Sin fiesta, muchos niños mexicanos
Milenio Puebla
Opinión
Alma Leticia León
- 2007-05-02•Cultura
Desde 1954, cuando la ONU aprobó una resolución a través de la cual se establecía el Día Universal del Niño, en México el 30 de abril de dedica a festejar a nuestros infantes.
Ese día, del que dice la Unicef es consagrado a la fraternidad y entendimiento entre los niños y niñas del mundo, aquí ha devenido en fiesta para comerciantes y oportunidad para que los políticos se tomen la foto de primera plana.
Y es que realmente una numerosa población infantil en México tiene muy poco que celebrar. La miseria en que viven nuestros niños es evidente en cualquier crucero de cualquier ciudad.
Aquí en Puebla, sólo en el Centro Histórico, en mercados y la CAPU, el DIF ha contabilizado entre 400 y 600 niños que trabajan vendiendo chicles, de payasos haciendo malabares, limpiando autos, o bien, simplemente pidiendo para un pan.
Con base en La Merced: pobreza, vulnerabilidad y comercio sexual, elaborado por las investigadoras Elsa Conde y Angélica Bautista López, dice Ignacio Juárez Galindo, en su nota publicada en @-consulta: En la zona de La Merced en el DF, trabajan alrededor de dos mil sexoservidoras, de las cuales casi 50 por ciento son menores de edad, y todas empezaron a prostituirse en la infancia o en la adolescencia. Y consigna que Puebla y Oaxaca concentran el 12% de la población total de prostitutas en ese lugar.
Los niños que trabajan, violando la Constitución Mexicana, cada día son más y al existir consentimiento expreso de los padres, las autoridades de trabajo se deslindan de la responsabilidad. La Iglesia católica, que se desgarra las vestiduras por el derecho a la vida de los que no han nacido, se olvida de los que ya están aquí; incluso protege a curas pederastas que han dañado irreversiblemente a muchos menores.
Si en el ámbito laboral y religioso los niños sufren abusos, en sus casas parece no irles mejor: recientemente, la ONU denunció que en México hay un alto nivel de tolerancia para la violencia que se ejerce contra los infantes, pues los castigos físicos y el maltrato verbal son prácticas cotidianas que gozan de niveles altos de aceptación, tanto en escuelas como en los hogares.
Entre explotación laboral, abuso sexual y maltrato físico, lamentablemente muchos de nuestros niños vieron pasar un día dedicado a ellos.
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