La Historia de esos días

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27 de octubre de 2011

MUJERES CRONISTAS EN CONFLICTOS ARMADOS: NI VICTIMAS NI HEROINAS



por Silvina Molina, enviada especial




Fez, Marruecos, 25 de octubre.- Los riesgos y las secuelas que sufren las mujeres periodistas cuando ejercen su profesión en contextos de lucha armada, fueron motivo de debate en un encuentro internacional de mujeres con dos casos de dramática actualidad como eje: México y Colombia. 
Profesionales de esos dos países anticiparon detalles de investigaciones en curso, haciendo hincapié en la necesidad de contar con estadísticas de violencia desagregadas por sexo y en la fortaleza de trabajar en red con colegas y organizaciones sociales como medida de protección.
Yunuhen Rangel Medina de la mexicana Comunicación e Información de la Mujer (Cimac) y Fabiola Calvo de la Red Colombiana de Periodistas expusieron ante el IV Encuentro de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género (RIPVG), reunida en Fez, las consecuencias emocionales y físicas de ser testigos y víctimas de la violencia armada.
Ambas coincidieron en la necesidad de “contextualizar la situación social, política e ideológica” de sus países para poder transmitir que las periodistas “no son ni víctimas, ni heroínas; se trata de reconocer las particularidades y tomar medidas ante ellas”, dijo Medina.
"Conforme los actos de violencia contra periodistas fueron aumentando o siendo visibles a través del registro y documentación de organismos nacionales e internacionales, se demostró que la mayoría de las agresiones contra periodistas no eran provenientes del crimen organizado sino de elementos del Estado”, agregó.
"En México en 2010, organizaciones de prensa y sociales registraron 155 actos violentos contra el periodismo, y explicaron por primera vez, que 29 de estos casos eran protagonizados por mujeres”, explicó Medina.
Recordó que México “ha sido catalogado por la ONU, como el país más violento de América Latina para ejercer el periodismo y el segundo del mundo después de Irak”.
Ante la ausencia de registros en Colombia, Calvo está realizando su pesquisa “Periodistas en tiempo de guerra”, en base a entrevistas a 13 profesionales de prensa mujeres, “para resaltar el impacto emocional que la violencia armada ha dejado en ellas”, afirmó.
Agregó que la mayoría “no quiere que se publique su nombre, algunas fueron violadas pero no quieren hablar de ello, casi todas abandonaron la profesión o eligieron el exilio”.
En ese sentido, Cimac, que viene documentando desde 2005 actos violentos contra periodistas mexicanas, determinó que en “más del 60% de los casos, hay difamación de la vida personal y laboral, descalificación o cuestionamiento de su trabajo, justificación de la violencia, revictimización y exposición de la vida privada en los medios”, señaló Medina.
“¿Qué hacían ellas ahí para que las mataran, violaran o golpearan?” es una pregunta que ambas periodistas, en sus respectivos países, atestiguaron haber escuchado muchas veces. "Se las culpabiliza y se justifica la violencia”, dijeron.
México será sede del quinto encuentro de la RIPVG en 2013, decisión que se tomó para “apoyar a las colegas ante la situación de extrema violencia contra el periodismo y la libertad de expresión”, según la declaración emitida por la organización periodística esta semana. 
Medina afirmó que el trabajo en redes periodísticas “nos ha permitido cobijarnos ante la indiferencia de instancias de atención en situaciones donde la vida o el bienestar de una colega está en riesgo, y a la vez poner en la mira internacional a las autoridades de nuestro país y compartir experiencias exitosas de visibilización”.
Ejemplos sobran, uno muy representativos en México es el caso de Lydia Cacho Ribeiro, a quien, gracias la articulación de la Red Nacional de Periodistas en México, fue posible proteger su vida.
En 2005, un breve mensaje empezó a correr por el ciberespacio: “Policías poblanos detienen a Lydia Cacho en Cancún. No sabemos su paradero. Su vida podría estar en peligro”, y de inmediato “la noticia inició su camino en radio y portales de Internet, se empezó a difundir", contó Medina.
"Lydia no estaba sola, estaba respaldada por la Red Nacional de Periodistas. Las redes de periodistas y las redes humanas construyeron un escudo para proteger su vida”, destacó.
En los últimos dos años, la RIPVG se ha pronunciado ante cada desaparición, agresión y asesinato de periodistas en México, pronunciamientos “que se convirtieron en escudo, respaldo, cobijo y contención” compartió la mexicana.
Calvo por su parte, enfatizó que la violencia contra las mujeres periodistas “hace que ellas pierdan sus vidas, pero casi nadie analiza la pérdida que nos significa como sociedad”.
México, Colombia y la Argentina, a través de PAR (Periodistas de Argentina en Red por una comunicación no sexista), coordinarán la red internacional hasta 2013 y una de las acciones prioritarias será acompañar a las profesionales mexicanas y exigir el esclarecimiento de los ataques y asesinatos de trabajadores de prensa. (Télam)
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