1975), Vuelta (1976-1996) y Nexos (1978-): a finales de los años sesenta y principios de los setenta, cuando el capitalismo mundial cierra su ciclo de gran auge, iniciado después de la segunda guerra mundial (Thompson 144ss; Aboites Aguilar 270-80), algunos países —para nuestro caso, México y América Latina—, comienzan a experimentar los síntomas del desequilibrio económico (Valenzuela Feijóo; Ornelas Delgado, “Aproximación… [101]-2 y “Acumulación…”; Aboites Aguilar 280-91) y, en consecuencia, se desata una gran ola de agitación social (con su correspondiente represión estatal) que se ve impulsada ideológica y moralmente por la guerra fría (por entonces en una de sus fases más intensas) y por el triunfo de la orientación socialista de la revolución cubana y del gobierno de Salvador Allende en Chile (1970-1973). Los años setenta y ochenta fueron los de la ebullición de las guerrillas en Centroamérica, de los movimientos obreros, campesinos y estudiantiles, de la época de oro del pensamiento marxista y de los partidos de izquierda; fueron también, sin embargo, los de las dictaduras sudamericanas y de la entrada de la política neoliberal (Gutiérrez; Aboites Aguilar 291-7).

En Puebla (y, en cierta medida, en el país entero), el movimiento de reforma universitaria, particularmente en su sector estudiantil, luego de sus triunfos en los años setenta, atravesó —acaso, paradójicamente, a causa de esos mismos triunfos— por un paulatino reflujo (Rivera Terrazas; González; Sotelo Mendoza, “El movimiento… I y II”) que conllevó a su apaciguamiento y, finalmente, a su extinción . Esto se vio reflejado en la segunda época de Crítica (1988-1992), dirigida por Mariano Morales y, brevemente (1991-1992), co-dirigida por éste y por Jaime Ornelas Delgado (“La imaginación…” 45, 3), pues ésta, si bien nunca dejó de incluir entre sus páginas artículos en torno a la situación universitaria local y nacional, ni abandonó por completo los análisis coyunturales, más bien se caracterizó por un eclecticismo en el que la postura política propia de la primera época quedó más o menos diluida entre la significativa presencia de temas literarios, antropológicos, filosóficos, de teoría política, etc.: es decir, de textos menos explícitamente políticos (en el sentido de una acción ante el presente), relativamente “neutros”. Es a ésta segunda época, entonces, a la que le corresponde cabalmente el título de revista cultural.

En 1993, ante la absoluta desaparición del movimiento de reforma universitaria en Puebla y en el país, la derrota del bloque socialista en la guerra fría y la victoria real e ideológica del capitalismo monopolista mundial y del neoliberalismo (Aboites Aguilar 297-300), la agitación social se vio considerablemente disgregada y disminuida. Crítica, a su vez, dirigida desde entonces por Armando Pinto, en su tercera época (1993-), se convirtió en una revista ajena a cualquier hecho político, económico y social; esto es: en una revista exclusivamente literaria.

Entre sus páginas ha desfilado una multiplicidad (como se verá más adelante, ésta es una de las características de Crítica: el no orientarse por ninguna corriente estética sino, por el contrario, dar cabida a los estilos más variados) de autores reconocidos nacional e internacionalmente, ya pertenecientes a la tradición (específicamente: la de los dos primeros dos tercios del siglo XX) o contemporáneos: Derrek Walcott, Roger Caillois, Virgilio Piñera, Salvador Novo, David Huerta, Boris Pahov, Enrique Molina, Jean Schuster, Sergio Pitol, Coral Bracho, entre otros; de ahí su doble importancia en la vida literaria de México: a) contribuir a la difusión de escritores de todas latitudes con influencia en el ámbito global de las letras (lo que le permite al lector estar al tanto de lo que sucede en el mundo y, así, configurarse un panorama literario mucho más rico que el meramente local), y b) brindar un espacio en el que se vinculan la historia y el cambio, vinculación imprescindible para la consolidación y continuidad de toda literatura.

Otras publicaciones periódicas literarias que, al lado de Crítica, se editan y circulan en el país el día de hoy son: Lenguaraz, Eñe, Alforja, Textofilia, Voz otra (hasta 2006), Tierra adentro (todas editadas en el Distrito Federal) Revista de la Universidad Autónoma de Nuevo León y Luvina (Guadalajara). Entre las publicaciones periódicas culturales, más o menos políticas, pueden contarse las siguientes: Nexos, Letras libres, Fractal, Revista de la Universidad de México (todas editadas en el Distrito Federal) y La palabra y el hombre (Jalapa).

A continuación, hago un estudio detallado de los contenidos, secciones, orientación político-ideológica, diseño e imagen de Crítica a través de sus distintas épocas .



1.1. Primera época (1978-1987).



La primera época de Crítica comprende treinta y tres números y abarca un periodo de diez años (octubre 1978-diciembre 1987). Su coordinador general —con este cargo y no con el de director aparece en el directorio de la revista— fue Humberto Sotelo Mendoza. Se caracterizó por ser una publicación político -cultural, pues en ella, si bien predominaron ensayos analíticos sobre la situación universitaria, política, económica y sobre los movimientos sociales más destacados a nivel local (Puebla y Tlaxcala), nacional, regional (América Latina) y, aunque con menor frecuencia, mundial, no por ello, sin embargo, se olvidaron por entero áreas como antropología, la sociología, la filosofía o la literatura.

Asimismo, debido en buena parte a la influencia y a la interacción con el contexto nacional e internacional descrito en el apartado anterior, la postura político-ideológica adoptada por la revista, así en la mayoría de sus artículos como en la única editorial que apareció durante esta época (la del número 2, de marzo-junio de 1979 ) fue el marxismo . Por otra parte, Crítica se definió explícitamente como la revista de la Universidad Autónoma de Puebla y, con ello, como un órgano activamente vinculado con la reforma universitaria, con las demandas sociales y, en general, con la búsqueda de “[…] transformaciones hacia formas más justas de las relaciones humanas […] de una sociedad sin explotadores ni explotados […]” (“Presentación…” 4), condición que acentuó aún más —y que, a la vez, nos confirma— la vocación izquierdista de la publicación.

En la lista (más o menos cambiante a través de los números) de su Consejo Editorial, figuran, entre otras, las siguientes personas: Julio Glockner, Luis Ortega Morales, Alfonso Vélez Pliego (rector de la UAP de 1981 a 1987), Armando Pinto Parada (futuro director de Crítica), Carlos Figueroa Ibarra, Alejandro Witker y el propio Humberto Sotelo Mendoza. Entre sus colaboradores nominales (esto es, los que aparecen sólo en la página de derechos pero no publican artículos) y reales se cuentan, a su vez: Óscar Correas, Pablo González Casanova, Óscar del Barco, Jorge Juanes, Enrique Semo, Mariano Morales (igualmente, como veremos, futuro director de la revista), Raúl Dorra, Jaime Ornelas Delgado, Luis Rivera Terrazas (rector de la UAP de 1975 a 1981) , Hugo Diego Blanco, etc., algunos de los cuales son reconocidos pensadores de izquierda en el ámbito latinoamericano (y/o exiliados políticos a causa de las dictaduras en dicha región y, por tanto, opositores al sistema). Por ello mismo, la mayor parte de los artículos de Crítica están escritos originalmente en lengua española .

Entre el número 1 (1978) y el 25 (1985), Crítica presentó uniformemente cuatro secciones constantes y una ocasional. Éstas son:

a) Problemática universitaria. Contiene reseñas históricas y ensayos analíticos sobre el papel de la universidad en el estado de Puebla, en México y en otros países. Asimismo, en esta sección figuran importantes trabajos de diversos autores en los que, número a número, se le va dando seguimiento al movimiento de reforma universitaria de la UAP .

b) Análisis político y económico. Se presentan ensayos que evalúan los principales sucesos económicos y políticos locales, nacionales, regionales y mundiales.

c) Política y cultura. Tiene un carácter menos coyuntural que la sección anterior. En ella aparecen más bien debates teóricos sobre temas “universales” y, hasta cierto punto, “atemporales”; incluye campos como filosofía, antropología, teoría política y literatura , entre otros. También se presentan en ella entrevistas (originales o no, traducidas o inicialmente en español) a personalidades del área de humanidades: Herbert Marcuse, núm. 5 (Marcuse); Jean Paul Sartre, 6 (Sartre); Claude Melissoux, 19 (Melissoux); Franco Basaglia, 26 (Basaglia), etc. Asimismo, en algunos números, en esta sección figura una subsección titulada “Actividades de la UAP”, especie de boletín en el que se da información sobre eventos, congresos, etc., que han tenido o tendrán lugar en la Universidad.

d) Notas [o “noticias”], comentarios y reseñas. Como su nombre lo indica, contiene reseñas y comentarios de libros (en especial, sobre política y economía y editados por la UAP), publicaciones periódicas (v.g.: Dialéctica, revista de la Facultad de Filosofía de la UAP, Revista de la Universidad de Chapingo, Revista del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM), exposiciones pictóricas, etc.

e) Documentos (ocasional). Se reproducen documentos históricos, discursos de dirigentes políticos, manifiestos de partidos y organizaciones, etc.

A partir del número 26-27 (enero-junio 1986), Crítica, además de experimentar ligeros cambios en su diseño, como se verá más adelante, abandonó los títulos de las secciones que la habían caracterizado hasta ese momento; sin embargo, en líneas generales, sus artículos se mantuvieron con la misma orientación marxista y los mismos tópicos hasta entonces manejados.

En cuanto a su periodicidad , ésta fue sumamente variable, aunque inclinada a la trimestralidad (1980, 1985 y 1986) o, bien, a la cuatrimestralidad (1982-1985) . Para mayores detalles en torno a dicho aspecto, obsérvese este cuadro:

Cuadro 1

Años Números publicados Periodicidad

1978 1 Pentamestral

1979 2 y 3 No determinable

1980 4 a 7 Trimestral

1981 (ene.-jun.) 8-9 Semestral

1981 10-11 No determinable

1982-1985 12 a 23 No determinable

1985 (sept-nov.) 24 Trimestral

1985 (dic.) 25 Mensual

1986 (ene.-jun.) 26-27 Semestral

1986 (jul.-dic.) 28 y 29 Trimestral

1987 (ene. – jun.) 30-31 Semestral

1987-1988 (jul. – marzo) 32-33 Nonamestral



Crítica se ofreció en un formato de 20.5 cm. de ancho por 28 cm. de alto, en papel de mediana calidad, con encuadernación rústica y un promedio de 140 páginas .

En la cubierta, toda a color, figuran, en el lado superior izquierdo, su nombre y su subtítulo: “Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla” (núms. 1 a 28) y “Crítica. Revista trimestral de la Universidad Autónoma de Puebla” (29, 30-31 y 32-33), y, en el superior derecho, su número; el resto lo ocupan el título de algunos de sus contenidos y una imagen, generalmente creada o intervenida de forma digital.

Sus textos se imprimieron a dos columnas —no así las reseñas, que lo hicieron a tres— sin cordonel, con caracteres de la familia tipográfica romana antigua. Los números 5 a 23 presentan su folio y su folio explicativo, sin filetes, en los extremos superiores de la página. El resto de los números ofrece ciertas variaciones en estos rubros.

Cada número aparece ilustrado, en blanco y negro, con la obra gráfica de un autor contemporáneo (v.g.: Gonzalo Fernández Márquez, núms. 6,7,10-11, 17 y 25; Francisco Toledo, 17; Jesús Romero Galdámez, 19 a 24; Akbar del Piombo, 25; Josep Renau , 26-27, 28; Liliana Amezcua di Sandro, 29, 30-31, y J. Carlos Jímenez, 32-33) o bien, en menos ocasiones, con la reproducción de obras del pasado (por ejemplo, los fragmentos de El Guernica de Picasso en el número 5, o los grabados decimonónicos de José Manzo y de alumnos la Academia de San Carlos, en el 18); asimismo, figuran fotografías (b/n) que acompañan a algunos de los artículos. Todas estas ilustraciones están dispuestas ya en el cuerpo de los textos (justificadas), ya, a modo de portadillas internas que separan una sección de la revista de otra, a página llena.

Por otro lado, Crítica cuenta con publicidad (novedades editoriales del ámbito local y nacional, en particular de las editoriales ERA y de la UAP; revistas de circulación en el país, sobre todo de ciencias sociales, e información sobre la realización de encuentros y congresos en México y en Latinoamérica) en sus últimas tres o cuatro hojas y, esporádicamente, en el cuerpo central de la revista.

En la cubierta posterior, toda a color, se observan el fragmento de algún texto, dispuesto en bandera por la izquierda, y una imagen, generalmente creada o intervenida de forma digital .



1.2. Segunda época (1988-1992).



La segunda época de Crítica comprende catorce emisiones: las que van del número 34 (primavera 1988) al 49 (primavera 1992), de las cuales dos fueron números dobles: 41-42 (invierno-primavera 1990) y 43-44 (verano-otoño 1990) —o, mejor dicho, sólo aparentemente dobles, lo confiesa la editorial del primero de ellos (“La imaginación…” 41-42, 3) . Su director fue Mariano Morales. Sin embargo, entre los números 45 (invierno 1990-91) y 49, el directorio de la revista consignó la figura de un director general: Jaime Ornelas Delgado, designado por el “[…] H. Consejo Universitario […]” (“La imaginación… 45, 3) de la UAP, según se lee en la editorial del número 45, para colaborar en la solución de los problemas por los que la Universidad —y, por ende, Crítica— estaba atravesando en aquel momento (“La imaginación…” 41-42, 3; 43-44, 3, y 45, 3). Se puede hablar, entonces, en este periodo, de una codirección.

Es en esta época cuando la revista puede denominarse, con toda la justicia del término, cultural, pues se caracteriza por abarcar, en proporciones equivalentes, tantas áreas del conocimiento —y recursos: académicos, periodísticos, etc.— como le es posible : no sólo incluye entre sus páginas análisis de los sucesos universitarios, políticos y económicos más importantes del momento, cual sucedía en la primera época de manera casi exclusiva, sino que, al lado de éstos, le da un considerable espacio a discusiones teóricas —más o menos “apolíticas” o “atemporales”— pertenecientes a ámbitos tan diversos como la antropología, la historia, el arte, etc. y, aunque mínimamente, a la creación literaria, situación esta última que puede verse como un punto de contacto y como germen de transición hacia su tercera época. A causa de esta visible heterogeneidad, como ya he mencionado, la postura política —en específico: de izquierda— que campeaba predominantemente en números anteriores, llega a difuminarse en cierta medida, si bien se encuentra lejos de desaparecer por completo , así de sus artículos como de sus editoriales, que ahora encabezan cada una de las emisiones de la segunda época.

Asimismo, dicho eclecticismo se reflejó en el hecho de que, con excepción de “La letra”, la revista no agrupó sus contenidos en secciones con títulos constantes; por el contrario, éstos, a manera de dossiers, variaron en cada número . No obstante esta variedad, es posible ubicar los artículos de Crítica dentro de los siguientes rubros:

a) análisis coyunturales sobre las situaciones universitaria , política y económica a nivel local, regional, nacional y mundial;

b) ensayos de carácter menos coyuntural, más teórico, que comprenden ámbitos como ecología, historia, antropología, arte, política (esto es: teoría política), etc.;

c) algunos textos literarios, tanto escritos originalmente en español como traducidos: poemas de Vassilis Vassilikos (Vassilikos 45-49), Gonzalo Rojas (Rojas 62), Carlos Pellicer (Pellicer 69) y David Huerta (“Abalorios…” 59); un cuento —inédito en español— de Virginia Woolf (Woolf 19-20); un fragmento del guión cinematográfico Bella muchacha de Juan Manuel Torres (Torres 72-81), la reproducción de una crónica de Guillermo Prieto (Prieto 27-34), un ensayo traducido de William Golding (Golding 7-13), entre otros;

d) entrevistas, originales o reproducidas: en contraste con la primera época, donde sólo tenían un papel secundario, aquí las entrevistas figuran en cantidad considerable en cada emisión, y

e) La letra: sección en la que aparecen, sobre todo, reseñas de libros de múltiples temas, pero también —y esto, al lado de las entrevistas, contribuye a darle un tono periodístico a esta época de Crítica— reportajes y breves crónicas; de forma excepcional, aparece también un cuento (Dogart 110-112).

Entre sus colaboradores (nominales y reales) más representativos se encuentran, al lado de algunos ya anotados en el apartado anterior —v.g. Jaime Ornelas, Jorge Juanes, Armando Pinto, Francisco Vélez, Pablo González Casanova, Raúl Dorra, Manlio Barbosa Cano, Carlos Figueroa Ibarra— los siguientes: Javier Mena, Dora Kanoussi, Elena Poniatowska, Ana María Magaldi (como traductora), Rafael Campos Enríquez, Susana Percaz, Carlos Perzabal y el propio Mariano Morales, etc. Por otro lado, es necesario resaltar que los artículos traducidos y/o reproducidos figuran de manera importante al lado de los originales y de los redactados en lengua española, característica que se extenderá hacia la tercera época .

En cuanto a su periodicidad: a pesar de que Crítica no indicó, ni en su cubierta ni en su página de derechos, si tendría regularidad periódica, sí procuró publicar cuatro números por año, según lo afirma la editorial del número 41-42 (“La imaginación…” 41-42, 3) —es decir: procuró una periodicidad trimestral. No obstante, esto no ocurrió siempre así. Para mayor claridad al respecto, obsérvese el siguiente cuadro:



Cuadro 2

Periodo Números publicados Periodicidad

Primavera 1988-verano 1989 34 a 39 Trimestral

Otoño 1989 - ¿? 40 No determinable

¿? -otoño 1990 41-42 y 43-44 No determinable

Invierno 1990-91- verano 1991 45 a 47 Trimestral

Otoño 1991-inv. 1991-1992 48 Semestral

Primavera 1992 49 Anual



En el rubro de diseño e imagen, Crítica se ofreció en formato carta (20.5 cm. de ancho por 28 cm. de alto), en papel de mediana calidad, con encuadernación rústica y un promedio de 120 páginas.

En su cubierta, toda a color, figuran, en el lado superior izquierdo, su nombre y su subtítulo: “Revista de la Universidad Autónoma de Puebla”, y, en el superior derecho, su issn, número, periodo y precio; el resto lo ocupan el título de algunos de sus contenidos y una imagen, generalmente una obra pictórica de un artista contemporáneo: Francisco Toledo (núms. 34 y 40), José Villalobos (núms. 37 y 46), José Luis Hernández (núms. 40 y 43-44), Mihael Dalla Valle (núm. 45), etc.

Los artículos se imprimieron a dos columnas sin cordonel , en una caja tipográfica con filetes en la parte superior y en los amplios márgenes de corte (5.3 cm. de ancho), en los cuales se colocaron, en cuerpo mayor, fragmentos destacados de los textos o resúmenes de los mismos. Por otro lado, los artículos de poca extensión se situaron en recuadros y se presentaron acompañando a los de proporciones más distendidas.

La familia tipográfica empleada —excepto por el número 34— fue la paloseco. Los folios se situaron en los extremos inferiores de las páginas y, los folios explicativos, en los superiores.

Cada número aparece ilustrado, en blanco y negro, por obras (grabados, fotografías, pinturas, la mayoría de las veces insertadas en los bloques de texto, ya a media sangre o a sangre entera —en pocas ocasiones justificadas—, pero también a página llena) de diversos artistas plásticos, así contemporáneos como ya pertenecientes a la tradición: Sando Berger, Rosa Palafox, Juan Rulfo, Mariana Yampolski, Guillermo Sienra, Spencer, Raúl Ávila, por una parte y, por otra, Francisco de Goya, Vincent Van Gogh, Joan Miró, Pablo Picasso (éstos últimos, en especial, en los números 41-42 y 43-44). De igual forma, algunas fotografías, también en blanco y negro, acompañan el contenido de los artículos. Finalmente, Crítica presenta publicidad (generalmente, novedades de la editorial de la UAP, propaganda de los diarios La Jornada, La Jornada de Oriente y de la editorial Eón, así como de algunas publicaciones periódicas: Elementos (UAP), Extensión. Divulgación de Ciencia, Técnica y Humanidades (Universidad Veracruzana), Diálogo. Revista Interdisciplinaria (UNAM), Trabajo. Sociedad, tecnología y cultura, etc.)en las últimas dos hojas y en la segunda, tercera y cuarta de forros .



1.3. Tercera época (1993-).



La tercera época de Crítica inició en el número 50 (marzo 1993) y se extiende hasta la actualidad. Armando Pinto ha sido su director y Julio Eutiquio Sarabia —él mismo poeta— su subdirector desde entonces .

La discrepancia esencial entre ésta y las dos previas es, como ya se ha mencionado, la ausencia de una postura política explícita entre sus páginas, ya que la revista se volvió netamente literaria: los textos que la componen son poemas, cuentos, fragmentos de dramas, ensayos literarios y de divulgación (principalmente sobre arte y literatura), entrevistas con escritores, reseñas y comentarios a obras literarias (sobre todo de Latinoamérica, Norteamérica y Francia) tanto de la primera parte del siglo XX como contemporáneas.

Por otro lado, la tercera época se asemeja a la primera por la carencia absoluta de editoriales y de reportajes, rubros en los que ambas se oponen a la segunda. La tercera y la segunda, a su vez, se alejan de la primera y se aproximan entre sí por dar lugar a la creación literaria (a pesar de que la segunda época lo haya hecho a cuentagotas), y por ofrecer un cierto equilibrio cuantitativo entre textos redactados originalmente en español y traducciones.

El periodo abarcado por cada uno de los números de la tercera época (anunciado en la cubierta de la revista) es de dos meses. Sin entrar por ahora en particularidades, diré que Crítica, durante ésta, ha tenido una periodicidad bimestral más o menos regular —aunque muy lejos de ser estricta— y que sus colaboradores son variados. Finalmente: la revista carece de todo tipo de publicidad.

He mencionado ya las características comunes a toda la tercera época. A partir de ahora, dividiré el estudio de la misma en dos secciones que se distancian entre sí por una elipsis de diez meses (junio 1995-marzo 1996) en la que ningún número de la revista fue publicado y que, además, se contraponen entre sí por la cantidad de números que comprenden (11 y 75+, respectivamente), por la forma de disposición de sus contenidos y por su diseño gráfico: la primera de ellas (a continuación: tercera época 1) va del número 50 al 60 (abril-mayo 1995) y, la segunda (a continuación: tercera época 2) del 61 (abril-mayo 1996) en adelante.

Sin embargo, las diferencias en tales ámbitos, por sí mismas, no resultan suficientemente significativas como para realizar una partición en el estudio de la revista; por ello, es necesario hallar una razón más profunda para validarla; ésta es la siguiente: es de la tercera época 1 de donde tomaré los poemas con los que llevaré a cabo el índice crítico de este trabajo; desde esta luz, la división metodológica revela su utilidad: contribuir a una contextualización más precisa de mi corpus de análisis.

Una vez señalado esto, proseguiré con mi descripción.



1.3.1. Tercera época 1: periodo de estudio (1993-1995).



Obsérvese el siguiente cuadro para conocer la relación entre los números publicados y los meses en los que éstos aparecieron:



















Cuadro 3

Periodo Núm. publicado Periodo Núm. publicado

Marzo 1993 50 Abril-mayo 1994 56

Mayo-junio 1993 51 Junio-julio 1994 57

Julio-agosto 1993 52 Ago.-sept. 1994 58

Sept-oct. 1993 53 Oct.-nov. 1994 59

Nov.-dic. 1993 54 Dic. 1994-marzo 1995 —

Ene-feb. 1994 55 Abril-mayo 1995 60



En cuanto a la disposición de sus contenidos, la tercera época 1 ofrece las siguientes secciones:



a) “El sueño de la aldea”: ensayos literarios, de divulgación y comentarios bibliográficos de breve extensión (una a tres páginas);

b) “Digresiones”: ensayos literarios de mediana extensión (cuatro a seis páginas; figuran textos, por ejemplo, de Arthur Miller, José Joaquín Blanco y Marylin Bobes);

c) “Navegaciones”: cuentos breves (tres o cuatro páginas; figuran autores como Pedro Ángel Palou, Carmen Boullosa y Daniel Sada);

d) “Poesía” de autores del siglo XX y contemporáneos (Derrek Walcott, Blaise Cendrars, David Huerta, José Luis Rivas, Julio Eutiquio Sarabia, Enrique de Jesús Pimentel y María Baranda, entre otros);

e) una sección dedicada a algún escritor ya reconocido dentro del mundo literario: Enrique Molina (núm. 51), Juan Tovar (núm. 52), Ignacio Ibarra Mazari (núm. 53), Charles Simic (núm. 55), Salvador Novo (núm. 56) y Raymond Abello (núm. 60), sección que, a su vez, tiene la siguiente estructura:

e.1) breve reseña bio-bibliográfica del autor en cuestión;

e.2) entrevista con el escritor;

e.3) textos del autor;

e.4) comentarios de diversos autores en torno a la obra del escritor;

f) “Plástica”: en cada número, se dedican uno o dos ensayos literarios para hablar de la obra del artista que lo ha ilustrado (sección que, aunque ya sin título, se mantiene hasta el número 68, nov. – dic. 1997), y

g) “Entrevista” con algún autor de textos literarios: Jean Schuster (núm. 55; Schuster [33]-35), Sergio Pitol (núm. 56; Pitol [13]-16), Roger Caillois (núm. 57; Caillois [33]-38); Abraham Oceransky (núm. 58; Oceransky 71-73); William Ospina (núm 59; Ospina [19]-23) y Rayo (núm. 60; Rayo [77]-80).



Aquí hay que resaltar la presencia de las que ya he señalado como las dos características más notables de la revista: la variedad de colaboradores y el equilibrio histórico; en efecto, Crítica ofrece, al lado de textos de diversos autores (principalmente del siglo xx) ya validados por la tradición (dispuestos por lo general en la sección del inciso e), los de autores contemporáneos (dispuestos en el resto de las secciones), combinación que resulta saludable para la existencia de toda literatura y que, por ello mismo, hace de Crítica una publicación periódica significativa dentro del panorama de las letras en México.

Crítica se presentó en un formato de 21 cm. de ancho por 27.5 cm. de alto, en papel fino, con encuadernación rústica y un promedio de ochenta y cuatro páginas.

En su cubierta aparecen los siguientes elementos:



a) título (a color y en caracteres de cuerpo ostensiblemente mayor al resto de los datos);

b) viñeta (a color, con forma de ángel, al lado derecho del título);

c) filete (a color);

d) subtítulo: “Revista cultural de la Universidad Autónoma de Puebla”;

e) “Publicación bimestral”;

f) “Nueva época”, periodo, número;

g) título de algunos contenidos;

h) imagen de una obra gráfica (a color);

i) issn y precio .



Los textos se imprimieron a tres columnas —con excepción de los poemas, que lo hicieron a una—, sin cordoneles, con caracteres de la familia tipográfica romana antigua. Las páginas, carentes de filetes —excepto las de inicio de los artículos—, presentan sus folios (a color, por cierto) y sus folios explicativos en la parte inferior: los primeros colocados en los extremos y, los segundos, a un lado de los márgenes de lomo.

Al inicio de cada artículo hay un margen de 7.3 cm. de ancho, color gris claro, en el lado izquierdo de la página; en éste figuran el nombre de la sección, un filete a color, una viñeta a color con forma de ángel, y, en cuerpo menor, en negritas y en bandera por la derecha, un fragmento destacado del texto. Esta página de arranque —como también ocurría, cabe decirlo, en la segunda época— nunca tiene folio.

De igual manera, en cada número pueden observarse viñetas y florones a color, así como la obra gráfica de un autor (o, al menos en su mayoría, de un solo autor) contemporáneo (v.g.: Gustavo Aceves, núm. 50; Fernando Leal, núm. 51; Mihael Dalla Valle, núm. 52, y Estrella Carmona, núm. 58), en blanco y negro, dispuesta (justificadamente) en el cuerpo de los artículos, y, en el caso de la segunda, tercera (a modo de marca de agua) y cuarta de forros, a página llena.

En suma, de la presentación física de la tercera época 1 puede expresarse lo siguiente: la alta calidad de su papel de impresión, la cual hace que sus ilustraciones (especialmente las de la contracubierta) resalten sobremanera, así como el excelente trabajo de diseño que en ella se aprecia, convierten a Crítica en una publicación sumamente agradable para la vista y para el tacto .



Tercera época 2 (1996-).



Obsérvese el siguiente cuadro para conocer la relación entre números publicados y el año en que aparecieron:



Cuadro 4

Año Núms. Publicados (NP) Total de NP

1996 61-64 4

1997 65-68 4

1998 69-73 5

1999 74-79 6

2000 80-84 5

2001 85-90 6

2002 91-96 6

2003 97-101 5

2004 102-107 6

2005 108-113 6

2006 114-118 5

2007 119-124 6

2008 125-129 5

2009 130-135 6



Los textos de la revista se distribuyen en tres secciones:



a) “El sueño de la aldea”: breves (dos o tres páginas) ensayos literarios y de divulgación, generalmente traducidos y pertenecientes a escritores anglosajones del siglo XX y contemporáneos: Harold Pinter, Scott Fitzgerald, Charles Simic, William Golding, etc.;

b) en una sección sin título se disponen cuentos, ensayos literarios (especialmente sobre literatura y sus autores), poemas y piezas dramáticas escritos originalmente en español; aquí, aunque no se excluyen por completo textos de escritores ya reconocidos por la tradición (v.g.: Virgilio Piñera y Cintio Vitier), es evidente la predominancia de textos de autores contemporáneos (Coral Bracho, José Luis Rivas, Jorge Fernández Granados, Eduardo Milán, Ricardo Yáñez, Enrique Serna, Pedro Ángel Palou, Alberto Paredes, etc.), y

c) “La vigilia de la aldea” (a partir del número 97, feb.-marzo de 2003): reseñas de obras literarias.



Nuevamente, como habrá podido notarse, la revista ostenta aquí sus dos características fundamentales: un mosaico de autores y una conjunción entre lo pasado (los textos de la sección “El sueño de la aldea”) y lo presente (los textos de la sección del inciso b).

En cuanto a su diseño, Crítica se presenta en un formato de 17 cm. de ancho X 22.3 cm. de alto, con encuadernación rústica y cubierta de cartón, en papel de calidad estándar y con un promedio de ciento cuarenta y cuatro páginas.

En su cubierta, toda a color, figuran, en la parte central superior, su título, una viñeta con forma de ángel (hasta el número 81, abril-mayo 2000), su subtítulo: “Revista cultural de la Universidad Autónoma de Puebla”, los datos “Publicación bimestral”, “Nueva época” (frase que desaparece en el número 100, ago.-sept. 2003) , el periodo y el número. El resto lo ocupa la imagen de una obra gráfica).

Según la sección a la que pertenezcan, los textos se imprimen a una (sección sin nombre), dos (“El sueño de la aldea”) y tres columnas (“La vigilia de la aldea”) , sin cordoneles y en caracteres de la familia tipográfica romana antigua. Las páginas, carentes de filetes, tienen sus folios en los extremos inferiores y sus folios explicativos en los extremos superiores.

Se observan asimismo, por cada número, la obra gráfica de un autor contemporáneo (v.g.: Octavio Mendoza, núm. 61; Lorena Orozco Quijano, núm. 67; Olivia González, núm. 70 y Héctor Ruiz Escoba, núm. 89) y fotografías de escritores que acompañan a los artículos de la revista,; todas ellas en blanco y negro, colocadas en el cuerpo de los textos (a media sangre o a sangre entera) o, bien, en el caso de la primera y última páginas de la revista, así como al lado de la página inicial de algunos artículos, a página llena.

En la contracubierta, igualmente a color, aparecen el sumario o índice, la imagen de una obra gráfica, el precio, issn, código de barras y el nombre del ilustrador del número .

















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—. “Universidad critica y autogestión académica”. Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 26-27 (1986): [32]-50.



F) Artículos y editoriales de Crítica

Aguirre Beltrán, Gonzálo. “Franz Boas, la antropología profesional y la lingüística en México”. Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 12 (s.f.): [105]-117.

Barbosa Cano, Manlio. “Cartografía de la ciudad y el valle de Puebla: del siglo XII al siglo XVI”. Crítica. Revista cultural de la Universidad Autónoma de Puebla 50(1993): [54]-60.

—. “El agua perdida: la urbanización de Tenochtitlán”. Crítica. Revista cultural de la Universidad Autónoma de Puebla 58(1994): 79-80.

Basaglia, Franco. “Entrevista a…”. Entrevista con Pablo Álvarez Zagoya. Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 23 (s.f.): [150]-157.

Blanco, Hugo Diego. “El umbral de la memoria”. Crítica. Revista cultural de la Universidad Autónoma de Puebla 50(1993): [41]-47.

—. “El fuego que purifica”. Crítica. Revista cultural de la Universidad Autónoma de Puebla 51(1993): [37]-39.

Buró Político del Partido Revolucionario de los Trabajadores, el [.] Sección Mexicana de la Cuarta Internacional. “partido revolucionario de los trabajadores [.] Declaración sobre la entrada de las tropas soviéticas en Afganistán [sic]”. Crítica [.] revista de la universidad autónoma de puebla [sic] 5 (1980]): 105-6.

Caillois, Roger. “Caillois: el sueño, la fiesta y la guerra”. Entrevista con J. Worms. Trad. Glenn Gallardo. Crítica. Revista cultural de la Universidad Autónoma de Puebla 57(1994): [33]-38.

Comisión Ejecutiva del Comité Central de Partido Comunista Mexicano, la. “partido comunista mexicano [.] Renace la política de ‘guerra fría’”. Crítica .Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 5(1980]): 103-4.

Consejo de Dirección de Crítica [sic]. “la urss en Afganistán [sic]”. Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 5(1980): 102.

Díez de Revenga, Francisco Javier. “Laura Campmany y la autenticidad de nuestro mundo”. Crítica. Revista cultural de la Universidad Autónoma de Puebla 57(1994): 79-80.

Dogart M., Alberto. “La puerta 8”. Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 47(1991): 110-112.

Dorra, Raúl. “Literatura y compromiso”. Crítica .Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 3([1979]): 99-106.

—. “El poeta y su trabajo”. Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 7(1980): [131]-134.

Galeano, Eduardo. “V centenario. La celebración de los vencidos”. Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 40(1989): 4-15.

Glockner, Julio. “La cruz en el ombligo”. Crítica. Revista cultural de la Universidad Autónoma de Puebla 50 (1993): [61]-65.

—. “La historia por sexenios”. Crítica. Revista cultural de la Universidad Autónoma de Puebla 57(1994): [77]-79.

Golding, William. “Sobre la cresta de la ola”. Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 49(1992): 7-13.

González Ruiz, Jorge Enrique. “El auge de la derecha en México y las tareas de los socialistas”. Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 48(1991): 75-83.

Gravagnolo, Bruno et al. “De octubre a la Perestroika. Un debate desde Italia”. Trad. Ana María Magaldi Suter. Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 37(1988): 99-106.

Huerta, David. “Abalorios de Chamanismo”. Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 40(1989): 59.

Juanes, Jorge. “Valorización y Estado en Marx”. Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 7 (1980): [85]-92.

—. “A propósito de El joven Hegel y los problemas de la sociedad capitalista”. Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 23 (s.f.): [123]-137.

—. “El capital de Marx y el capitalismo monopolista internacional. I parte”. Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 25 (1985): [87]-98.

—. “El capital de Marx y el capitalismo monopolista internacional. II parte”. Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 25 (1985): [118]-130.

Lagarde, Marcela. “Nuestra antropología”. Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 12 (s.f.): [125]-132.

“La imaginación Crítica”. Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 34(1988): 3.

“La imaginación Crítica”. Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 36(1988): 3.

“La imaginación Crítica”. Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 37(1988): 3.

“La imaginación Crítica”. Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 41-42(1990): 3.

“La imaginación Crítica”. Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 43-44(1990): 3.

“La imaginación Crítica”. Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 45(1990): 3.

“La imaginación Crítica”. Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 49(1992): 3.

Lino, Gerardo. “El desorden perfecto”. Crítica. Revista Cultural de Universidad Autónoma de Puebla 58(1994): [73]-79a.

Marcuse, Herbert. “La revolución del siglo XXI será poética”. Entrevista con Jean Marabini. —.Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 4 (1980): [101]-102.

Melissoux, Claude. “Entrevista con…”. Entrevista con Enrique Aguirre Nieto. Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 19 (s.f.): [131]-132.

Muñoz Ledo, Porfirio. “Muñoz Ledo: La clave, un Partido de las Fuerzas Productivas”. Entrevista con Aurelio Fernández F. Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 36(1988): 4-8.

Oceransky, Abraham. “Abraham Oceransky: el teatro, la magia de la vida o el camino”. Entrevista con José Homero. Crítica. Revista cultural de la Universidad Autónoma de Puebla 58(1994): 71-73.

Ochetto, Achille. “Nuevas puertas a la izquierda. Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 43-44(1990): 32-48.

Ospina, William. “William Ospina y la crítica de la razón”. Entrevista con Víctor Sosa”. Crítica. Revista cultural de la Universidad Autónoma de Puebla 59(1994): [19]-23.

Pellicer, Carlos. “A Juan Manuel Torres”. Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 37(1988): 69.

Pitol, Sergio. “Sergio Pitol: la novela puede ser todo”. Entrevista con José Homero. Crítica. Revista cultural de la Universidad Autónoma de Puebla 56(1994): [13]-16.

“Presentación al segundo número de crítica”. Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 2(197[9]): 3-4.

Prieto, Guillermo. “Puebla en el siglo XIX”. Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 34(1988): 27-34.

Rayo. “Un Rayo que no cesa”. Entrevista con Víctor Sosa”. Crítica. Revista cultural de la Universidad Autónoma de Puebla 60(1995): [77]-80.

Rojas, Gonzalo. “Las hermosas”. Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 34(1988): 16-19.

Santí, Enrico Mario. “Heidegger, Paz y la poética”. Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 17(s.f.): [89]-94.

Sartre, Jean Paul. “Conversación con…” Entrevista con Juan Goytisolo. Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 6 (1981): [119]-125.

Schuster, Jean. “El surrealismo: una conversación con Jean Schuster”. Entrevista con Víctor Sosa. Crítica. Revista cultural de la Universidad Autónoma de Puebla 55(1994): [33]-35.

Torres, Juan Manuel. “Bella muchacha”. Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 34(1988): 72-81.

Vázquez León, Luis. “Cultura y culturas. Lo abstracto y lo concreto de la categoría cultura”. Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 7 (1980): [101]-108.

Vassilikos, Vassilis. “Poemas de…” Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla 34(1988): 45-49.



G) Títulos varios

Mora, Javier de la. “Voz otra: un año de poesía y rigor crítico. Conversación con Javier de la Mora”. Conv. con Jesús R. Cedillo. Voz Otra 5(2006): 42-50.


1. CRÍTICA: HISTORIA Y SITUACIÓN ACTUAL





1.1. Crítica y las publicaciones periódicas literarias y culturales en México



Buena parte de la vida cultural de un país o región vive y se nutre de sus publicaciones periódicas de carácter cultural y literario: en ellas figuran los autores temas y asuntos más importantes de un momento determinado; se abren las puertas los nuevos talentos; se dan a conocer, mediante traducciones, textos en lenguas extranjeras; se rescata a los escritores poco conocidos u olvidados; se continúan las tradiciones literarias; se configuran y desarrollan corrientes estéticas; se forja el gusto de los lectores, etc.

El caso de México no ha sido la excepción. Si se le echa un vistazo a los nombres de los directores y/o colaboradores más representativos de algunos de los periódicos y revistas que han aparecido y circulado en el país en los últimos doscientos años , podrá constatarse que cada uno de ellos tiene un papel destacado en la historia de la literatura en México: El Iris, 1826: José María Heredia; El recreo de las familias (1838): Ignacio Rodríguez Galván; El Renacimiento (1869): Ignacio Manuel Altamirano; Revista Nacional de Ciencias y Letras (1889-1890): Justo Sierra; Revista Azul (1894-1896): Manuel Gutiérrez Nájera; Revista Moderna (1898-1903): José Juan Tablada, Salvador Díaz Mirón, Manuel José Othón; Revista Moderna de México (1903-1911): Amado Nervo, Luis G. Urbina; Revista Pegaso (1917): Ramón López Velarde, Efrén Rebolledo, Enrique González Martínez; Contemporáneos (1928-1931): Xavier Villaurrutia, Salvador Novo, Carlos Pellicer, Jorge Cuesta, José Gorostiza, Gilberto Owen; Letras de México (1937-1947): Octavio G. Barreda; Taller poético (1933): Efraín Huerta; Taller (1938-1941) y El hijo pródigo (1943-1946): Octavio Paz; Eos (1943) y Pan (1945-1946): Juan José Arreola y Juan Rulfo; Estaciones (1956-1961): Elías Nandino; La palabra y el hombre (1957-): Sergio Galindo y Sergio Pitol; Plural (1971-1975) y Vuelta (1976-1996): Octavio Paz, José de la Colina, Juan García Ponce; Letras libres (1999-): Gabriel Zaid, Voz Otra (2005-2006): Javier de la Mora.

Sin embargo, aquí hay que hacer una distinción: entre los títulos recién mencionados, algunos corresponden a publicaciones periódicas culturales (v.g.: El Iris, El Renacimiento, Revista Nacional de Ciencias y Letras, Revista Moderna de México, La palabra y el hombre, Plural, Vuelta, Letras libres), esto es, a aquéllas que, además de ser literarias, abarcan igualmente áreas tan diversas como política, antropología, historia, arte, etc. , mientras que otros hacen referencia a publicaciones periódicas exclusivamente literarias (v.g.: El recreo de las familias, Revista Azul, Revista Moderna, Revista Pegaso, Contemporáneos, Taller poético, Taller, Letras de México, El hijo pródigo, Eos, Pan, Estaciones, Voz otra), es decir, aquéllas de carácter no especializado donde se presentan textos de creación, críticas, reseñas y reflexiones sobre la literatura.

Esta diferenciación es significativa, puesto que la predominancia de uno u otro tipo de publicación en una época determinada puede hablarnos, hasta cierto punto, de los intereses y condiciones culturales de una sociedad. Actualmente, en México, ambas clases de publicaciones coexisten; no obstante, como en muchos otros momentos históricos —por no decir la mayoría o la totalidad—, las publicaciones periódicas culturales, por su propia naturaleza ecléctica, parecen ser —si nos guiamos por su tiraje y por la facilidad con que se las encuentra en los canales de distribución—ampliamente preferidas por sobre las literarias y, en consecuencia, tienen un impacto más decisivo que éstas en la vida cultural del país. Las segundas, en cambio, apenas si inciden en una elite cada vez más selecta —su tiraje promedio es de mil ejemplares— .

Crítica, la revista que aquí estudio, ha sido, a lo largo de su historia, así de carácter cultural como literario, transformación que puede explicarse en buena medida por los vaivenes del contexto político, económico y social en el que se ha desenvuelto. Su primer número salió a la venta en octubre de 1978, cuando la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), institución de la cual forma parte, se encontraba en un proceso de reconstrucción: desde 1961, la Universidad había iniciado, sobre todo gracias a la iniciativa estudiantil, un movimiento de reforma por una universidad democrática, crítica y popular (Vélez Pliego, “La sucesión…” 60ss; González; Ocampo 24; Correas; “Presentación…” 4); en 1973, dicho movimiento, —que estaba unido con otros de índole social— había obtenido ya ciertos resultados, el más significativo de los cuales fue el triunfo electoral de un rector procedente de la izquierda (Vélez Pliego, “La sucesión…” 76; Ortega Morales, “El movimiento… I y II”; Sotelo Mendoza, “El movimiento…”; Vélez Pliego y Sotelo Mendoza, “Hacia un nuevo enfoque… I y II” y “Universidad critica…”); para 1978, aún con cierta inestabilidad y a la expectativa de los embates del Estado y de las fuerzas reaccionarias (Vélez Pliego, “La sucesión…” 77ss), la Universidad apenas comenzaba a concretar o a avanzar en la realización de los objetivos planteados en su proyecto de reforma.

Al aparecer en el seno de esta serie de eventos —o mejor: al hacerlo a causa de ellos—, resultaba imposible que Crítica se sustrajera de asumir una posición política al respecto y, por ende, durante su primera época (1978-1987), bajo la dirección de Humberto Sotelo Mendoza, fungió como un órgano político-cultural en el que, además de irle dando seguimiento y analizar el proceso de reforma universitaria, se discutieron, desde una perspectiva predominantemente marxista, temas y asuntos económicos y políticos de los niveles local, nacional e incluso internacional; asimismo, se les dio espacio, aunque relativamente pequeño, a ámbitos menos “históricos” y más “atemporales”, se puede decir, como filosofía, sociología, literatura, etc., así como a las discusiones políticas y económicas desde perspectivas netamente teoréticas, lo cual permite hablar de la primera época de Crítica como de una revista político-cultural, no exclusivamente política.

A su vez, los acontecimientos en la Universidad y en la ciudad de Puebla se hallaban en total coincidencia con lo que ocurría en el país y en el mundo, circunstancia que contribuye a justificar el enfoque cultural, ecléctico, mas preferentemente político, tanto de Crítica como de otras publicaciones periódicas de la época, por ejemplo: Plural (1971-1975), Vuelta (1976-1996) y Nexos (1978-): a finales de los años sesenta y principios de los setenta, cuando el capitalismo mundial cierra su ciclo de gran auge, iniciado después de la segunda guerra mundial (Thompson 144ss; Aboites Aguilar 270-80), algunos países —para nuestro caso, México y América Latina—, comienzan a experimentar los síntomas del desequilibrio económico (Valenzuela Feijóo; Ornelas Delgado, “Aproximación… [101]-2 y “Acumulación…”; Aboites Aguilar 280-91) y, en consecuencia, se desata una gran ola de agitación social (con su correspondiente represión estatal) que se ve impulsada ideológica y moralmente por la guerra fría (por entonces en una de sus fases más intensas) y por el triunfo de la orientación socialista de la revolución cubana y del gobierno de Salvador Allende en Chile (1970-1973). Los años setenta y ochenta fueron los de la ebullición de las guerrillas en Centroamérica, de los movimientos obreros, campesinos y estudiantiles, de la época de oro del pensamiento marxista y de los partidos de izquierda; fueron también, sin embargo, los de las dictaduras sudamericanas y de la entrada de la política neoliberal (Gutiérrez; Aboites Aguilar 291-7).

En Puebla (y, en cierta medida, en el país entero), el movimiento de reforma universitaria, particularmente en su sector estudiantil, luego de sus triunfos en los años setenta, atravesó —acaso, paradójicamente, a causa de esos mismos triunfos— por un paulatino reflujo (Rivera Terrazas; González; Sotelo Mendoza, “El movimiento… I y II”) que conllevó a su apaciguamiento y, finalmente, a su extinción . Esto se vio reflejado en la segunda época de Crítica (1988-1992), dirigida por Mariano Morales y, brevemente (1991-1992), co-dirigida por éste y por Jaime Ornelas Delgado (“La imaginación…” 45, 3), pues ésta, si bien nunca dejó de incluir entre sus páginas artículos en torno a la situación universitaria local y nacional, ni abandonó por completo los análisis coyunturales, más bien se caracterizó por un eclecticismo en el que la postura política propia de la primera época quedó más o menos diluida entre la significativa presencia de temas literarios, antropológicos, filosóficos, de teoría política, etc.: es decir, de textos menos explícitamente políticos (en el sentido de una acción ante el presente), relativamente “neutros”. Es a ésta segunda época, entonces, a la que le corresponde cabalmente el título de revista cultural.

En 1993, ante la absoluta desaparición del movimiento de reforma universitaria en Puebla y en el país, la derrota del bloque socialista en la guerra fría y la victoria real e ideológica del capitalismo monopolista mundial y del neoliberalismo (Aboites Aguilar 297-300), la agitación social se vio considerablemente disgregada y disminuida. Crítica, a su vez, dirigida desde entonces por Armando Pinto, en su tercera época (1993-), se convirtió en una revista ajena a cualquier hecho político, económico y social; esto es: en una revista exclusivamente literaria.

Entre sus páginas ha desfilado una multiplicidad (como se verá más adelante, ésta es una de las características de Crítica: el no orientarse por ninguna corriente estética sino, por el contrario, dar cabida a los estilos más variados) de autores reconocidos nacional e internacionalmente, ya pertenecientes a la tradición (específicamente: la de los dos primeros dos tercios del siglo XX) o contemporáneos: Derrek Walcott, Roger Caillois, Virgilio Piñera, Salvador Novo, David Huerta, Boris Pahov, Enrique Molina, Jean Schuster, Sergio Pitol, Coral Bracho, entre otros; de ahí su doble importancia en la vida literaria de México: a) contribuir a la difusión de escritores de todas latitudes con influencia en el ámbito global de las letras (lo que le permite al lector estar al tanto de lo que sucede en el mundo y, así, configurarse un panorama literario mucho más rico que el meramente local), y b) brindar un espacio en el que se vinculan la historia y el cambio, vinculación imprescindible para la consolidación y continuidad de toda literatura.

Otras publicaciones periódicas literarias que, al lado de Crítica, se editan y circulan en el país el día de hoy son: Lenguaraz, Eñe, Alforja, Textofilia, Voz otra (hasta 2006), Tierra adentro (todas editadas en el Distrito Federal) Revista de la Universidad Autónoma de Nuevo León y Luvina (Guadalajara). Entre las publicaciones periódicas culturales, más o menos políticas, pueden contarse las siguientes: Nexos, Letras libres, Fractal, Revista de la Universidad de México (todas editadas en el Distrito Federal) y La palabra y el hombre (Jalapa).

A continuación, hago un estudio detallado de los contenidos, secciones, orientación político-ideológica, diseño e imagen de Crítica a través de sus distintas épocas .



1.1. Primera época (1978-1987).



La primera época de Crítica comprende treinta y tres números y abarca un periodo de diez años (octubre 1978-diciembre 1987). Su coordinador general —con este cargo y no con el de director aparece en el directorio de la revista— fue Humberto Sotelo Mendoza. Se caracterizó por ser una publicación político -cultural, pues en ella, si bien predominaron ensayos analíticos sobre la situación universitaria, política, económica y sobre los movimientos sociales más destacados a nivel local (Puebla y Tlaxcala), nacional, regional (América Latina) y, aunque con menor frecuencia, mundial, no por ello, sin embargo, se olvidaron por entero áreas como antropología, la sociología, la filosofía o la literatura.

Asimismo, debido en buena parte a la influencia y a la interacción con el contexto nacional e internacional descrito en el apartado anterior, la postura político-ideológica adoptada por la revista, así en la mayoría de sus artículos como en la única editorial que apareció durante esta época (la del número 2, de marzo-junio de 1979 ) fue el marxismo . Por otra parte, Crítica se definió explícitamente como la revista de la Universidad Autónoma de Puebla y, con ello, como un órgano activamente vinculado con la reforma universitaria, con las demandas sociales y, en general, con la búsqueda de “[…] transformaciones hacia formas más justas de las relaciones humanas […] de una sociedad sin explotadores ni explotados […]” (“Presentación…” 4), condición que acentuó aún más —y que, a la vez, nos confirma— la vocación izquierdista de la publicación.

En la lista (más o menos cambiante a través de los números) de su Consejo Editorial, figuran, entre otras, las siguientes personas: Julio Glockner, Luis Ortega Morales, Alfonso Vélez Pliego (rector de la UAP de 1981 a 1987), Armando Pinto Parada (futuro director de Crítica), Carlos Figueroa Ibarra, Alejandro Witker y el propio Humberto Sotelo Mendoza. Entre sus colaboradores nominales (esto es, los que aparecen sólo en la página de derechos pero no publican artículos) y reales se cuentan, a su vez: Óscar Correas, Pablo González Casanova, Óscar del Barco, Jorge Juanes, Enrique Semo, Mariano Morales (igualmente, como veremos, futuro director de la revista), Raúl Dorra, Jaime Ornelas Delgado, Luis Rivera Terrazas (rector de la UAP de 1975 a 1981) , Hugo Diego Blanco, etc., algunos de los cuales son reconocidos pensadores de izquierda en el ámbito latinoamericano (y/o exiliados políticos a causa de las dictaduras en dicha región y, por tanto, opositores al sistema). Por ello mismo, la mayor parte de los artículos de Crítica están escritos originalmente en lengua española .

Entre el número 1 (1978) y el 25 (1985), Crítica presentó uniformemente cuatro secciones constantes y una ocasional. Éstas son:

a) Problemática universitaria. Contiene reseñas históricas y ensayos analíticos sobre el papel de la universidad en el estado de Puebla, en México y en otros países. Asimismo, en esta sección figuran importantes trabajos de diversos autores en los que, número a número, se le va dando seguimiento al movimiento de reforma universitaria de la UAP .

b) Análisis político y económico. Se presentan ensayos que evalúan los principales sucesos económicos y políticos locales, nacionales, regionales y mundiales.

c) Política y cultura. Tiene un carácter menos coyuntural que la sección anterior. En ella aparecen más bien debates teóricos sobre temas “universales” y, hasta cierto punto, “atemporales”; incluye campos como filosofía, antropología, teoría política y literatura , entre otros. También se presentan en ella entrevistas (originales o no, traducidas o inicialmente en español) a personalidades del área de humanidades: Herbert Marcuse, núm. 5 (Marcuse); Jean Paul Sartre, 6 (Sartre); Claude Melissoux, 19 (Melissoux); Franco Basaglia, 26 (Basaglia), etc. Asimismo, en algunos números, en esta sección figura una subsección titulada “Actividades de la UAP”, especie de boletín en el que se da información sobre eventos, congresos, etc., que han tenido o tendrán lugar en la Universidad.

d) Notas [o “noticias”], comentarios y reseñas. Como su nombre lo indica, contiene reseñas y comentarios de libros (en especial, sobre política y economía y editados por la UAP), publicaciones periódicas (v.g.: Dialéctica, revista de la Facultad de Filosofía de la UAP, Revista de la Universidad de Chapingo, Revista del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM), exposiciones pictóricas, etc.

e) Documentos (ocasional). Se reproducen documentos históricos, discursos de dirigentes políticos, manifiestos de partidos y organizaciones, etc.

A partir del número 26-27 (enero-junio 1986), Crítica, además de experimentar ligeros cambios en su diseño, como se verá más adelante, abandonó los títulos de las secciones que la habían caracterizado hasta ese momento; sin embargo, en líneas generales, sus artículos se mantuvieron con la misma orientación marxista y los mismos tópicos hasta entonces manejados.

En cuanto a su periodicidad , ésta fue sumamente variable, aunque inclinada a la trimestralidad (1980, 1985 y 1986) o, bien, a la cuatrimestralidad (1982-1985) . Para mayores detalles en torno a dicho aspecto, obsérvese este cuadro:

Cuadro 1

Años Números publicados Periodicidad

1978 1 Pentamestral

1979 2 y 3 No determinable

1980 4 a 7 Trimestral

1981 (ene.-jun.) 8-9 Semestral

1981 10-11 No determinable

1982-1985 12 a 23 No determinable

1985 (sept-nov.) 24 Trimestral

1985 (dic.) 25 Mensual

1986 (ene.-jun.) 26-27 Semestral

1986 (jul.-dic.) 28 y 29 Trimestral

1987 (ene. – jun.) 30-31 Semestral

1987-1988 (jul. – marzo) 32-33 Nonamestral



Crítica se ofreció en un formato de 20.5 cm. de ancho por 28 cm. de alto, en papel de mediana calidad, con encuadernación rústica y un promedio de 140 páginas .

En la cubierta, toda a color, figuran, en el lado superior izquierdo, su nombre y su subtítulo: “Crítica. Revista de la Universidad Autónoma de Puebla” (núms. 1 a 28) y “Crítica. Revista trimestral de la Universidad Autónoma de Puebla” (29, 30-31 y 32-33), y, en el superior derecho, su número; el resto lo ocupan el título de algunos de sus contenidos y una imagen, generalmente creada o intervenida de forma digital.

Sus textos se imprimieron a dos columnas —no así las reseñas, que lo hicieron a tres— sin cordonel, con caracteres de la familia tipográfica romana antigua. Los números 5 a 23 presentan su folio y su folio explicativo, sin filetes, en los extremos superiores de la página. El resto de los números ofrece ciertas variaciones en estos rubros.

Cada número aparece ilustrado, en blanco y negro, con la obra gráfica de un autor contemporáneo (v.g.: Gonzalo Fernández Márquez, núms. 6,7,10-11, 17 y 25; Francisco Toledo, 17; Jesús Romero Galdámez, 19 a 24; Akbar del Piombo, 25; Josep Renau , 26-27, 28; Liliana Amezcua di Sandro, 29, 30-31, y J. Carlos Jímenez, 32-33) o bien, en menos ocasiones, con la reproducción de obras del pasado (por ejemplo, los fragmentos de El Guernica de Picasso en el número 5, o los grabados decimonónicos de José Manzo y de alumnos la Academia de San Carlos, en el 18); asimismo, figuran fotografías (b/n) que acompañan a algunos de los artículos. Todas estas ilustraciones están dispuestas ya en el cuerpo de los textos (justificadas), ya, a modo de portadillas internas que separan una sección de la revista de otra, a página llena.

Por otro lado, Crítica cuenta con publicidad (novedades editoriales del ámbito local y nacional, en particular de las editoriales ERA y de la UAP; revistas de circulación en el país, sobre todo de ciencias sociales, e información sobre la realización de encuentros y congresos en México y en Latinoamérica) en sus últimas tres o cuatro hojas y, esporádicamente, en el cuerpo central de la revista.

En la cubierta posterior, toda a color, se observan el fragmento de algún texto, dispuesto en bandera por la izquierda, y una imagen, generalmente creada o intervenida de forma digital .



1.2. Segunda época (1988-1992).



La segunda época de Crítica comprende catorce emisiones: las que van del número 34 (primavera 1988) al 49 (primavera 1992), de las cuales dos fueron números dobles: 41-42 (invierno-primavera 1990) y 43-44 (verano-otoño 1990) —o, mejor dicho, sólo aparentemente dobles, lo confiesa la editorial del primero de ellos (“La imaginación…” 41-42, 3) . Su director fue Mariano Morales. Sin embargo, entre los números 45 (invierno 1990-91) y 49, el directorio de la revista consignó la figura de un director general: Jaime Ornelas Delgado, designado por el “[…] H. Consejo Universitario […]” (“La imaginación… 45, 3) de la UAP, según se lee en la editorial del número 45, para colaborar en la solución de los problemas por los que la Universidad —y, por ende, Crítica— estaba atravesando en aquel momento (“La imaginación…” 41-42, 3; 43-44, 3, y 45, 3). Se puede hablar, entonces, en este periodo, de una codirección.

Es en esta época cuando la revista puede denominarse, con toda la justicia del término, cultural, pues se caracteriza por abarcar, en proporciones equivalentes, tantas áreas del conocimiento —y recursos: académicos, periodísticos, etc.— como le es posible : no sólo incluye entre sus páginas análisis de los sucesos universitarios, políticos y económicos más importantes del momento, cual sucedía en la primera época de manera casi exclusiva, sino que, al lado de éstos, le da un considerable espacio a discusiones teóricas —más o menos “apolíticas” o “atemporales”— pertenecientes a ámbitos tan diversos como la antropología, la historia, el arte, etc. y, aunque mínimamente, a la creación literaria, situación esta última que puede verse como un punto de contacto y como germen de transición hacia su tercera época. A causa de esta visible heterogeneidad, como ya he mencionado, la postura política —en específico: de izquierda— que campeaba predominantemente en números anteriores, llega a difuminarse en cierta medida, si bien se encuentra lejos de desaparecer por completo , así de sus artículos como de sus editoriales, que ahora encabezan cada una de las emisiones de la segunda época.

Asimismo, dicho eclecticismo se reflejó en el hecho de que, con excepción de “La letra”, la revista no agrupó sus contenidos en secciones con títulos constantes; por el contrario, éstos, a manera de dossiers, variaron en cada número . No obstante esta variedad, es posible ubicar los artículos de Crítica dentro de los siguientes rubros:

a) análisis coyunturales sobre las situaciones universitaria , política y económica a nivel local, regional, nacional y mundial;

b) ensayos de carácter menos coyuntural, más teórico, que comprenden ámbitos como ecología, historia, antropología, arte, política (esto es: teoría política), etc.;

c) algunos textos literarios, tanto escritos originalmente en español como traducidos: poemas de Vassilis Vassilikos (Vassilikos 45-49), Gonzalo Rojas (Rojas 62), Carlos Pellicer (Pellicer 69) y David Huerta (“Abalorios…” 59); un cuento —inédito en español— de Virginia Woolf (Woolf 19-20); un fragmento del guión cinematográfico Bella muchacha de Juan Manuel Torres (Torres 72-81), la reproducción de una crónica de Guillermo Prieto (Prieto 27-34), un ensayo traducido de William Golding (Golding 7-13), entre otros;

d) entrevistas, originales o reproducidas: en contraste con la primera época, donde sólo tenían un papel secundario, aquí las entrevistas figuran en cantidad considerable en cada emisión, y

e) La letra: sección en la que aparecen, sobre todo, reseñas de libros de múltiples temas, pero también —y esto, al lado de las entrevistas, contribuye a darle un tono periodístico a esta época de Crítica— reportajes y breves crónicas; de forma excepcional, aparece también un cuento (Dogart 110-112).

Entre sus colaboradores (nominales y reales) más representativos se encuentran, al lado de algunos ya anotados en el apartado anterior —v.g. Jaime Ornelas, Jorge Juanes, Armando Pinto, Francisco Vélez, Pablo González Casanova, Raúl Dorra, Manlio Barbosa Cano, Carlos Figueroa Ibarra— los siguientes: Javier Mena, Dora Kanoussi, Elena Poniatowska, Ana María Magaldi (como traductora), Rafael Campos Enríquez, Susana Percaz, Carlos Perzabal y el propio Mariano Morales, etc. Por otro lado, es necesario resaltar que los artículos traducidos y/o reproducidos figuran de manera importante al lado de los originales y de los redactados en lengua española, característica que se extenderá hacia la tercera época .

En cuanto a su periodicidad: a pesar de que Crítica no indicó, ni en su cubierta ni en su página de derechos, si tendría regularidad periódica, sí procuró publicar cuatro números por año, según lo afirma la editorial del número 41-42 (“La imaginación…” 41-42, 3) —es decir: procuró una periodicidad trimestral. No obstante, esto no ocurrió siempre así. Para mayor claridad al respecto, obsérvese el siguiente cuadro:



Cuadro 2

Periodo Números publicados Periodicidad

Primavera 1988-verano 1989 34 a 39 Trimestral

Otoño 1989 - ¿? 40 No determinable

¿? -otoño 1990 41-42 y 43-44 No determinable

Invierno 1990-91- verano 1991 45 a 47 Trimestral

Otoño 1991-inv. 1991-1992 48 Semestral

Primavera 1992 49 Anual



En el rubro de diseño e imagen, Crítica se ofreció en formato carta (20.5 cm. de ancho por 28 cm. de alto), en papel de mediana calidad, con encuadernación rústica y un promedio de 120 páginas.

En su cubierta, toda a color, figuran, en el lado superior izquierdo, su nombre y su subtítulo: “Revista de la Universidad Autónoma de Puebla”, y, en el superior derecho, su issn, número, periodo y precio; el resto lo ocupan el título de algunos de sus contenidos y una imagen, generalmente una obra pictórica de un artista contemporáneo: Francisco Toledo (núms. 34 y 40), José Villalobos (núms. 37 y 46), José Luis Hernández (núms. 40 y 43-44), Mihael Dalla Valle (núm. 45), etc.

Los artículos se imprimieron a dos columnas sin cordonel , en una caja tipográfica con filetes en la parte superior y en los amplios márgenes de corte (5.3 cm. de ancho), en los cuales se colocaron, en cuerpo mayor, fragmentos destacados de los textos o resúmenes de los mismos. Por otro lado, los artículos de poca extensión se situaron en recuadros y se presentaron acompañando a los de proporciones más distendidas.

La familia tipográfica empleada —excepto por el número 34— fue la paloseco. Los folios se situaron en los extremos inferiores de las páginas y, los folios explicativos, en los superiores.

Cada número aparece ilustrado, en blanco y negro, por obras (grabados, fotografías, pinturas, la mayoría de las veces insertadas en los bloques de texto, ya a media sangre o a sangre entera —en pocas ocasiones justificadas—, pero también a página llena) de diversos artistas plásticos, así contemporáneos como ya pertenecientes a la tradición: Sando Berger, Rosa Palafox, Juan Rulfo, Mariana Yampolski, Guillermo Sienra, Spencer, Raúl Ávila, por una parte y, por otra, Francisco de Goya, Vincent Van Gogh, Joan Miró, Pablo Picasso (éstos últimos, en especial, en los números 41-42 y 43-44). De igual forma, algunas fotografías, también en blanco y negro, acompañan el contenido de los artículos. Finalmente, Crítica presenta publicidad (generalmente, novedades de la editorial de la UAP, propaganda de los diarios La Jornada, La Jornada de Oriente y de la editorial Eón, así como de algunas publicaciones periódicas: Elementos (UAP), Extensión. Divulgación de Ciencia, Técnica y Humanidades (Universidad Veracruzana), Diálogo. Revista Interdisciplinaria (UNAM), Trabajo. Sociedad, tecnología y cultura, etc.)en las últimas dos hojas y en la segunda, tercera y cuarta de forros .



1.3. Tercera época (1993-).



La tercera época de Crítica inició en el número 50 (marzo 1993) y se extiende hasta la actualidad. Armando Pinto ha sido su director y Julio Eutiquio Sarabia —él mismo poeta— su subdirector desde entonces .

La discrepancia esencial entre ésta y las dos previas es, como ya se ha mencionado, la ausencia de una postura política explícita entre sus páginas, ya que la revista se volvió netamente literaria: los textos que la componen son poemas, cuentos, fragmentos de dramas, ensayos literarios y de divulgación (principalmente sobre arte y literatura), entrevistas con escritores, reseñas y comentarios a obras literarias (sobre todo de Latinoamérica, Norteamérica y Francia) tanto de la primera parte del siglo XX como contemporáneas.

Por otro lado, la tercera época se asemeja a la primera por la carencia absoluta de editoriales y de reportajes, rubros en los que ambas se oponen a la segunda. La tercera y la segunda, a su vez, se alejan de la primera y se aproximan entre sí por dar lugar a la creación literaria (a pesar de que la segunda época lo haya hecho a cuentagotas), y por ofrecer un cierto equilibrio cuantitativo entre textos redactados originalmente en español y traducciones.

El periodo abarcado por cada uno de los números de la tercera época (anunciado en la cubierta de la revista) es de dos meses. Sin entrar por ahora en particularidades, diré que Crítica, durante ésta, ha tenido una periodicidad bimestral más o menos regular —aunque muy lejos de ser estricta— y que sus colaboradores son variados. Finalmente: la revista carece de todo tipo de publicidad.

He mencionado ya las características comunes a toda la tercera época. A partir de ahora, dividiré el estudio de la misma en dos secciones que se distancian entre sí por una elipsis de diez meses (junio 1995-marzo 1996) en la que ningún número de la revista fue publicado y que, además, se contraponen entre sí por la cantidad de números que comprenden (11 y 75+, respectivamente), por la forma de disposición de sus contenidos y por su diseño gráfico: la primera de ellas (a continuación: tercera época 1) va del número 50 al 60 (abril-mayo 1995) y, la segunda (a continuación: tercera época 2) del 61 (abril-mayo 1996) en adelante.

Sin embargo, las diferencias en tales ámbitos, por sí mismas, no resultan suficientemente significativas como para realizar una partición en el estudio de la revista; por ello, es necesario hallar una razón más profunda para validarla; ésta es la siguiente: es de la tercera época 1 de donde tomaré los poemas con los que llevaré a cabo el índice crítico de este trabajo; desde esta luz, la división metodológica revela su utilidad: contribuir a una contextualización más precisa de mi corpus de análisis.

Una vez señalado esto, proseguiré con mi descripción.



1.3.1. Tercera época 1: periodo de estudio (1993-1995).



Obsérvese el siguiente cuadro para conocer la relación entre los números publicados y los meses en los que éstos aparecieron:



















Cuadro 3

Periodo Núm. publicado Periodo Núm. publicado

Marzo 1993 50 Abril-mayo 1994 56

Mayo-junio 1993 51 Junio-julio 1994 57

Julio-agosto 1993 52 Ago.-sept. 1994 58

Sept-oct. 1993 53 Oct.-nov. 1994 59

Nov.-dic. 1993 54 Dic. 1994-marzo 1995 —

Ene-feb. 1994 55 Abril-mayo 1995 60



En cuanto a la disposición de sus contenidos, la tercera época 1 ofrece las siguientes secciones:



a) “El sueño de la aldea”: ensayos literarios, de divulgación y comentarios bibliográficos de breve extensión (una a tres páginas);

b) “Digresiones”: ensayos literarios de mediana extensión (cuatro a seis páginas; figuran textos, por ejemplo, de Arthur Miller, José Joaquín Blanco y Marylin Bobes);

c) “Navegaciones”: cuentos breves (tres o cuatro páginas; figuran autores como Pedro Ángel Palou, Carmen Boullosa y Daniel Sada);

d) “Poesía” de autores del siglo XX y contemporáneos (Derrek Walcott, Blaise Cendrars, David Huerta, José Luis Rivas, Julio Eutiquio Sarabia, Enrique de Jesús Pimentel y María Baranda, entre otros);

e) una sección dedicada a algún escritor ya reconocido dentro del mundo literario: Enrique Molina (núm. 51), Juan Tovar (núm. 52), Ignacio Ibarra Mazari (núm. 53), Charles Simic (núm. 55), Salvador Novo (núm. 56) y Raymond Abello (núm. 60), sección que, a su vez, tiene la siguiente estructura:

e.1) breve reseña bio-bibliográfica del autor en cuestión;

e.2) entrevista con el escritor;

e.3) textos del autor;

e.4) comentarios de diversos autores en torno a la obra del escritor;

f) “Plástica”: en cada número, se dedican uno o dos ensayos literarios para hablar de la obra del artista que lo ha ilustrado (sección que, aunque ya sin título, se mantiene hasta el número 68, nov. – dic. 1997), y

g) “Entrevista” con algún autor de textos literarios: Jean Schuster (núm. 55; Schuster [33]-35), Sergio Pitol (núm. 56; Pitol [13]-16), Roger Caillois (núm. 57; Caillois [33]-38); Abraham Oceransky (núm. 58; Oceransky 71-73); William Ospina (núm 59; Ospina [19]-23) y Rayo (núm. 60; Rayo [77]-80).



Aquí hay que resaltar la presencia de las que ya he señalado como las dos características más notables de la revista: la variedad de colaboradores y el equilibrio histórico; en efecto, Crítica ofrece, al lado de textos de diversos autores (principalmente del siglo xx) ya validados por la tradición (dispuestos por lo general en la sección del inciso e), los de autores contemporáneos (dispuestos en el resto de las secciones), combinación que resulta saludable para la existencia de toda literatura y que, por ello mismo, hace de Crítica una publicación periódica significativa dentro del panorama de las letras en México.

Crítica se presentó en un formato de 21 cm. de ancho por 27.5 cm. de alto, en papel fino, con encuadernación rústica y un promedio de ochenta y cuatro páginas.

En su cubierta aparecen los siguientes elementos:



a) título (a color y en caracteres de cuerpo ostensiblemente mayor al resto de los datos);

b) viñeta (a color, con forma de ángel, al lado derecho del título);

c) filete (a color);

d) subtítulo: “Revista cultural de la Universidad Autónoma de Puebla”;

e) “Publicación bimestral”;

f) “Nueva época”, periodo, número;

g) título de algunos contenidos;

h) imagen de una obra gráfica (a color);

i) issn y precio .



Los textos se imprimieron a tres columnas —con excepción de los poemas, que lo hicieron a una—, sin cordoneles, con caracteres de la familia tipográfica romana antigua. Las páginas, carentes de filetes —excepto las de inicio de los artículos—, presentan sus folios (a color, por cierto) y sus folios explicativos en la parte inferior: los primeros colocados en los extremos y, los segundos, a un lado de los márgenes de lomo.

Al inicio de cada artículo hay un margen de 7.3 cm. de ancho, color gris claro, en el lado izquierdo de la página; en éste figuran el nombre de la sección, un filete a color, una viñeta a color con forma de ángel, y, en cuerpo menor, en negritas y en bandera por la derecha, un fragmento destacado del texto. Esta página de arranque —como también ocurría, cabe decirlo, en la segunda época— nunca tiene folio.

De igual manera, en cada número pueden observarse viñetas y florones a color, así como la obra gráfica de un autor (o, al menos en su mayoría, de un solo autor) contemporáneo (v.g.: Gustavo Aceves, núm. 50; Fernando Leal, núm. 51; Mihael Dalla Valle, núm. 52, y Estrella Carmona, núm. 58), en blanco y negro, dispuesta (justificadamente) en el cuerpo de los artículos, y, en el caso de la segunda, tercera (a modo de marca de agua) y cuarta de forros, a página llena.

En suma, de la presentación física de la tercera época 1 puede expresarse lo siguiente: la alta calidad de su papel de impresión, la cual hace que sus ilustraciones (especialmente las de la contracubierta) resalten sobremanera, así como el excelente trabajo de diseño que en ella se aprecia, convierten a Crítica en una publicación sumamente agradable para la vista y para el tacto .



Tercera época 2 (1996-).



Obsérvese el siguiente cuadro para conocer la relación entre números publicados y el año en que aparecieron:



Cuadro 4

Año Núms. Publicados (NP) Total de NP

1996 61-64 4

1997 65-68 4

1998 69-73 5

1999 74-79 6

2000 80-84 5

2001 85-90 6

2002 91-96 6

2003 97-101 5

2004 102-107 6

2005 108-113 6

2006 114-118 5

2007 119-124 6

2008 125-129 5

2009 130-135 6



Los textos de la revista se distribuyen en tres secciones:



a) “El sueño de la aldea”: breves (dos o tres páginas) ensayos literarios y de divulgación, generalmente traducidos y pertenecientes a escritores anglosajones del siglo XX y contemporáneos: Harold Pinter, Scott Fitzgerald, Charles Simic, William Golding, etc.;

b) en una sección sin título se disponen cuentos, ensayos literarios (especialmente sobre literatura y sus autores), poemas y piezas dramáticas escritos originalmente en español; aquí, aunque no se excluyen por completo textos de escritores ya reconocidos por la tradición (v.g.: Virgilio Piñera y Cintio Vitier), es evidente la predominancia de textos de autores contemporáneos (Coral Bracho, José Luis Rivas, Jorge Fernández Granados, Eduardo Milán, Ricardo Yáñez, Enrique Serna, Pedro Ángel Palou, Alberto Paredes, etc.), y

c) “La vigilia de la aldea” (a partir del número 97, feb.-marzo de 2003): reseñas de obras literarias.



Nuevamente, como habrá podido notarse, la revista ostenta aquí sus dos características fundamentales: un mosaico de autores y una conjunción entre lo pasado (los textos de la sección “El sueño de la aldea”) y lo presente (los textos de la sección del inciso b).

En cuanto a su diseño, Crítica se presenta en un formato de 17 cm. de ancho X 22.3 cm. de alto, con encuadernación rústica y cubierta de cartón, en papel de calidad estándar y con un promedio de ciento cuarenta y cuatro páginas.

En su cubierta, toda a color, figuran, en la parte central superior, su título, una viñeta con forma de ángel (hasta el número 81, abril-mayo 2000), su subtítulo: “Revista cultural de la Universidad Autónoma de Puebla”, los datos “Publicación bimestral”, “Nueva época” (frase que desaparece en el número 100, ago.-sept. 2003) , el periodo y el número. El resto lo ocupa la imagen de una obra gráfica).

Según la sección a la que pertenezcan, los textos se imprimen a una (sección sin nombre), dos (“El sueño de la aldea”) y tres columnas (“La vigilia de la aldea”) , sin cordoneles y en caracteres de la familia tipográfica romana antigua. Las páginas, carentes de filetes, tienen sus folios en los extremos inferiores y sus folios explicativos en los extremos superiores.

Se observan asimismo, por cada número, la obra gráfica de un autor contemporáneo (v.g.: Octavio Mendoza, núm. 61; Lorena Orozco Quijano, núm. 67; Olivia González, núm. 70 y Héctor Ruiz Escoba, núm. 89) y fotografías de escritores que acompañan a los artículos de la revista,; todas ellas en blanco y negro, colocadas en el cuerpo de los textos (a media sangre o a sangre entera) o, bien, en el caso de la primera y última páginas de la revista, así como al lado de la página inicial de algunos artículos, a página llena.

En la contracubierta, igualmente a color, aparecen el sumario o índice, la imagen de una obra gráfica, el precio, issn, código de barras y el nombre del ilustrador del número .

















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G) Títulos varios

Mora, Javier de la. “Voz otra: un año de poesía y rigor crítico. Conversación con Javier de la Mora”. Conv. con Jesús R. Cedillo. Voz Otra 5(2006): 42-50.

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