La Historia de esos días

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La historia de esos días

5 de marzo de 2012

No se nace mujer: se llega a serlo



Las lecturas de esos días*


Alma Leticia León

En la Europa de 1946, Jean-Paul Sartre era objeto de constantes ataques. Simone de Beauvoir, sin mayores pretensiones, trata de defender las posiciones que compartía con él, escribiendo un ensayo en el que se definiría personalmente como mujer y filosóficamente como existencialista. Trabajaba en ese texto “cuando del pensamiento de la autora comenzó “a surgir con cierta reiteración una idea”. La condujo a “la conciencia muy profunda y asombrosa” de ser diferente de Sartre. Muy sencillo: “él era un hombre y yo sólo una mujer”, narra su biógrafa, Deirdre Bair, me explicó por qué decía “sólo”: Aún no había llegado a la idea de mujer como el otro, eso vendría después.
Así escribe el primer volumen de El segundo sexo, donde la idea de una “naturaleza femenina” a través del examen de los datos biológicos, médicos; de las aportaciones freudianas y marxistas, así como de la filosófica, ve que la alienación de las mujeres es de orden cultural y hace una construcción histórica y social. Sobre estas bases demolerá mitos de la mujer, que el hombre le ha impuesto al definirla como el Otro.
Luego aparece el segundo tomo, La experiencia vivida, que de cierto modo habla de sí misma, de qué modo se ha estructurado en términos sociales y culturales la situación de opresión que viven las mujeres en la sociedad.
Ordenada en varios bloques sucesivos: en el primero, “Formación”, estudia la infancia, la adolescencia, la juventud y la iniciación sexual; aquí incorpora el lesbianismo, con posiciones que anticipan las reivindicaciones actuales de los colectivos lesbicos gays. En el segundo, “Situación” analiza aspectos de la adulta, como la mujer casada, la madre. Rechaza la maternidad como la vocación natural de la mujer, la llega a considerar una carga para la mujer en su situación actual. La vida social, la prostitución, la madurez y la vejez. El tercero, “Justificaciones”, analiza diferentes actitudes de las mujeres, en concreto retrata a la “narcisista”, a la “enamorada” y a la “mística”, que para ella son “salidas ilegítimas” , pues no afirman a la mujer como un sujeto trascendente.
Y el último, “Hacia la liberación”, es un único capítulo, “La mujer independiente”, donde indica diferentes vías que tienen las mujeres para salir de su situación de opresión, sin obviar las dificultades que encontrarán en ese combate.
Seguramente, Simone de Beauvoir no  imaginó que había escrito el libro fundamental del feminismo del siglo XX. Revisando textos de la época, encuentro que simplemente, dice “no se trata de enunciar verdades eternas, sino de describir el fondo común sobre el que se alza la existencia femenina singular”.
“No se nace mujer: se llega a serlo No es la inferioridad de las mujeres lo que ha determinado su insignificancia histórica, sino su insignificancia histórica lo que las ha condenado a la inferioridad”. Afirmaciones cuya contundencia resultaron ofensivas.
En La fuerza de las cosas, dice la autora “en los restaurantes, a menudo se burlaran de mí señalándome con la mirada y se reían a carcajadas. El primer volumen fue bien recibido: se vendieron 22 mil ejemplares durante la primera semana. También se compró el segundo, pero escandalizó. Julien Gracq en un artículo me felicita por mi coraje: “Va a perder muchos amigos”. No son amigos pensé. Había escrito el libro tal como quería, pero ni por un instante me había aflorado el heroísmo. Hombres que me rodeaban como Sartre, Bost, Merleau-Ponty, entre otros, también en ese punto eran verdaderos demócratas.
Pero también reconoce que conoció el machismo de izquierda, que lacera más por venir de hombres consientes, sensibles y comprometidos con luchas políticas. “Suscité cólera entre mis amigos. Uno de ellos, universitario progresista, lanzó el libro al suelo. Albert Camus me acusó con frases tristes, de haber ridiculizado al macho francés”.
Después del El segundo sexo,  hubo y habrá  otras autoras que han ido más lejos que Simone de Beauvoir, pero ella, fue la primera. Y El segundo sexo es una de las referencias obligadas para las conmemoraciones del 8 de marzo y una de las lecturas de esos días.

* Texto de Crónicas Universitarias, programa de Radio Buap.

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