La Historia de esos días

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30 de diciembre de 2011

Simone de Beauvoir No se nace mujer, se llega a serlo. Alma Leticia León

No se nace mujer, se llega a serlo

Opinión

Alma Leticia León


  • 2007-05-30•Cultura

De familia acaudalada, egresada de la Sorbona de París, compañera sentimental de Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir, a los 39 años, se sabía privilegiada.
Trabajaba en un ensayo “cuando del pensamiento de la autora comenzó “a surgir con cierta reiteración una idea”. La condujo a “la conciencia muy profunda y asombrosa” de ser diferente de Sartre. Muy sencillo: “ él era un hombre y yo sólo una mujer”, narra su biógrafa, Deirdre Bair, me explicó por qué decía “sólo”: Aún no había llegado a la idea de mujer como el otro, eso vendría después”.
“No se nace mujer: se llega a serlo No es la inferioridad de las mujeres lo que ha determinado su insignificancia histórica, sino su insignificancia histórica lo que las ha condenado a la inferioridad”. Afirmaciones que resultaron ofensivas.
En La fuerza de las cosas, dice Simone, sobre El segundo sexo, “en los restaurantes, a menudo se burlaran de mí señalándome con la mirada y se reían a carcajadas. El primer volumen fue bien recibido: se vendieron 22 mil ejemplares durante la primera semana. También se compró el segundo, pero escandalizó. Julien Gracq en un artículo me felicita por mi coraje: “Va a perder muchos amigos”. No son amigos pensé. Había escrito el libro tal como quería, pero ni por un instante me había aflorado el heroísmo. Los hombres que me rodeaban: Sartre, Bost, Merleau-Ponty, Leiris, Giacometti, también en ese punto eran verdaderos demócratas.
Desde la investigación, obsesiva y reiteradamente, se pregunta ¿por qué? No encuentra respuesta satisfactoria, ni la biología, ni el materialismo, ni el psicoanálisis, podían explicarle a satisfacción por qué la mujer se había convertido en subordinada permanente del hombre.
Ve la respuesta en la “índole imperialista” de la conciencia humana, que anhelaba la subordinación. “Creaba al Otro para oprimirlo”.
Tesis que le traen una inesperada decepción. La reacción de sus amigos de izquierda. Se topó con el machismo de izquierda, que lacera más por venir de hombres concientes, sensibles y comprometidos con luchas políticas. “Suscité cólera entre mis amigos. Uno de ellos, universitario progresista, lanzó el libro al suelo. Camus me acusó con frases tristes, de haber ridiculizado al macho francés”. A sesenta años de publicado El segundo sexo, queda claro que otras autoras han ido más lejos que Simone de Beauvoir, pero ella, fue la primera.

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