La Historia de esos días

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La historia de esos días

9 de mayo de 2013

¿Es Jenni Rivera "La Gran Señora"?



Por Rosalba Chavéz Bocanegra

La gran señora, con valentía, se enfrentó a un grupo de canallas, no le hizo falta un escenario, unos vasos de alcohol y unos hermanos para defenderla a golpes.

La valiente mujer tuvo agallas para enfrentarse a las autoridades, sin rodeos, discursos o música bonita. Le fueron suficientes sus palabras armadas de valor para defender a sus vivos y a sus muertos. Con ese valor acusó al gobernador Ángel Aguirre Rivero de indolente y omiso, debido a que solicitó de manera reiterada protección para las personas desplazadas por la narcoviolencia en la zona de la Sierra. Pero aun así nunca obtuvo respuesta.

Ella y Jenny rivera están muertas, las dos están bajo tierra y sus almas corren perdidas buscando una salida, pero con la diferencia de que a una la sorprendió la muerte de forma inesperada y la otra, quizás, de la forma esperada. La oración de un país rodea a Jenni y la repulsa del gobierno vomita con la indiferencia la muerte de Faustina, quien jamás porto tacones de 15 centímetros, ni  descanso en Yates, tampoco uso bolsas de diseñador, menos aún joyas preciosas y jamás fue escuchada y mirada con amor por miles de narcotraficantes como Jenni al cantar.

Ella, Juventina Villa Mojica, fue dirigente de la  Organización de Campesinos Ecologistas de la Sierra de Petatlán y Coyuca de Catalán (OCESPC).  Ella y su hijo Reynaldo Santana Villa fueron ejecutados durante una emboscada el día 29/11/2012 en la Sierra Madre del Sur.

La mujer dio a conocer que varias familias de su poblado habían sido desplazadas por la narcoviolencia. La activista responsabilizó de estos hechos a un grupo de narcotraficantes que opera en los poblados aledaños y que está siendo protegido por el Ejército.

¿Para quién trabaja el Ejército? ¿Desde cuándo protegen narcotraficantes?

Juventina, la que yo llamo la gran señora, jamás se acobardo,  aun cuando en febrero asesinaron a su esposo quien fue dirigente de la organización y en abril  a quien posteriormente fue dirigente. Ella y los dos dirigentes no se atemorizaron aun después de que en diciembre del año pasado, el presidente y  la coordinadora de ese entonces en la organización, fueron levantados y hasta la fecha están desaparecidos.

La sociedad mexicana podría ver a Faustina como otra muerta más, en manos del narcotráfico. Pues sí, lo es, en efecto, no iba en una avión, porque siempre caminaba kilómetros, grandes distancias, en medio de piedras y de la tierra mojada, protegida por los grandes árboles y aun así murió.

Ella no es una personalidad de fútbol como Calero, fue una más de las que trato de erradicar la pobreza y el narcotráfico de México. Ella, jamás como un futbolista tuvo salarios vergonzosos y denigrantes para una sociedad donde abunda la pobreza, mucho menos vivió de la ignorancia de nosotros los mexicanos. Porque a pesar de nuestra situación de miseria, no dejamos de consumir todos los productos derivados del fútbol  

No digo que la diversión, no sea necesaria, pero pasar de que nos guste alguna canción de Jenni o algún partido de fútbol  a ser fanáticos es algo extremo.

En Puebla, 23.7% de mujeres en extrema pobreza: INEGI



 Por Alejandra Corona Flores

El 54.9% de las mujeres madres poblanas con al menos un hijo sobreviviente y con una situación conyugal de no unión, se encuentra en pobreza multidimensional, de ellas 23.7% presenta pobreza extrema, según el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).

De acuerdo con información de la ENIGH 2010, se estima que en Puebla existen 447 mil mujeres de 12 y más años con por lo menos un hijo sobreviviente y con una situación conyugal de no unión, es decir, son viudas, separadas, divorciadas o solteras. Considerando las estimaciones del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) para medir la pobreza multidimensional, se estima que en 2010, de las mujeres de 12 y más años que declararon tener al menos un hijo sobreviviente y con una situación conyugal de no unión, 54.9% se encuentra en situación de pobreza multidimensional y de éstas 23.7%  presentan pobreza extrema.

“Las mujeres de 12 y más años que declararon tener al menos un hijo sobreviviente y con una situación conyugal de no unión, 54.9% se encuentran en situación de pobreza multidimensional y de éstas 23.7% presentan pobreza extrema”, resaltó la dependencia federal.

De acuerdo a una gráfica del INEGI, de cada diez mujeres con las características antes mencionadas, cinco están en situación de pobreza multidimensional, de ellas una está en pobreza extrema y cuatro en moderada.

Detalló que del 100 por ciento de las mujeres de 12 y más años que declararon tener al menos un hijo sobreviviente y con una situación conyugal de no unión, 54.9% se encuentran en situación de pobreza multidimensional; 29.5 % es vulnerable por carencias sociales, 5.7% vulnerable por ingresos y 9.9 % no es pobre, ni vulnerable.

Por otra parte, el instituto resaltó un dato importante, donde en el país de 1976 a 2009, el promedio ideal de hijos de las mujeres unidas en edad fértil disminuyó de 4.5 a tres hijos por mujer; igualmente, en Puebla en 2009 disminuyó el promedio a tres hijos. En otro tema, el deseo de ser madre va asociado al número de hijos que ya se tiene, entre mayor sea el número de hijos sobrevivientes su deseo de tener otro disminuye; de esta manera, entre las poblanas de 15 a 49 años de edad, que tienen dos o más hijos sobrevivientes, solo 16.8% desea ser madre de otro hijo.

Publicado por El Heraldo de Puebla, el Mayo 8, 2013 

6 de mayo de 2013

Palabra de Antígona


Infranqueable la violencia contra las mujeres


 Por Sara Lovera


Este martes, Mujeres de cuatro continentes se reúnen en México convocadas por el Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos Humanos de las Mujeres (CLADEM), para analizar el cumplimiento de los compromisos que han firmado gobiernos de la región más desigual del mundo.

A propósito de esta reuníon  decidí buscar información para ver qué dicen las agencias oficiales sobre la condición social de las mujeres de América Latina.

CLADEM asegura que los estados de  América Latina tienen  deudas pendientes con los derechos humanos de las mujeres, como retrasos de cumplimiento en Convenciones y/o acuerdos internacionales, sobre las leyes que han creado en los últimos lustros y las políticas públicas que anuncian para mejorar la vida de la mitad de la población. Y aunque gobiernos, políticos y otros funcionarios reconocen en discursos  que las mujeres tenemos iguales derechos y somos parte de sociedades democráticas, no cumplen.

Las cuentas son malas. Hay un tremendo hoyo de atraso, que se cuenta y evalúa, pero que nadie para: la violencia contra las mujeres que se yergue como un manantial inagotable.

Lo que hallé fue un fenomenal e inmenso documental de estudios contradictorios y reveladores. Hay consenso en organismos como CEPAL, Banco Mundial, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y ONU Mujeres (entidad de las Naciones Unidas para la igualdad de género y el empoderamiento de las Mujeres), sobre una mejoría económica en la región, donde ha disminuido la pobreza, mejorando la vida de muchas mujeres, a pesar de que aumentó la indigencia y la pobreza alimentaria de un porcentaje respetable.

Coinciden en que ha mejorado la participación política y disminuido la brecha educacional entre hombres y mujeres, pero no el trabajo decente y bien remunerado. También se dice que mejoró, en muchos sentidos la salud, incluso que disminuyó la muerte materna. Excepto en la incidencia de VIH/Sida y la muerte por aborto inducido.

Los claroscuros tienen que ver con regiones específicas o países en concretos. Por ejemplo, en Haití no puede documentarse ningún avance, lo mismo que en las zonas con población indígena o afroamericana de la región. Reconocen estos estudios que se va lento en cuanto a la cultura de la igualdad pero advierten que no hay que derrotarse, que con todo -políticas públicas y funcionamiento de aparatos estatales de atención a las mujeres-, realizan muchos esfuerzos, aunque reconocen que sus presupuestos son exiguos. El gran avance que ven estos organismos es que hay más diputadas, senadoras y dos jefas de estado.

Sin embargo…

Esos estudios señalan con reveladoras cifras, opiniones y preocupaciones que es la violencia contra las mujeres algo insoportable, que se incrementa, que destruye la inteligencia de quien la sufre, que limita su desarrollo, que condiciona su libertad y que es una verdadera catástrofe: entre 17 y 53 por ciento de las mujeres latinoamericanas y caribeñas son afectadas sistemáticamente por esta violencia, por ser mujeres.

La violencia sexual significa en América Latina 500 episodios al día. Sólo en febrero hubo cinco asesinatos de mujeres en Argentina y en Uruguay seis; en Colombia se abusa de seis mujeres cada hora; en México siete de cada 10 han sufrido violencia y sólo entre junio de 2010 y junio de 2012 se reportaron cuatro mil mujeres desaparecidas. En Brasil hay una agresión contra las mujeres cada 15 segundos, sin considerar que en un solo año hubo dos mil 982 violaciones sexuales.

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el 69 por ciento de las latinoamericanas sufrieron de violencia sexual y fueron atendidas en los hospitales, significando gastos impresionantes.

En México, el último informe presentado por la Secretaría de Gobernación, en el noreste del país la violencia contra las mujeres creció un 400 por ciento y en todo el país se duplicó; sin considerar que la Cámara de Diputados documentó al menos 15 mil violaciones sexuales anuales.

¿Qué hay detrás? Los estudios de CLADEM señalan que no hay avances visibles en la cultura de la igualdad, que los países se desentienden de un asunto clave que es la educación de género, donde autoridades, operadores de políticas públicas y sociedad en general han naturalizado la violencia.

Esto es, que todo el mundo consiente y acepta que se “corrija” a las mujeres a grado tal que se les asesina y nadie se desvela porque el 92 por ciento de esos casos queda impune. En Venezuela donde se ha podido documentar una baja en la violencia contra las mujeres en general, cada 45 segundos en sus hogares las mujeres sufren vejaciones, abuso y mal trato. Llama poderosamente la atención que estos estudios señalan que crece la trata por explotación laboral y sexual; que cada día se reduce la edad de las víctimas hasta de cuatro o cinco años, en todos los países sólo el dos por ciento de los sujetos responsables son juzgados. Es decir, se transcurre por una absoluta impunidad.

El asunto tiene preocupado al Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, quien apenas en marzo último señaló que los gobiernos no cumplen con políticas de contención de la violencia contra las mujeres y parecen inútiles todas las leyes decretadas.

¿Dónde estará el problema? En una inmensa masa de hombres, mujeres, políticas y políticos, y de responsables de la justicia, que tienen un pensamiento misógino. Que dentro de su conciencia no hay ningún cambio. La pregunta es entonces ¿Qué han hecho estos gobiernos con la cantidad de recursos para cambiar las mentalidades? Respuesta: nada.

 Es posible que pongan recursos para mejorar la pobreza, pero no para mejorar las relaciones dentro de los hogares entre las mujeres y los hombres; ponen dinero para aportar con programas, a veces condicionados, para proyectos productivos que a veces funcionan, pero nada para fomentar el respeto y la dignidad humana. Es como una acción que va por dos caminos. Si no hay una revolución cultural cuyos resultados no dan votos, no dan prestigio, no se puede contar en los informes presidenciales, no habrá un cambio y estaremos perdiendo, día a día, vidas y capacidades humanas de la mitad de la población.

De ahí la importancia de la anunciada reunión. Tras 25 años de intervención de la red CLADEM, que está en 15 países, que busca el cumplimiento de las leyes, que se ocupa de casos jurídicos, a veces con gran éxito, que vigila las recomendaciones concretas para restaurar derechos humanos de muchas mujeres, presas, indígenas, desplazadas, sin recursos…hoy habrá un balance.

¿Cómo mejorar su intervención? Ya que es la violencia contra las mujeres el mejor ejemplo de que nuestras sociedades son salvajes, antihumanas y creen que con más derechos políticos o con más programas sociales “se ayuda a las mujeres”, quienes de todas las clases sociales viven un infierno cotidiano.
Vejadas y maltratadas; golpeadas y violadas; asesinadas impunemente. Valdrá la reunión para volver sobre estos pasos. Y preguntarse ¿Cuándo pararemos esta tremenda espiral de violencia contra las mujeres? ¿Alguien puede darse cuenta que disminuye todas las capacidades humanas y conspira contra el ansiado desarrollo?

Veremos.



saraloveralopez@gmail.com, www.diezcomunicacion.com.mx