La Historia de esos días

La Historia de esos días

La historia de esos días

4 de octubre de 2013

“Eso te pasa por puto”

Por Ernesto Aroche Aguilar

4 octubre, 2013. Puebla, Puebla. -Eso te pasa por puto, me dice el único de los sujetos que se queda a revisarme las bolsas del pantalón para quitarme lo que traía. Se llevaron mi IFE, mi tarjeta del banco con mil  y pico de pesos, y 200 pesos en efectivo que traía. No llevaba ni teléfono, ni cartera.

Mr. Poper, artista plástico becado este año por el Consejo para la Cultura y las Artes del estado, está tirado en el suelo, en la esquina que forman la 3 oriente y la 6 sur, y sangra. Acaba de ser golpeado por un grupo de sujetos que, de pronto, salió de las puertas de los locales cerrados de Los Sapos. A unos 200 o 300 metros su novio, Edgar, está por sufrir lo mismo, pero será atacado dentro del taxi que los trajo desde el Bar La Cigarra, tras aceptar la invitación de un sujeto que acababan de conocer para ir una presunta fiesta. Edgar no alcanzó a bajar del taxi, y éste arrancó al comenzar la golpiza a Poper y a otro chico que también conocieron en el bar y que venía con ellos en el vehículo. El taxista se detuvo unas calles adelante, en el barrio de Analco, ahí primero exigió el pago por la dejada, y luego otros sujetos se subieron de improviso en la unidad y comenzaron a golpearlo. Edgar no regresaría a su casa hasta cerca del alba, primero estuvo inconsciente un rato, tras el ataque, después al despertar y hallarse sin un peso en la bolsa buscó ayuda sin conseguirlo. Y emprendió el regreso a pie desde el centro de la ciudad hasta San Manuel, sus compañeras de departamento lo llevaron al hospital de La Margarita y de ahí lo remitieron al de San Alejandro. Tenía lastimadas las cervicales, la nariz desecha y moretones por todo el cuerpo.

Ahí finalmente, Poper y Edgar volvieron a encontrarse. En las horas transcurridas entre el ataque y el recuentro en el hospital de traumatología del IMSS, Poper, golpeado como se encontraba, no dudo en ir a buscar a su pareja a su casa, con la esperanza de que hubiera logrado huir. Al no encontrarlo pidió ayuda a la policía sólo para encontrarse con una rotunda negativa: no moverían un dedo con el argumento de que la jurisdicción de las patrullas que llegaron al domicilio de Edgar no atienden el Centro Histórico y lo mejor, recomendaron, era que Poper se fuera a su casa y dejara de hacer escándalo.

–Vete a tu casa, no te metas en problemas porque si uno de los vecinos mete reporte te voy a tener que llevar detenido, ya vete –le dijo varias veces la policía.

Hace unas semanas Andrés Chacón, titular de la Secretaría Estatal de la Diversidad Sexual del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en Puebla, dio a conocer la intención de que Puebla capital y la zona conurbada de Cholula sean catalogadas como ciudad Gay Friendly, una meta que podría lograrse en los próximos dos años siempre y cuando exista la voluntad política del gobernador del estado para ello.

Y aunque no se ha presentando aún la propuesta al Congreso del estado, el integrante de Morena tiene claro que la legislatura que concluye ni siquiera la va a considerar. Será, dice, un trabajo de cabildeo con la que se iniciará el próximo año.

De acuerdo con medios locales el secretario de Turismo en el municipio de Puebla, Alejandro Cañedo Priesca, ha dicho que la capital cuenta con las condiciones de oferta turística para atender al mercado. El problema, reconoce Andrés Chacón, es la falta de protocolos de seguridad.

–La agenda que estamos proponiendo incluye la creación de políticas públicas encaminadas a mejorar las condiciones de seguridad para el colectivo LGBT. Se están proponiendo dos protocolos, uno de atención policiaca y otro de atención a crímenes de odio. En el DF, por ejemplo, se creó incluso un Ministerio Público especializado con oficinas en la Zona Rosa y funciona muy bien, incluso se entienden los casos con otra lógica, porque no es lo mismo un delito común que cuando se comete con odio a lo diferente.

Pero sostiene que la pura declaratoria de ciudad Gay Friendly no sirve, “se necesita mejorar las condiciones de igualdad, respeto y justicia, lo mismo a nivel de los funcionarios públicos como de la iniciativa privada para que las condiciones labores también hagan a Puebla una ciudad amigable”.

Para avanzar en los protocolos, asegura el activista político, no es necesario esperar el aval del Congreso, se puede adelantar con ellos.

Y aunque se trazó como meta un par de años para lograr el distintivo para la ciudad, los dos años que durará en el cargo, reconoce que en la legislatura que iniciará en enero próximo no cuentan con aliados para el cabildeo de la propuesta y la agenda de la diversidad que quiere impulsar Morena.

Lo que tiene a su favor, dice, son los legisladores federales que simpatizan con el partido político en ciernes, como el senador Manuel Bartlett.

–Si hay voluntad política del gobernador se puede lograr en poco tiempo –sostiene. Aunque al mandatario le ha faltado la voluntad política para avanzar en la agenda de la diversidad sexual. Desde el 2010 el Congreso del estado aprobó, a propuesta de la Comisión de Derechos Humanos del estado, que el 17 de mayo se decretara como el Día Estatal contra la Homofobia, pero el decreto no es legal hasta en tanto no se publique en el periódico oficial del estado, y eso no ha sucedido. El responsable de la larga omisión es justamente el gobernador del estado.

Por último Andrés Chacón sostiene, “aunque los medios han destacado más el aspecto comercial y turístico de que Puebla sea calificada como Gay Friendly, el asunto va más allá, se trata de mejorar las condiciones de vida de la población, y entonces sí que venga el turismo”.

Y puntualiza: “Creo que sí hay condiciones, aunque somos el cuarto estado con el mayor índice en crímenes de odio, pero hay que iniciar las acciones para que en primera detengamos esos crímenes, y luego ya el proceso sea más rápido”.

Pero los crímenes lejos de detenerse siguen ocurriendo, tan sólo la semana pasada apareció en el interior de su domicilio el cuerpo de Agustín Rodríguez Galindo, de 21 años de edad, quien perdió la vida a consecuencia de asfixia mecánica por sofocación, De acuerdo con las autoridades al joven lo asesinó una expareja, aunque no se aclara cuales fueron las razones o el móvil del homicidio.

La propuesta carga con muchos más problemas que sólo la implementación de protocolos, en los últimos dos años el gobierno municipal, emanado de las filas del Partido Acción Nacional (PAN), ha realizado acciones que están lejos de ser amigables.

La madrugada del 20 de enero de 2012 funcionarios de Normatividad Comercial del Ayuntamiento de Puebla se presentaron en Sibari Bar, ubicado en la 31 oriente y 14 sur para realizar un operativo. Julio César Oliver, Luis Cuéllar y el titular del área, Luis Mora Velasco, llegaron al establecimiento y se refirieron a los clientes con actitudes homofóbicas.

“¿Por qué buscan zonas tan exclusivas y vistosas?”, preguntó Mora al gerente operativo, Francisco Pozos, mientras sus subordinados exigían a los clientes: “a ver, pinche puto, dame tu IFE”.

Y las cosas no son muy diferentes en el Cabildo. En mayo de ese mismo año, las regidoras panistas Miriam Mozo e Irma Adela Fuentes Guevara consideraron que tener una orientación sexual distinta a la heterosexual, o defender el derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo, es un impedimento para participar en el Consejo Ciudadano de Derechos Humanos y Equidad entre Géneros.

Así lo hicieron saber al rechazar la solicitud de la activista e integrante del Observatorio Ciudadano de Derechos Sexuales y Reproductivos (Odsyr), Vianeth Rojas.

-Una gente que hable para prevención del SIDA y además que tenga una tendencia sexual diferente, qué autoridad moral tiene -argumentó en su momento Fuentes Guevara.

En agosto de ese mismo año el Ayuntamiento de Puebla obstaculizó el desarrollo de un programa del Fondo Mundial de prevención de VIH que lleva casi dos años aplicándose. Según Juan Francisco Dávila Mora, quien se acreditó como secretario técnico, los promotores necesitaban un permiso del municipio para regalar condones en el zócalo, una actividad que llevaban realizando desde cinco meses atrás y que, de acuerdo con el funcionario, violaba el artículo 380 bis del Código Reglamentario municipal, un artículo que ni siquiera existe.

Finalmente unos días después, y tras algunas pequeñas protestas, la autoridad municipal se vio obligada a autorizar el desarrollo del programa.

Y los propietarios de algunos bares, antros y hasta cafés tampoco parecen estar muy dispuestos a aceptar entre su clientela a integrantes del colectivo LGBT. En enero de este año, en La Chilanguita de la Avenida Juárez le impidieron el acceso a Dallana, una chica travesti de 25 años, que hace poco ganó un concurso de belleza gay en Puebla.

Dallana llegó junto con otras siete personas al bar. Habían reservado previamente y la mesa estaba lista. Adentro ya esperaban otros cuatro invitados. Y justo cuando iban a entrar, el hostess le dijo a la del cumpleaños que “la que viene atrás de ustedes no puede pasar”. Se refería a Dallana.

Bares como Barra Beer y cafeterías como All Day, ubicados ambos en el centro de la ciudad, también han sido señalados por actitudes homofóbicas.

Texto publicado por LadoB

29 de septiembre de 2013

Por 20 mil pesos me vendieron mis papás”

Infancia en remate: cuánto vale una niña en México. Las ofrecen para trabajo doméstico sin paga, comercio sexual o matrimonio forzado


Domingo 29 de septiembre de 2013
�Por 20 mil pesos me vendieron mis pap�s�
ABUSO. A Esther sus padres la vendieron tres veces. La primera ocasión era una bebé y ellos recibieron un animal de rancho a cambio. La segunda obtuvieron 20 mil pesos y fue explotada sexualmente. La última vez la compró una mujer adinerada para servicio doméstico. (Foto: FOTO ISAÍAS PÉREZ 

Óscar Balderas | El Universal
Esther no sabe muchas cosas: su fecha de nacimiento, la calle donde creció, el nombre de sus papás... tampoco leer o escribir. Si alguien le pregunta sobre su cartilla de vacunación, pondrá cara de extrañeza y se encogerá de hombros. Lo que sí sabe es que toda su vida los adultos le han dado trato de mercancía en oferta.
También sabe contar su historia con voz queda, mezclando singulares con plurales, como suelen hacer los indígenas oaxaqueños que hacen un esfuerzo por hablar un idioma que no les enseñaron. Y cuando encuentra en el español las palabras que necesita, enreda sus dedos y platica cómo en su país ella vale menos que un mueble.
“Me vendieron cuando estaba bien tiernita, una bebé… ”, dice entre dientes para comenzar a narrar la primera vez que la vendieron: tenía ocho años y había pasado su vida alejada de cualquier escuela, hasta que murió su papá y su mamá fue incapaz de mantenerla. Entonces le dijo que ella no era su madre y que debían entregarla a sus verdaderos papás.
La realidad, supo después, es que la intercambiaron por un animal de rancho a un matrimonio que la quería para los quehaceres domésticos. del mismo modo que se vende un objeto, sus papás la entregaron y no quisieron saber más de ella.
Contra su voluntad trabajó con sus “verdaderos papás” durante dos años, sin clases ni amigos; sus juguetes eran las escobas con las que barría el piso de una casa en la zona pobre de Huatulco, Oaxaca.
A los diez años, una confesión de sus “verdaderos papás” permitió a Esther saber que había sido vendida. Enojada, se fugó y se fue con una tía, quien le consiguió trabajo en el único lugar de la región que podía aceptar a una niña de 10 años sin documentos: un bar en la zona marginal de Juchitán, donde el fantasma del tráfico de niños la siguió en la forma de un hombre de unos 40 años que se acercó a ella, indagó su domicilio y la compró por segunda vez en su vida. El tipo sólo necesitó 20 mil pesos para hacerse de ella.
“Mi ‘papá’ me dijo que fuera con él. Yo no quería ir, pero el muchacho me dijo ‘tus papás ya te vendieron por 20 mil’. Yo le decía al muchacho ‘no voy a ir contigo’, pero me llevó a la fuerza. Yo llegué a su casa y me dice ‘métete’. Yo no me quería meter. Tiene como tres cuartos: uno de su mamá, uno de él y otro no sé de quién es. Ahí fue que me violó”, cuenta Esther.
Aquella primera estadía con ese hombre llamado Francisco Ordaz, Esther la recuerda como una noche que olía a mangos que se podrían en el jardín y en la que suplicó piedad. La mamá de Francisco sólo la miró con desdén, cerró la puerta de su recámara y dejó que su hijo abusara sexualmente, por primera vez, de ese “objeto” de 10 años.
“Con un mecate me amarraba y me violaba por atrás, porque no me dejaba adelante”, dice Esther para ejemplificar las violaciones sistemáticas y los golpes que le propinaba Francisco. El abuso no paró ni cuando semanas después quedó embarazada, y antes de cumplir once años tuvo su primer aborto.
La obligaban a drogarse
Si no era abusada o golpeada en casa, a Esther se le podía encontrar en el bar de Francisco, donde la obligaba a consumir mariguana y cocaína para estar siempre despierta para los clientes.
“En el bar me decía que me acostara con los hombres, que me drogara. Yo no recibía dinero, nada de eso. Algunos me respetaron, porque me conocían y (sabían) que no podía (tener relaciones sexuales) porque estaba chiquita, pero se enojaba el señor y me pegaba mucho. Vi muchas niñas ahí. Como diez o veinte. Hay de trece, diez años, ocho… y de quince años”, recuerda.
Pasaron tres años con Francisco antes de que Esther pudiera revelar a su tía el abuso que sufría. Lo aguantó hasta que cumplió 13 años y supo que estaba embarazada por segunda vez. Con ayuda de su familiar esperó a que su captor saliera a comprar droga y huyó del bar.
¿Qué necesita alguien en el mercado negro de la trata de personas en México para comprar a un menor?Entre 5 mil y 40 mil pesos en efectivo, alguna propiedad como un local comercial o un pequeño predio, una vaca, un caballo, algunos gallos o hasta un cartón de cervezas.
Incluso, se puede pagar en abonos: el 9 de febrero de 2012, en el portal mercadolibre.com.mx, se podía participar en la venta de un bebé de ocho meses a cambio de 12 pagos mensuales de mil 916 pesos con cargo a una tarjeta de crédito. Para hacer creíble la oferta, el vendedor —originario de Sinaloa— publicó su número telefónico y la foto del menor, bajo el título: “Hermoso Bebé En Venta Para Organos o Lo Que Necesite Urge!!” (sic).
El anuncio se mantuvo en la web cuatro horas. En ese lapso recibió 10 ofertas; una del tuitero @el5anto, quien aseguró que la oferta fue real. “Dame 20 mil en efectivo y cerramos el trato”, habría dicho el vendedor.
El caso de Esther no es un fenómeno aislado: el Comité de Seguimiento de la Alianza de Mujeres Indígenas deMéxico Centroamérica señala que 70% de las víctimas de este delito son indígenas, cuyos usos y costumbres facilitan que sean vistas como objetos de cambio.
Los otros casos se reparten en el resto del país y en zonas urbanas como Pachuca, Hidalgo, donde la Procuraduría de Justicia local informó el 18 de agosto pasado que fue detenido un hombre que vendió a su recién nacida en 35 mil pesos; o en el Estado de México, donde el 13 de diciembre de 2011 elementos de laProcuraduría General de la República detuvieron a un papá que cambió a su hija de 14 años por 5 mil pesos y un celular.
Sucede también en el Distrito Federal, donde la investigadora Albania González, integrante de Consultoría de Estrategias para la Igualdad Social, ha documentado la venta de niñas de comunidades triquis, en la delegación Cuauhtémoc, para matrimonios forzados.
“Es un fenómeno que va escalado y del que, desgraciadamente, no tenemos datos oficiales. Lo más que sabemos de la venta de menores es lo que documenta la prensa cuando se detiene a alguien. No hay datos, no hay bases de colaboración, nada”, cuenta Juan Martín Pérez, director de la Red por los Derechos de la Infancia.
Crimen organizado, parte de la red
La venta de niñas también tiene su origen en el crimen organizado: ahí están los casos de los secuestros silenciosos de indígenas en Tamauín, San Luis Potosí; los levantones” de adolescentes que hacen Los Caballeros Templarios en las poblaciones originarias de Tepalcatepec, Michoacán; los raptos de las hijas de los tarahumaras de la Sierra de Chihuahua, donde el Cártel de Sinaloa controla a los rarámuris.
También “ayuda” la falta de protección de las autoridades mexicanas a los menores migrantes que viajan desde Centroamérica sin documentos: más de 30 mil niñas y niños fueron detenidos en estaciones migratorias entre 2008 y 2012 y, por cada cien de ellos, hay cinco menores de once años que se mueven de frontera a frontera sin que un adulto los acompañe.
Ya que están en poder de los grupos delictivos, las víctimas son vendidas a prostíbulos, casas de citas, locales de masajes o para matrimonios forzados con centroamericanos que desean la nacionalidad mexicana para facilitar su llegada a Estados Unidos; en otros casos, las entregan a lenones que las ofertan para servicio doméstico sin paga.
“La trata laboral está prácticamente en todo el país. Está tan naturalizada que ni siquiera la visibilizamos y es igual de grave que la otra. De esto, tampoco hay cifras”, lamenta Mayra Rojas, directora de la asociación civil Infancia Común.
Se les puede ver en cientos de lugares por el país: vendidas para limpiar las residencias de fraccionamientos como el Gabilondo en Tijuana, Baja California, o para sostener hasta 40 relaciones sexuales por noche para beneficio de tratantes que operan en bares a la orilla del río Coatán, en Tapachula, Chiapas.
“No es un fenómeno antiguo o superado. La venta de niñas va creciendo en México. No es posible, no es aceptable en un país como éste. Cada día que pasa que las autoridades no están viendo este problema, decenas de niñas y niños sufren, los violan, acaban con ellos como mercancía”, comenta Rosi Orozco, presidenta de Unidos Contra la Trata.
Se trata de un negocio casi sin riesgos en México, pues 98% de los delitos de trata de personas no alcanzan una sentencia condenatoria, asegura Fernando Batista, quinto visitador de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH): “Es más, sólo 24 estados del país tienen una ley especial contra la trata de personas (…) En cuanto al tráfico de personas, o de venta de niñas y niños, no existe un diagnóstico puntual. Es importante que las autoridades se coordinen. Todo deriva de la impunidad”, añade.
Un primer acercamiento a este tema será el estudio que desde hace un año elabora la CNDH para conocer, municipio por municipio, los focos rojos de la trata de personas. “En unos meses estará listo”, adelanta Batista.
Mientras llega el diagnóstico, historias como las de Esther amenazan con seguir.
“Carne de gata, buena y barata”
Cuando Esther huyó del bar y volvió a casa de sus “verdaderos papás”, su condena fue el embarazo. A la familia no le importó que fuera por una violación. Decidió que era algo vergonzoso y que apenas tuviera a su hijo se lo quitarían y la volverían a vender, ahora a “la señora Margarita”, una mujer que la adquirió por una suma desconocida, para el servicio doméstico de su casona en Huixquilucan, Estado de México.
Trabajaba sin días de descanso para atender las necesidades de los hijos —Jorge y Tatiana—. Para dormir, debía acomodarse en una tina sucia y, sin almohada, taparse con una cobija diminuta y apestosa.
Pero Jorge llevaba el abuso a otro extremo: de madrugaba caminaba de puntillas al baño de Esther, le tapaba la boca y la violaba. Cuando lo hacía, él susurraba una frase ordinaria: “carne de gata, buena y barata”.
Así duró un año Esther, hasta que encontró la manera de escapar. Limpiando el gimnasio de la casa vio que la ventana estaba abierta. No lo dudó, dejó todo en el suelo, se apoyó en el marco y se aventó desde el primer piso al patio.
Corrió hasta encontrarse con el policía Julián N, a quien le contó todo. Él prometió ayudarla y con el acompañamiento de una patrulla, sacaron sus pocas pertenencias de la casa. Los tres habitantes repetían una y otra vez que no había que creerle a la niña. Está loca, decían.
Denuncia a sus captores
Luego de la huida, el policía estatal del Estado de México la asesoró para levantar una denuncia por trata de personas contra Margarita, Tatiana y Jorge. Cuando el proceso terminó, el uniformado se dio cuenta que la niña de 14 años no tenía ningún lugar a donde ir, así que le ofreció alojamiento en su casa en la Ciudad de México.
Ahora Esther tiene 17 años, sigue sin conocer a su primer hijo y sabe más cosas: incluso ganando, pierde, porque Julián N vive con el temor de ser detenido por el delito de estupro, ahora que tienen un hijo de tres años juntos. Pero a Esther no le importa, dice que es feliz ahora que dejó atrás más de 6 mil 200 días de ser tratada como mercancía. Está feliz de poder cargar a su niño.