Feminicidio, la otra cara de la violencia en Sinaloa
En cinco meses suman ya 40 mujeres asesinadas, señala Leonel Aguirre Meza, presidente la CDDHS
Por José Angel Estrada
Culiacán, Sinaloa.- En Sinaloa la violencia no conoce fronteras ni aranceles y una prueba tan dolorosa como contundente es el saldo de feminicidios. Los saltos en las cifras se observan con preocupación desde que se dispararon las acciones violentas: 50 homicidios de mujeres en 2008, 69 en 2009 y 111 en 2010. Y en el presente año la cifra ya rebasa los 40 casos, señaló Leonel Aguirre Meza, presidente de la no gubernamental Comisión de Defensa de los Derechos Humanos de Sinaloa.
A ello le agrega que algo más pasa en materia de integridad física y moral del género femenino, pues el número de denuncias por violencia intrafamiliar pasó de 454 expedientes en el año de 2005 a mil 186 en 2010.
"Y en el presente año ya casi para terminar el mes de febrero 980 mujeres habían presentado quejas por el mismo motivo, calificándose el 60 por ciento de ellas como de alto riesgo.
"La situación de violencia que baña muchos de nuestros actos explica el deterioro de relaciones tanto entre parejas como las relaciones intrafamiliares, pero la actitud negligente de la autoridad frente a las denuncias de las mujeres víctimas de violencia, cierra un círculo infame donde la mujer enfrenta una peligrosa avalancha de discriminación, injusticias y misoginia".
Criticó que a pesar de que el Estado mexicano ha suscrito compromisos internacionales para atender problemas de esta naturaleza, aún persisten lagunas muy marcadas en las políticas públicas tendentes a prevenir, investigar, sancionar y erradicar los feminicidios.
Aguirre Meza consideró que la violencia cobra costos crecientes a nuestra sociedad, lo que lastima profundamente su esencia y naturaleza. "La sociedad debe tener una idea de esos costos para que valore las pérdidas que le imponen la violencia y el delito".
Aunque normalmente las referencias son los costos en vidas, aclaró que también se deben sumar los desaparecidos y los vacíos económicos y sicológicos que quedan para viudas y huérfanos.
Asimismo, dijo, se deben hacer cálculos sobre los costos en salud, las jornadas de trabajo perdidas por las incapacidades parciales y permanentes de los lesionados, las pérdidas patrimoniales, las llamadas intangibles y las transferencias.
Culiacán, Sinaloa.- En Sinaloa la violencia no conoce fronteras ni aranceles y una prueba tan dolorosa como contundente es el saldo de feminicidios. Los saltos en las cifras se observan con preocupación desde que se dispararon las acciones violentas: 50 homicidios de mujeres en 2008, 69 en 2009 y 111 en 2010. Y en el presente año la cifra ya rebasa los 40 casos, señaló Leonel Aguirre Meza, presidente de la no gubernamental Comisión de Defensa de los Derechos Humanos de Sinaloa.
A ello le agrega que algo más pasa en materia de integridad física y moral del género femenino, pues el número de denuncias por violencia intrafamiliar pasó de 454 expedientes en el año de 2005 a mil 186 en 2010.
"Y en el presente año ya casi para terminar el mes de febrero 980 mujeres habían presentado quejas por el mismo motivo, calificándose el 60 por ciento de ellas como de alto riesgo.
"La situación de violencia que baña muchos de nuestros actos explica el deterioro de relaciones tanto entre parejas como las relaciones intrafamiliares, pero la actitud negligente de la autoridad frente a las denuncias de las mujeres víctimas de violencia, cierra un círculo infame donde la mujer enfrenta una peligrosa avalancha de discriminación, injusticias y misoginia".
Criticó que a pesar de que el Estado mexicano ha suscrito compromisos internacionales para atender problemas de esta naturaleza, aún persisten lagunas muy marcadas en las políticas públicas tendentes a prevenir, investigar, sancionar y erradicar los feminicidios.
Aguirre Meza consideró que la violencia cobra costos crecientes a nuestra sociedad, lo que lastima profundamente su esencia y naturaleza. "La sociedad debe tener una idea de esos costos para que valore las pérdidas que le imponen la violencia y el delito".
Aunque normalmente las referencias son los costos en vidas, aclaró que también se deben sumar los desaparecidos y los vacíos económicos y sicológicos que quedan para viudas y huérfanos.
Asimismo, dijo, se deben hacer cálculos sobre los costos en salud, las jornadas de trabajo perdidas por las incapacidades parciales y permanentes de los lesionados, las pérdidas patrimoniales, las llamadas intangibles y las transferencias.
Nota publicada por El Sol de Sinaloa 30 de mayo de 2011
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