Cambio y fuera
Unos 260 años antes de que Hidalgo diera el Grito de Independencia, una mujer inicia la emancipación de los indios y llama a la abolición de la esclavitud el 11 de julio de 1550. Es Tecuichpo Ichcaxóchitl, la última princesa mexica, Señora de Anáhuac, hija de Moctezuma II y esposa de Cuauhtémoc.
Tecuichpo nace del tlatoani y de su esposa Tezalco (hija del rey de Azcapotzalco) y a ella preparaban para gobernar el imperio azteca cuando llegaron los españoles. Todavía niña la casan con Cuitláhuac, y al morir éste, con Cuauhtémoc. Cuando Moctezuma se entrevista con Cortés y funge Malitzin como traductora, muchas palabras en náhuatl no tienen equivalente literal al español y al mencionar el emperador su gran “tesoro” se refiere a Tecuichpo, pero el conquistador obsesionado piensa que se trata de oro. Viuda, queda en manos de Cortés, quien la bautiza “Isabel”. Del abuso nace Leonor; después la ofrece a Alonso de Grado, luego a Pedro Gallego de Andrade y cuando éste muere, la casa con Juan Cano de Saavedra, un adinerado español de Cáceres, con quien, según testimonios orales y escritos, vive feliz y procrea cinco hijos.
Fundadora del hospital de San Juan de Dios (hoy museo Franz Mayer) donde daba asilo a los indios, a Tecuichpo se le cita en múltiples fuentes documentales —Bernal Díaz del Castillo, entre otros— por su belleza, su bondad y su inteligencia como mediadora que “puso término a muchas dificultades entre españoles e indios”, según Artemio de Valle Arizpe.
Su testamento, cuyo original se encontró en 1996 en el Archivo General de la Nación, dice: Quiero y mando, y es mi voluntad, que todos los esclavos, indios e indias naturales de esta tierra, que el dicho Juan Cano mi marido e yo tenemos por nuestros propios, por la parte que a mí me toca sean libres de todos servicios, servidumbre y cautiverios, e como personas libres hagan de sí su voluntad, porque yo no los tengo como esclavos, y en caso de que lo sean, quiero y mando que sean libres.
Cuatro siglos y medio después, cuenta la historia su descendiente, Blanca Barragán Moctezuma, quien heredó de su abuela Esperanza Carrillo de Albornoz Cano Moctezuma “el secreto” que oralmente se transmitió de generación en generación. Tras 15 años de investigación publicará un libro sobre la historia de Tecuichpo: “La abuela del mestizaje”.
La Independencia de México tuvo su origen en una idea. Que la gran gesta que necesita México se genere a partir, no de violencia, ni de la ambición de poder, sino de las ideas como fuente de transformación.
adriana.neneka@gmail.com
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