La Historia de esos días

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28 de diciembre de 2011

La mujer, sin solidaridad de género. Alma Leticia León

La mujer, sin solidaridad de género

Alma Leticia León

  • 2007-03-07

    Opinión

    •Cultura
Uno de los logros de la mujer contemporánea es haberse insertado en el mundo laboral, político y social al mismo nivel que el hombre. Es importante preguntarnos si hay diferencia entre el comportamiento de las mujeres en relación con el de los hombres.
Ciertamente, existe una malvada vigilancia respecto de las mujeres que ocupan cargos que antes eran espacios eminentemente masculinos, pero también es evidente que algunas, al acceder a cierto nivel de poder, reproducen vicios de hombres, como pueden ser sumisión ante el poderoso, prepotencia ante los débiles y proclividad a la corrupción. Será la condición humana, oh, Balzac!, independientemente del género? O algo tendrá que ver el sistema en que estamos inmersos?
Hay casos como el de doña Elba Esther Gordillo, quien se mantiene al frente del SNTE con métodos similares a los de su maestro y antecesor, Carlos Jonguitud.
Es difícil pasar por alto que aquí en Puebla, según un audioescándalo, la integridad física y moral de la periodista Lydia Cacho estuvo, por unas horas, en manos de dos mujeres, de la juez Rosa Celia Pérez González y de la procuradora de Justicia Blanca Laura Villeda, quienes, por lo menos en público, no mostraron la menor solidaridad de género.
Pero uno de los episodios más lamentables lo protagonizó una académica, formada en el sindicalismo universitario y militante de izquierda Rosario Robles, quien traicionó a sus compañeros y fue coautora del primer golpe mediático a Andrés Manuel López Obrador. En su defensa se apeló al amor. Queda claro que sí hubo amor y muy grande, pero no al galán tan menor intelectual y moralmente, sino a los viajes en avión privado y trajes Chanel.
Muy lejos de estas mujeres están las que tienen tan poco poder, a las que se les tiene poco respeto, para las que hay tan poca consideración social, pero que todo los día hacen comida de la nada, que llevan y recogen niños de las escuelas, que trabajan en casas, oficinas, escuelas, salones de belleza, tiendas. Y cuyo día de descanso lo pasan limpiando y lavando ropa.
Para ellas una felicitación, pero no por el día de la mujer, sino porque gracias a ellas, pese a los gobernantes, a México no se lo ha llevado el carajo.

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